I. EL PARTIDO COMUNISTA
La fuerza-núcleo que dirige nuestra cause es el Partido
Comunista de China.
La base teórica que guía nuestro pensamiento es el
marxismo-leninismo.
Discurso de apertura de la I Sesión de la Asamblea
Popular
Nacional (primera legislatura) de la República Popular China
(15 de septiembre de 1954).
Para hacer la revolución, se necesita un partido
revolucionario. Sin un partido revolucionario, sin un partido creado conforme
a la teoría revolucionaria marxista-leninista y al estilo revolucionario
marxista-leninista, es imposible conducir a la clase obrera y las amplias
masas populares a la victoria sobre el imperialismo y sus lacayos.
Fuerzas revolucionarias del mundo, uníos,
Iuchad contra la agresión imperialista!
(noviembre de 1948),
Obras Escogidas t. IV.
Sin los esfuerzos del Partido Comunista de China, sin
los comunistas chinos como sostén del pueblo chino, es imposible alcanzar la
independencia y la liberación del país, su industrialización, y la
modernización de su agricultura.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.
El Partido Comunista de China es el núcleo dirigente
del pueblo chino. Sin este núcleo la cause del socialismo no puede triunfar.
Discurso pronunciado en la recepción a todos
los delegados al III Congreso Nacional de la Liga
de la Juventud de la Nueva Democracia de China
(25 de mayo de 1957).
Un partido disciplinado, pertrechado con la teoría
marxista-leninista y que practica la autocrítica y se mantiene ligado a las
masas populares; un ejército dirigido por tal Partido; un frente único de
todas las clases revolucionarias y grupos revolucionarios dirigido por tal
Partido: éstas son las tres armas principales con que hemos derrotado al
enemigo.
Sobre la dictadura democrática popular
(30 de junio de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
Debemos tener confianza en las masas, debemos tener
confianza en el Partido. Estos son dos principios fundamentales. Si dudamos de
ellos, nada podremos cumplir.
Sobre el problema de la cooperativización agrícola
(31 de julio de 1955),
[Obras Escogidas, t. V].
Armado con la teoría e ideología marxista-leninistas,
el Partido Comunista de China ha aportado al pueblo chino un nuevo estilo de
trabajo, que consiste principalmente en integrar la teoría con la práctica,
mantener estrechos vínculos con las masas populares y practicar la autocrítica.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas t. III.
Ningún partido político puede conducir un gran
movimiento revolucionario a la victoria si no posee una teoría
revolucionaria, un conocimiento de la historia y una comprensión profunda del
movimiento práctico.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra
nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
El movimiento de rectificación es, como decíamos, un
amplio movimiento de educación marxista. Por rectificación entendemos que
todo el Partido estudia marxismo a través de la crítica y la autocrítica.
Podremos sin duda aprender más marxismo en el curso del movimiento de
rectificación.
Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido
Comunista de China sobre el Trabajo de Propaganda
(12 de marzo de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].
Es muy ardua tarea asegurar una vida mejor a los
centenares de millones de chinos y transformar nuestro país, atrasado económica
y culturalmente, en un país próspero, poderoso y con elevado nivel cultural.
Precisamente pare asumir esta tarea con mayor competencia y trabajar mejor
junto con todos aquellos que, sin ser militantes del Partido, se mueven por
altos ideales y están decididos a hacer transformaciones, debemos desplegar
movimientos de rectificación tanto ahora como en el futuro y desprendernos
constantemente de todo lo que sea erróneo.
Ibíd.
La política es el punto de partida de todas las
acciones prácticas de un partido revolucionario, y se manifiesta en el
proceso y el resultado final de sus acciones. Toda acción de un partido
revolucionario es la aplicación de su política. Si no aplica una política
correcta, aplica una errónea; si no aplica determinada política de modo
consciente, la aplica a ciegas. Lo que llamamos experiencia es el proceso y el
resultado final de la aplicación de una política. Sólo a través de la práctica
del pueblo, es decir, por la experiencia, se puede verificar si una política
es correcta o errónea y determinar hasta qué grado lo es. Pero la práctica
de los hombres, especialmente la práctica de un partido revolucionario y de
las masas revolucionarias, está necesariamente ligada con una u otra política.
Por tanto, antes de emprender cualquier acción, debemos explicar a los
militantes del Partido y a las masas la política que hemos formulado a la luz
de las circunstancias dadas. De otro modo, los militantes del Partido y las
masas se apartarán de la dirección de nuestra política, actuarán a ciegas
y aplicarán una política errónea.
Sobre la política concerniente a la industria y el
comercio
(27 de febrero de 1948),
Obras Escogidas, t. IV.
Nuestro Partido ha formulado la línea general y la política
general de la revolución china, así como las líneas específicas para el
trabajo y las medidas políticas concretas. Sin embargo, muchos camaradas
recuerdan sólo las líneas específicas para el trabajo y las medidas políticas
concretes, pero olvidan a menudo la línea general y la política general del
Partido. Si de verdad las olvidamos, seremos revolucionarios ciegos, inmaduros
y de ideas confusas, y al aplicar una línea específica para el trabajo y una
medida política concreta, nos desorientaremos, oscilaremos a izquierda y
derecha, y perjudicaremos nuestro trabajo.
Discurso pronunciado en una conferencia de
cuadros de la región liberada de Shansí-Suiyuán
(1 de abril de 1948),
Obras Escogidas, t. IV.
La política y la táctica son la vida del Partido; los
camaradas dirigentes a todos los niveles deben prestar plena atención a ellas
y de ninguna manera mostrarse negligentes a este respecto.
Circular sobre la situación
(20 de marzo de 1948),
Obras Escogidas, t. IV.
