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Carta de Despedida de Che – 1965
5:02´
Carta de Despedida
Ernesto Che Guevara |
Carta de despedida
a Fidel Castro
[marzo 1965] Habana «Año de la agricultura»
Fidel:
Me recuerdo en esta hora de
muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de cuando me
propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos. Un día pasaron
preguntando a quién se debía avisar en caso de muerte y la posibilidad
real del hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era cierto, que
en una revolución se triunfa o se muere (si es verdadera). Muchos
compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria.
Hoy todo tiene un tono menos
dramático porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que
he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución Cubana en
su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya
es mío.
Hago formal renuncia de mis
cargos en la dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi grado
de Comandante, de mi condición de Cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo
lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos.
Haciendo un recuerdo de mi
vida pasada creo haber trabajado con suficiente honradez y dedicación
para consolidar el triunfo revolucionario. Mi única falta de alguna
gravedad es no haber confiado más en tí desde los primeros momentos de
la Sierra Maestra y no haber comprendido con suficiente claridad tus
cualidades de conductor y de revolucionario. He vivido días magníficos y
sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días
luminosos y tristes de la crisis del Caribe. Pocas veces brilló más alto
un estadista que en esos días, me enorgullezco también de haberte
seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y
apreciar los peligros y los principios.
Otras tierras del mundo
reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te
está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de
separarnos.
Sépase que lo hago con una
mezcla de alegría y de dolor, aquí dejo lo más puro de mis esperanzas
de constructor y lo más querido entre mis seres queridos... y dejo un
pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu.
En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el
espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el
más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo donde quiera
que esté, esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura.
Digo una vez más que libero a
Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que
si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento
será para este pueblo y especialmente para tí. Que te doy las gracias
por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las
últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre
con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en
dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario
Cubano, y como tal actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada
material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido nada para
ellos pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y educarse.
Tendría muchas cosas que
decirte a ti y a nuestro pueblo, pero siento que son innecesarias, las
palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena
emborronar cuartillas.
Hasta la victoria siempre. ¡Patria o
Muerte!
Te abraza con todo fervor revolucionario
Che |