II. CLASES Y LUCHA DE CLASES
Las clases luchan, una clases salen victoriosas, otras
quedan eliminadas. Así es la historia, así es la historia de la civilización
de los últimos milenios. Interpretar la historia desde este punto de vista es
materialismo histórico; sostener el punto de vista opuesto es idealismo histórico.
Desechar las ilusiones, prepararse para la lucha
(14 de agosto de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
En la sociedad de clases, cada persona existe como
miembro de determinada clase, y sodas las ideas, sin excepción, llevan su
sello de clase.
Acerca de la práctica
(julio de 1937),
Obras Escogidas, t. I.
Los cambios que se producen en la sociedad se deben
principalmente al desarrollo de sus contradicciones internas, es decir, las
contradicciones entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción,
entre las clases y entre lo viejo y lo nuevo. Es el desarrollo de estas
contradicciones lo que hace avanzar la sociedad e impulsa la sustitución de
la vieja sociedad por la nueva.
Sobre la contradicción
(agosto de 1937),
Obras Escogidas, t. I.
La despiadada explotación económica y la cruel opresión
política de los campesinos por la clase terrateniente, los forzaron a alzarse
en numerosas rebeliones contra la dominación de ésta. (...) Las luchas de
clase del campesinado, los levantamientos campesinos y las guerras campesinas
fueron la fuerza motriz real del desarrollo histórico de la sociedad feudal
china.
La revolución china y el Partido Comunista de China
(diciembre de 1939),
Obras Escogidas, t. II.
La lucha nacional es, en último término, un problema
de la lucha de clases. Entre los blancos en los EE.UU., solo los reaccionarios
círculos dominantes son los que oprimen a los negros. Ellos no representan en
modo alguno a los obreros, los campesinos, los intelectuales revolucionarios y
otras personalidades razonables que constituyen la aplastante mayoría de los
blancos.
Declaración de apoyo a los negros norteamericanos
en su justa lucha contra la discriminación racial
del imperialismo norteamericano
(8 de agosto de 1963).
A nosotros nos incumbe organizar al pueblo. En cuanto a
los reaccionarios chinos, nos incumbe a nosotros organizar al pueblo para
derribarlos. Con todo lo reaccionario ocurre igual: si no lo golpeas, no cae.
Esto es como barrer el suelo: por regla general, donde no llega la escoba, el
polvo no desaparece solo.
La situación y nuestra política después de la
victoria en la Guerra de Resistencia contra el Japón
(13 de agosto de 1945),
Obras Escogidas, t. IV.
El enemigo no desaparecerá por sí solo. Ni los
reaccionarios chinos ni las fuerzas agresoras del imperialismo norteamericano
en China se retirarán por su propia voluntad del escenario de la historia.
Llevar la revolución hasta el fin
(30 de diciembre de 1948)
Obras Escogidas, t. IV.
Hacer la revolución no es ofrecer un banquete, ni
escribir una obra, ni pintar un cuadro o hacer un bordado; no puede ser tan
elegante, tan pausada y fina, tan apacible, amable, cortés, moderada y magnánima.
Una revolución es una insurrección, es un acto de violencia mediante el cual
una clase derroca a otra.
Informe sobre la investigación del movimiento campesino
en Junán
(marzo de 1927)
Obras Escogidas, t. I.
Chiang Kai-shek trata siempre de arrebatar al pueblo
cada átomo de poder y cada átomo de sus conquistas. Y nosotros? Nuestra política
es responder medida por medida y luchar por cada pulgada de terreno. Actuamos
según él actúa. El siempre trata de imponer la guerra al pueblo, con una
espada en la mano izquierda y otra en la derecha. Nosotros también empuñamos
espadas, siguiendo su ejemplo. (...) Como Chiang Kai-shek está ahora afilando
sus espadas, debemos afilar las nuestras.
La situación y nuestra política después de la
victoria en la Guerra de Resistencia contra el Japón
(13 de agosto de 1945)
Obras Escogidas t. IV.
Quiénes son nuestros enemigos y quiénes nuestros
amigos? Esta es una cuestión de importancia primordial para la revolución.
Todas las anteriores luchas revolucionarias de China sólo obtuvieron magros
resultados, esencialmente porque los revolucionarios no supieron unirse con
los verdaderos amigos para atacar a los verdaderos enemigos. Un partido
revolucionario es el guía de las masas, y cuando las descamina, ninguna
revolución puede triunfar. A fin de conquistar con seguridad la victoria en
la revolución y no descaminar a las masas, tenemos que cuidar de unirnos con
nuestros verdaderos amigos para atacar a nuestros verdaderos enemigos. Y para
distinguir a los amigos verdaderos de los verdaderos enemigos, tenemos que
hacer un análisis general del status económico de las clases de la
sociedad china y de sus respectivas actitudes hacia la revolución.
Análisis de las clases de la sociedad china
(marzo de 1926)
Obras Escogidas, t. I.
Son nuestros enemigos todos aquellos que están
confabulados con el imperialismo: los caudillos militares, los burócratas, la
burguesía compradora, la clase de los grandes terratenientes y el sector
reaccionario de la intelectualidad subordinado a ellos. El proletariado
industrial es la fuerza dirigente de nuestra revolución. Nuestros amigos más
cercanos son el semiproletariado en su totalidad y la pequeña burguesía. En
cuanto a la vacilante burguesía media, su ala derecha puede ser nuestro
enemigo, y su ala izquierda, nuestro amigo; pero debemos mantenernos
constantemente en guardia y no permitirle a esta que cree confusión en
nuestro frente.
Ibíd.
Quien tome partido por el pueblo revolucionario, es un
revolucionario. Quien tome partido por el imperialismo, el feudalismo y el
capitalismo burocrático, es un contrarrevolucionario. Quien se coloque al
lado del pueblo revolucionario sólo de palabra, pero no en los hechos, es un
revolucionario de palabra. Quien se coloque al lado del pueblo revolucionario
tanto en los hechos como de palabra, es un revolucionario en su más pleno
sentido.
Discurso de clausura en la II Sesión del Primer Comité
Nacional
de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino
(23 de junio de 1950).
Sostengo que, para nosotros, es malo si una persona,
partido, ejército o escuela no es atacado por el enemigo, porque eso
significa que ha descendido al nivel del enemigo. Es bueno si el enemigo nos
ataca, porque eso prueba que hemos deslindado los campos con él. Y mejor aún
si el enemigo nos ataca con furia y nos pinta de negro y carentes de toda
virtud, porque eso demuestra que no sólo hemos deslindado los campos con él,
sino que hemos alcanzado notables éxitos en nuestro trabajo.
Ser atacado por el enemigo no es una cosa mala sino una
cosa buena
(26 de mayo de 1939).
Debemos apoyar todo lo que el enemigo combata y
oponernos a todo lo que el enemigo apoye.
Entrevista con tres corresponsales de la Agencia Central
de Noticias y de los periódicos Saodang Bao y Xinmin Bao
(16 de septiembre de 1939),
Obras Escogidas, t. II.
Nuestra posición es la del proletariado y las masas
populares. Para los miembros del Partido Comunista, esto quiere decir que
deben adherirse a la posición del Partido, al espíritu de Partido y a la política
del Partido.
Intervenciones en el Foro de Yenán sobre Literatura y
Arte
(mayo de 1942)
Obras Escogidas, t. III.
Después de eliminados los enemigos con fusiles, quedarán
aún los enemigos sin fusiles, quienes entablarán, inevitablemente, una lucha
a muerte contra nosotros; jamás debemos subestimarlos. Si ahora no planteamos
ni comprendemos el problema de este modo, cometeremos errores muy graves.
Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central
elegido
en el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China
(5 de marzo de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
Los imperialistas y los reaccionarios del país jamás
se resignarán a su derrota; forcejearán hasta el fin. Aun después de
establecida la paz y el orden en todo el país, se entregarán a labores de
zapa y provocarán disturbios en mil formas; tratarán a diario y en todo
momento de restaurar su Poder en China. Esto es inevitable y está fuera de
dude; nunca debemos relajar nuestra vigilancia.
Discurso de apertura en la I Sesión Plenaria de la
Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino
(21 de septiembre de 1949).
En China, aunque en lo fundamental se ha consumado la
transformación socialista de la propiedad y han terminado las vastas y
tempestuosas luchas de clase de las masas, características de los anteriores
períodos revolucionarios, subsisten remanentes de las clases derrocadas: la
clase terrateniente y la burguesía compradora; subsiste la burguesía, y la
transformación de la pequeña burguesía sólo acaba de empezar. La lucha de
clases no ha terminado. La lucha de clases entre el proletariado y la burguesía,
entre las diferentes fuerzas políticas y entre el proletariado y la burguesía
en el terreno ideológico, será aún larga, tortuosa y a veces incluso muy
enconada. El proletariado aspire a transformar el universo según su concepción
del mundo, y la burguesía, según la suya. A este respecto, aún no ha sido
resuelta en definitiva la cuestión de quién vencerá: el socialismo o el
capitalismo.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo
(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].
Pasará un tiempo bastante largo antes de que se
resuelva la cuestión de quién vencerá a quién en la lucha ideológica
entre el socialismo y el capitalismo en nuestro país. Esto se explica porque
la influencia de la burguesía y de los intelectuales provenientes de la vieja
sociedad subsistirá por un largo tiempo en nuestro país, y así también su
ideología de clase. Quien no lo comprenda bien, o no lo comprenda en
absoluto, cometerá el más grave de los errores y pasará por alto la
necesidad de la lucha en el terreno ideológico.
En nuestro país, subsistirá por un largo tiempo la
ideología burguesa y pequeñoburguesa, la ideología anti-marxista. Se ha
establecido en lo fundamental el sistema socialista. Hemos obtenido la
victoria básica en la transformación de la propiedad de los medios de
producción, pero todavía no hemos logrado la victoria complete en los
frentes político e ideológico. En el terreno ideológico, todavía no se ha
resuelto en definitiva la cuestión de quién vencerá: el proletariado o la
burguesía. Aún debemos sostener una lucha prolongada contra la ideología
burguesa y pequeñoburguesa. Es erróneo ignorar esto y abandonar la lucha
ideológica. Todas las ideas erróneas, todas las hierbas venenosas y todos
los monstruos y demonios deben ser sometidos a crítica; en ninguna
circunstancia podemos tolerar que cundan libremente. Sin embargo, Ia crítica
debe ser plenamente razonada, analítica y convincente, y no burda, burocrática,
metafísica o dogmática.
Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido
Comunista de China sobre el Trabajo de Propaganda
(12 de marzo de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].
Tanto el dogmatismo como el revisionismo son contrarios
al marxismo. Inevitablemente, el marxismo avanzará, progresará con el
desarrollo de la práctica y no permanecerá estático. Quedaría sin vida si
se estancara y se estereotipara. No obstante, nunca se pueden violar los
principios básicos del marxismo; violarlos es cometer errores. Es dogmatismo
enfocar el marxismo desde el punto de vista metafísico y considerarlo como
algo rígido. Es revisionismo negar los principios básicos del marxismo, la
verdad universal del marxismo. El revisionismo es una variedad de la ideología
burguesa. Los revisionistas intentan borrar lo que distingue al socialismo del
capitalismo, a la dictadura del proletariado de la dictadura burguesa. Lo que
preconizan no es, de hecho, la linea socialista, sino la capitalista. En las
circunstancias actuales, el revisionismo es más pernicioso que el dogmatismo.
Una de nuestras importantes tareas presentes en el frente ideológico es
criticar el revisionismo.
Ibíd.
El revisionismo u oportunismo de derecha es una
tendencia ideológica burguesa; es más peligroso que el dogmatismo. Los
revisionistas, oportunistas de derecha, alaban de palabra el marxismo; también
atacan el dogmatismo, pero lo que atacan es precisamente la quintaesencia del
marxismo. Combaten o tergiversan el materialismo y la dialéctica; combaten o
intentan debilitar la dictadura democrática popular y la dirección del
Partido Comunista; combaten o intentan debilitar la transformación y la
construcción socialistas. Incluso después de la victoria fundamental de la
revolución socialista en nuestro país, queda todavía un cierto número de
gentes que sueñan con restaurar el sistema capitalista; estas gentes luchan
contra la clase obrera en todos los frentes, incluido el ideológico. Y en
esta lucha, tienen en los revisionistas a sus mejores asistentes.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo
(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].
III. SOCIALISMO Y COMUNISMO
El comunismo es la ideología complete del proletariado
y, a la vez, un nuevo sistema social. Difieren de cualquier otra ideología y
sistema social, y son los más completos, progresistas, revolucionarios y
racionales de la historia humana. La ideología y el sistema social del
feudalismo ya pasaron al museo de la Historia. La ideología y el sistema
social del capitalismo se ha convertido en piezas de museo en una parte del
mundo (la Unión Soviética), mientras que en los demás países se asemejan
al moribundo que se extingue como el sol tras las colinas de Occidente, y
pronto serán también relegados al museo. Sólo la ideología y el sistema
social comunistas, llenos de juventud y vitalidad, se extienden por todo el
mundo con el ímpetu de una avalancha y la fuerza de un rayo.
Sobre la nueva democracia
(enero de 1940)
Obras Escogidas, t II.
El sistema socialista terminará por reemplazar al
sistema capitalista: ésta es una ley objetiva, independiente de la voluntad
del hombre. Por mucho que los reaccionarios traten de frenar la rueda de la
historia, tarde o temprano se producirá la revolución y, sin duda alguna,
triunfara.
Discurso en la reunión del Soviet Supremo de
la URSS en conmemoración del 40 aniversario
de la Gran Revolución Socialista de Octubre
(6 de noviembre de 1957).
Los comunistas nunca ocultamos nuestras aspiraciones políticas.
Nuestro programa futuro o máximo es llevar a China a la sociedad socialista y
la comunista. Esto es definitivo y no admite duda. El nombre de nuestro
Partido y nuestra concepción marxista del mundo indican de manera inequívoca
este supremo ideal pare el futuro, infinitamente bello y luminoso.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945)
Obras Escogidas, t. III.
Tomado en su conjunto, el movimiento revolucionario
chino dirigido por el Partido Comunista de China abarca dos etapas: la
revolución democrática y la socialista. Se trata de dos procesos
revolucionarios esencialmente diferentes, y sólo después de consumado el
primero se puede emprender el segundo. La revolución democrática es la
preparación necesaria para la revolución socialista y la revolución
socialista es la dirección inevitable para el desarrollo de la revolución
democrática. El objetivo final por el que luchan todos los comunistas es la
instauración completa de la sociedad socialista y de la comunista.
La revolución china y el Partido Comunista de China
(diciembre de 1939),
Obras Escogidas, t. II.
La revolución socialista tiene por objetivo liberar las
fuerzas productivas. La transformación de la propiedad individual en
propiedad colectiva socialista dentro de la agricultura y la artesanía, y de
la propiedad capitalista en propiedad socialista dentro de la industria y el
comercio privados, libera necesariamente y en gran medida las fuerzas
productivas. Se crean así las condiciones sociales para un inmenso desarrollo
de la producción industrial y agrícola.
Discurso ante la Conferencia Suprema de Estado
(25 de enero de 1956).
Estamos realizando no sólo una revolución en el
sistema social: la transformación de la propiedad privada en propiedad
social, sino también una revolución en la técnica: la transformación de la
producción artesanal en producción moderna, mecanizada y en gran escala.
Ambas revoluciones se hallan ligadas entre sí. En la agricultura, dadas las
condiciones de nuestro país, la cooperativización debe preceder al empleo de
la gran maquinaria (en los países capitalistas la agricultora se desarrolla
de modo capitalista). De ahí que en ningún cave podamos considerar la
industria y la agricultora, la industrialización socialista y la transformación
socialista de la agricultura, como dos cosas separadas y aisladas una de otra,
ni podamos destacar una y subestimar la otra.
Sobre el problema de la cooperativización agrícola
(31 de julio de 1955),
[Obras Escogidas, t. V].
El nuevo sistema social acaba de establecerse y su
consolidación requiere tiempo. No se puede suponer que el nuevo sistema,
junto con establecerse, quede totalmente consolidado, cosa que es imposible.
Se irá consolidando paso a paso. Para su consolidación definitiva, es
necesario no sólo llevar a cabo la industrialización socialista del país y
perseverar en la revolución socialista en el frente económico, sino también
realizar una lucha revolucionaria socialista y una educación socialista
constantes y arduas en los frentes político e ideológico. Aparte de ello, se
requiere la contribución de diversos factores internacionales.
Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido
Comunista de China sobre el Trabajo de Propaganda
(12 de marzo de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].
En China, la lucha para afianzar el sistema socialista,
la lucha para decidir si vencerá el socialismo o el capitalismo, llevará
todavía un período histórico muy largo. Pero todos debemos comprender que
el nuevo sistema, el socialista, será consolidado ineluctablemente.
Construiremos un país socialista con una industria, una agricultura, una
ciencia y una cultura modernas.
Ibíd.
El número de intelectuales hostiles a nuestro Estado es
muy reducido. Les disgusta nuestro Estado, la dictadura del proletariado, y
suspiran por la vieja sociedad. Cuando se les presenta la oportunidad,
provocan disturbios e intentan derrocar al Partido Comunista y restaurar la
vieja China. Entre el camino proletario y el burgués, entre el camino
socialista y el capitalista, optan tercamente por el última. Y como este
camino es impracticable, en realidad están dispuestos a entregarse al
imperialismo, al feudalismo y al capitalismo burocrático. Estos individuos se
encuentran en los círculos políticos, industriales y comerciales, culturales
y docentes, científico-tecnológicos y religiosos, y son extremadamente
reaccionarios.
Ibíd.
Problema serio es la educación del campesinado. La
economía campesina es dispersa, y la socialización de la agricultura, a
juzgar por la experiencia de la Unión Soviética, requerirá un tiempo largo
y un trabajo minucioso. Sin la socialización de la agricultura, no habrá un
socialismo completo y sólido.
Sobre la dictadura democrática popular
(30 de junio de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
Debemos tener la convicción de que, primero, las
grandes masas campesinas están dispuestas a marchar paso a paso por el camino
socialista bajo la dirección del Partido, y, segundo, el Partido es capaz de
dirigir al campesinado por este camino. Estos dos puntos constituyen la
esencia de la cuestión, la corriente principal.
Sobre el problema de la cooperativización agrícola
(31 de julio de 1955),
[Obras Escogidas, t. V].
Los organismos dirigentes de las cooperativas deben
establecer en su seno el predominio de los campesinos pobres y los nuevos
campesinos medios de la capa inferior, dejando como fuerza auxiliar a los
antiguos campesinos medios de la capa inferior y a los antiguos y nuevos
campesinos de la capa superior. Sólo así se podrá, en conformidad con la
política del partido, alcanzar la unidad entre los campesinos pobres y los
medios, consolidar las cooperativas, fomentar la producción y llevar a cabo
correctamente la transformación socialista de todo el campo. De otra manera,
será imposible la unidad entre los campesinos medios y los campesinos pobres,
la consolidación de las cooperativas, el desarrollo de la producción y la
transformación socialista de todo el campo.
Nota de introducción al artículo
"Cómo el predominio en la cooperativa agrícola de
Wutang cantón de Kaoshan distrito de Changsha, pasó
de los campesinos medios a los campesinos pobres"
[Septiembre y diciembre de] (1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].
Es necesario unirse con los campesinos medios, y es erróneo
no hacerlo. Mas, en quién deben apoyarse la clase obrera y el Partido
Comunista en las zonas rurales para unirse con los campesinos medios y llevar
a cabo la transformación socialista de todo el campo? Desde luego que únicamente
en los campesinos pobres. Así fue cuando se desplegó la lucha contra los
terratenientes y se realizó la reforma agraria, y así es hoy, cuando se
desarrolla la lucha contra los campesinos ricos y los de más elementos
capitalistas para llevar a cabo la transformación socialista de la
agricultora. En las etapas iniciales de ambos períodos revolucionarios, los
campesinos medios se muestran vacilantes. Resuelven incorporarse a la revolución
sólo después de percibir la tendencia general de los acontecimientos y el próximo
triunfo de la revolución. Los campesinos pobres deben trabajar entre los
campesinos medios y ganárselos, para que la revolución vaya ampliándose de
día en día hasta la victoria final.
Nota de introducción al artículo
"La lección del surgimiento de la 'cooperativa de
los campesinos medios' y la 'cooperativa de los
campesinos pobres' en el distrito de Fúan"
[Septiembre y diciembre de](1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].
Entre los campesinos acomodados se observa una grave
tendencia al capitalismo. Esta tendencia se extenderá como una inundación si
descuidamos en lo más mínimo nuestro trabajo político entre los campesinos,
ya sea durante el movimiento de cooperativización o durante un muy largo
periodo posterior.
Nota de introducción al artículo
"Es necesario luchar resueltamente
contra la tendencia al capitalismo"
[Septiembre y diciembre de](1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].
El movimiento de cooperativización agrícola ha sido,
desde su comienzo mismo, una seria lucha ideológica y política. No se puede
crear ninguna cooperativa sin pasar por esta lucha. Para poder construir un
sistema social completamente nuevo en el sitio del viejo sistema, hay que
limpiar el lugar. Invariablemente, los residuos de las viejas ideas que
reflejan el viejo sistema subsisten por largo tiempo en la conciencia de la
gente, y no ceden con facilidad. Una cooperativa, después de establecida,
tiene que pasar por muchas otras luchas antes de llegar a su consolidación.
Incluso entonces, puede fracasar apenas relaje sus esfuerzos.
Nota de introducción al artículo
"Una grave lección"
[Septiembre y diciembre de](1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].
Durante los últimos años, las fuerzas espontáneas del
capitalismo han venido aumentando diariamente en el campo; en todas partes,
han surgido nuevos campesinos ricos y muchos campesinos medios acomodados
procuran hacerse campesinos ricos. Por otro lado, multitud de campesinos
pobres siguen en la miseria por escasez de medios de producción: algunos han
endeudado y otros han vendido su sierra o la han arrendado. Si se deja que
esta tendencia siga su curso, se irá agravando día a día la polarización
en el campo. Los campesinos que hayan perdido su tierra y los que continúen
en la pobreza, se quejarán de que hacemos poco para salvarlos de la ruina o
ayudarlos a salir de las dificultades. También se sentirán descontentos con
nosotros los campesinos medios acomodados que se dirigen hacia el capitalismo,
pues jamás podremos satisfacer sus demandas, a menos que, queramos emprender
el camino capitalista. En tales circunstancias, puede permanecer sólida la
alianza obrero-campesina? Claro que no. Este problema sólo puede resolverse
sobre una base nueva, lo cual significa efectuar paso a paso la transformación
socialista de toda la agricultura, simultáneamente con la realización
gradual de la industrialización socialista y de la transformación socialista
de la artesanía y de la industria y el comercio capitalistas. En otras
palabras, significa realizar la cooperativización y eliminar en el campo la
economía de los campesinos ricos y la economía individual, para que prospere
conjuntamente toda la población rural. Sostenemos que ésta es la única
manera de consolidar la alianza obrero-campesina.
Sobre el problema de la cooperativización agrícola
(31 de julio de 1955),
[Obras Escogidas, t. V].
Por planificación total entendemos una planificación
que tenga en cuenta a nuestros seiscientos millones de habitantes. Al formular
los planes, manejar los asuntos o considerar los problemas, debemos partir del
hecho de que China tiene una población de seiscientos millones de personas,
hecho que no podemos olvidar jamás.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo
(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].
Además de la dirección del Partido, es factor decisivo
nuestra población de seiscientos millones. Más gente significa mayor riqueza
de ideas, más entusiasmo y más energía. Las masas populares nunca han
estado como ahora tan animadas y tan llenas de audacia y combatividad.
Presentación de una cooperativa
(15 de abril de 1958).
Entre otras características de la población de
seiscientos millones de China, se destaca su pobreza y desnudez. Esta parece
una cosa malo, pero en realidad es buena. La pobreza impulse el anhelo de
cambio, de acción, de revolución. En una hoja de papel en blanco, desnuda,
se pueden escribir las palabras más nuevas y hermosas y pintar los cuadros más
originales y bellos.
Ibíd.
Después de conquistada la victoria de la revolución
china en todo el país y resuelto el problema agrario, existirán todavía dos
contradicciones fundamentales en China. La primera, de orden interno, es la
contradicción entre la clase obrera y la burguesía; la segunda, de orden
externo, en la contradicción entre China y los países imperialistas. En
consecuencia, luego de la victoria de la revolución democrática popular, el
Poder estatal de la república popular dirigida por la clase obrera no debe
debilitarse, sino fortalecerse.
Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central
elegido
en el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China
(5 de marzo de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
No quieren ustedes abolir el Poder estatal? Si,
queremos, pero no ahora; no podemos hacerlo todavía.
Por qué? Porque aún existe el imperialismo, porque aún
existe la reacción interior, porque aún hay clases en el país. Nuestra
tarea actual es fortalecer el aparato del Estado del pueblo -- principalmente
el ejército popular, la policía popular y los tribunales populares -- a fin
de consolidar la defensa nacional y proteger los intereses del pueblo.
Sobre la dictadura democrática popular
(30 de junio de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
Nuestro Estado es una dictadura democrática popular
dirigida por la clase obrera y basada en la alianza obrero-campesina. Para qué
esta dictadura? Su primera función es reprimir, dentro del país, a las
clases y elementos reaccionarios, a los explotadores que oponen resistencia a
la revolución socialista y a los que sabotean nuestra construcción
socialista; es decir, resolver las contradicciones internas entre nosotros y
el enemigo. Por ejemplo, entra en el radio de acción de nuestra dictadura
arrestar y condenar a cierto número de elementos contrarrevolucionarios, y
privar por un tiempo determinado de derechos electorales y libertad de expresión
a los terratenientes y capitalistas burocráticos. Para mantener el orden público
y defender los intereses de las masas populares, es necesario igualmente
ejercer la dictadura sobre los ladrones, bandas de malhechores y otros
elementos perniciosos que alterar seriamente el orden público. La segunda
función de esta dictadura es defender a nuestro país de la subversión y
posible agresión de los enemigos exteriores. En este caso, la dictadura toma
sobre sí la tarea de resolver la contradicción externa entre nosotros y el
enemigo. El objetivo de la dictadura es proteger a todo el pueblo para que
pueda dedicarse al trabajo pacífico y transformar a China en un país
socialista con una industria, una agricultura, una ciencia y una cultura
modernas.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo
(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].
La dictadura democrática popular necesita la dirección
de la clase obrera, porque la clase obrera es la más perspicaz, la más
desinteresada y la más consecuentemente revolucionaria. Toda la historia de
la revolución prueba que, sin la dirección de la clase obrera, la revolución
fracasa, y que, con su dirección, la revolución triunfa.
Sobre la dictadura democrática popular
(30 de junio de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
La dictadura democrática popular se base en la alianza
de la clase obrera, el campesinado y la pequeña burguesía urbana y,
principalmente, en la alianza de los obreros y los campesinos, porque estas
dos clases constituyen del 80 al 90 por ciento de la población de China. El
derrocamiento del imperialismo y de los reaccionarios kuomintanistas se debe
principalmente a la fuerza de estas dos clases. La transición de la nueva
democracia al socialismo depende principalmente de la alianza de estas dos
clases.
Ibíd.
La lucha de clases, la lucha por la producción y la
experimentación científica son los tres grandes movimientos revolucionarios
para construir un poderosos país socialista. Constituyen una garantía real
de que los comunistas se verán libres del burocratismo e inmunes al
revisionismo y el dogmatismo, y permanecerán siempre invencibles; una garantía
segura de que el proletariado, en unión con las amplias masas trabajadoras,
podrá llevar adelante la dictadura democrática. Si no se desplegaran estos
movimientos y se permitiera salir a escena a los terratenientes, campesinos
ricos, contrarrevolucionarios, elementos nocivos y monstruos y demonios,
mientras nuestros cuadros cerraran los ojos y muchos, en vez de distinguir
entre los enemigos y nosotros, llegaran hasta colaborar con ellos y fueran
corrompidos, divididos y desmoralizados por ellos, y, en consecuencia, fueran
arrastrados al campo enemigo o los enemigos lograran infiltrarse en nuestras
filas, y si muchos de nuestros obreros, campesinos e intelectuales cayeran víctimas
de las tácticas blandas o duras del enemigo, entonces no haría falta mucho
tiempo, tal vez unos cuantos años, o una década, o varias décadas a lo
sumo, para que se produjera fatalmente una restauración contrarrevolucionaria
a escala nacional, el partido marxista-leninista se transformara en partido
revisionista o en partido fascista, y toda China cambiara de color.
Nota a los Siete buenos documentos de la provincia de
Chechiang
acerca de la participación de los cuadros en el trabajo manual
(9 de mayo de 1963),
citada en el artículo
"Acerca del falso comunismo de Jruschov
y sus lecciones históricas para el mundo."
La dictadura democrática popular emplea dos métodos.
Con los enemigos, emplea la dictadura, es decir, no les permite, por el período
que sea necesario, tomar parte en las actividades políticas y los obliga a
obedecer las leyes del Gobierno Popular, a trabajar y a transformarse mediante
el trabajo en gente nueva. Con el pueblo, por el contrario, emplea la
democracia y no la coacción; es decir, le permite participar en las
actividades políticas y no lo obliga a hacer esto o aquello, sino lo educa y
persuade por medios democráticos.
Discurso de clausura en la II Sesión del Primer Comité
Nacional
de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino
(23 de junio de 1950).
Bajo la dirección del Partido Comunista, el pueblo
chino está desplegando un vigoroso movimiento de rectificación a fin de
lograr que el socialismo en nuestro país se desarrolle rápidamente y sobre
una base aún más sólida. Se trata de un gran debate desplegado en la ciudad
y el campo, sobre cuestiones tales como el camino socialista frente al
capitalista, el sistema fundamental del Estado y sus importantes principios
políticos, el estilo de trabajo de los cuadros del Partido y del Gobierno y
el bienestar del pueblo, un debate a escala nacional que se desarrolla en
forma dirigida, libremente, presentando hechos y argumentos, un debate con
miras a resolver correctamente las contradicciones reales en el seno del
pueblo que exigen solución inmediata. Este es un movimiento socialista por la
autoeducación y la autotransformación del pueblo.
Discurso en la reunión del Soviet Supremo de
la URSS en conmemoración del 40 aniversario
de la Gran Revolución Socialista de Octubre
(6 de noviembre de 1957).
La grandiosa labor de construcción nos plantea tareas
extraordinariamente arduas. Aunque nuestro Partido tiene más de diez millones
de militantes, ellos no constituyen sino una exigua minoría de la población
total del país. En nuestros organismos estatales y otras instituciones públicas,
una gran parte del trabajo tenemos que confiarlo a trabajadores qué no
militan en el Partido. Si no sabemos apoyarnos en las masas populares, si no
sabemos colaborar con los trabajadores que no militan en el Partido, no
podremos cumplir bien nuestro trabajo. A la vez que seguimos fortaleciendo la
unidad de todo el Partido, debemos continuar reforzando la unidad de todas las
nacionalidades, clases democráticas, partidos democráticos y organizaciones
populares, fortaleciendo y ampliando nuestro Frente Unico Democrático
Popular. En cualquier sector de nuestro trabajo, debemos eliminar
concienzudamente cualquier manifestación negativa que perjudique la unidad
entre el Partido y el pueblo.
Discurso de apertura en el VIII Congreso
Nacional del Partido Comunista de China
(15 de septiembre de 1956)
[Obras Escogidas, t. V].
IV. EL TRATAMIENTO CORRECTO
DE LAS CONTRADICCIONES
EN EL SENO DEL PUEBLO
Existen ante nosotros dos tipos de contradicciones
sociales: contradicciones entre nosotros y el enemigo y contradicciones en el
seno del pueblo. Estos dos tipos de contradicciones son de naturaleza
completamente distinta.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo
(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].
Para comprender acertadamente los dos diferentes tipos
de contradicciones, es necesario, ante todo, precisar qué se entiende por
pueblo y qué por enemigo. (...) En la etapa actual, período de edificación
del socialismo, integran el pueblo todas las clases, capas y grupos sociales
que aprueban y apoyan la causa de la construcción socialista y participan en
ella; son enemigos del pueblo todas las fuerzas y grupos sociales que oponen
resistencia a la revolución socialista y se muestran hostiles a la construcción
socialista o la sabotean.
Ibíd.
En las condiciones actuales de China, las
contradicciones en el seno del pueblo comprenden las contradicciones dentro de
la clase obrera, dentro del campesinado y dentro de la intelectualidad; las
contradicciones entre la clase obrera y el campesinado, entre los obreros y
campesinos, por una parte, y los intelectuales, por otra; las contradicciones
entre la clase obrera y los demás trabajadores, por una parte, y la burguesía
nacional, por otra; las contradicciones dentro de la burguesía nacional, etc.
Nuestro Gobierno Popular es un gobierno que representa realmente los intereses
del pueblo, un gobierno que sirve al pueblo. Sin embargo, entre él y las
mesas populares también existen ciertas contradicciones. Estas incluyen las
contradicciones entre los intereses estatales, los intereses colectivos y los
intereses individuales, entre la democracia y el centralismo, entre dirigentes
y dirigidos, y entre el estilo burocrático de trabajo de ciertos trabajadores
gubernamentales y las masas. Todas éstas también son contradicciones en el
seno del pueblo. Hablando en términos generales, las contradicciones en el
seno del pueblo existen sobre la base de la identidad fundamental de los
intereses de éste.
Ibíd.
Las contradicciones entre nosotros y el enemigo son
antagónicas. En el seno del pueblo, las contradicciones entre las masas
trabajadoras no son antagónicas, mientras que las contradicciones entre la
clase explotada y la explotadora, además de su aspecto antagónico, tienen su
aspecto no antagónico.
Ibíd.
Cómo juzgar, en el marco de la vida política de
nuestro pueblo, si son correctas o erróneas nuestras palabras y actos?
Consideramos que, con arreglo a los principios de nuestra Constitución, la
voluntad de la aplastante mayoría de nuestro pueblo y las posiciones políticas
comunes proclamadas en varias ocasiones por los partidos y grupos políticos
de nuestro país, se pueden formular, en términos generales, los siguientes
criterios:
1) Las palabras y actos deben contribuir a unir, y no
a dividir, a los pueblos de nuestras distintas nacionalidades;
2) Deben favorecer, y no perjudicar, la transformación
y la construcción socialistas;
3) Deben contribuir a consolidar, y no a minar o
debilitar, la dictadura democrática popular;
4) Deben contribuir a afianzar, y no a socabar o
debilitar, el centralismo democrático;
5) Deben contribuir a fortalecer, y no a destacar o
debilitar, la dirección del Partido Comunista;
6) Deben favorecer, y no perjudicar, la unidad
socialista internacional y la unidad de los pueblos de todo el mundo amantes
de la paz.
De estos seis criterios, los más importantes son el camino
socialista y la dirección del Partido.
Ibíd.
La eliminación de los contrarrevolucionarios es una
lucha, una contradicción, entre nosotros y el enemigo. Dentro del pueblo, hay
gentes que consideran esta cuestión desde un punto de vista algo distinto.
Dos tipos de personas tienen criterios diferentes del nuestro. Las que, con
una mentalidad derechista, en vez dé establecer una distinción entre
nosotros y el enemigo, toman al enemigo por gente nuestra; consideran amigos a
los que las grandes masas miran como enemigos. Las que, con una mentalidad
izquierdista, exageran el alcance de las contradicciones entre nosotros y el
enemigo hasta el punto de tomar como tales ciertas contradicciones en el seno
del pueblo y considerar contrarrevolucionarias a personas que en realidad no
lo son. Ambas concepciones son erróneas. Con ninguna de ellas se puede tratar
correctamente el problema de la eliminación de los contrarrevolucionarios, ni
apreciar en su justo valor nuestra labor a este respecto.
Ibíd.
Las contradicciones cualitativamente diferentes sólo
pueden resolverse por métodos cualitativamente diferentes. Por ejemplo: la
contradicción entre el proletariado y la burguesía se resuelve por medio de
la revolución socialista; la contradicción entre las masas populares y el
sistema feudal, por medio de la revolución democrática; la contradicción
entre las colonias y el imperialismo, por medio de la guerra revolucionaria
nacional ; la contradicción entre la clase obrera y el campesinado en la
sociedad socialista, por medio de la colectivización y la mecanización de la
agricultura; las contradicciones en el seno del Partido Comunista, por medio
de la crítica y la autocrítica; la contradicción entre la sociedad y la
naturaleza, por medio del desarrollo de las fuerzas productivas. (...)
Resolver contradicciones diferentes por métodos diferentes es un principio
que los marxista-leninistas deben observar rigurosamente.
Sobre la contradicción
(agosto de 1937),
Obras Escogidas, t. I.
Las contradicciones entre nosotros y el enemigo y las
existentes en el seno del pueblo, por ser de diferente naturaleza, deben
resolverse por diferentes métodos. En pocas palabras, en cuanto a las
primeras, la cuestión es establecer una distinción clara entre nosotros y el
enemigo, y en cuanto a las segundas, establecer una distinción precisa entre
lo correcto y lo erróneo. Por supuesto que distinguir entre nosotros y el
enemigo es también cuestión de distinguir entre lo correcto y lo erróneo.
Por ejemplo, la cuestión de precisar quién tiene razón: nosotros o los
reaccionarios interiores y exteriores, el imperialismo, el feudalismo y el
capitalismo burocrático, se refiere asimismo a distinguir entre lo correcto y
lo erróneo, pero se diferencia, por su naturaleza, de las cuestiones
relativas a lo correcto y lo erróneo en el seno del pueblo.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo
(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].
Los problemas de carácter ideológico y los problemas
de controversia en el seno del pueblo, pueden resolverse únicamente por el método
democrático, por medio de la discusión, la crítica, la persuasión y
educación, y no por métodos coactivos o represivos.
Ibíd.
A fin de poder dedicarse fructíferamente a la producción
y al estudio y vivir en un ambiente de orden, el pueblo exige que su Gobierno
y los dirigentes de la producción y de las organizaciones culturales y
educativas dicten apropiadas disposiciones administrativas con carácter
obligatorio. Es de sentido común que sin ellas resulta imposible mantener el
orden público. Las órdenes administrativas y el método de persuasión y
educación se complementan mutuamente en la solución de las contradicciones
en el seno del pueblo. Las disposiciones administrativas dictadas con el fin
de mantener el orden público, deben ir acompañadas de la persuasión y
educación, ya que, en muchos casos, aquéllas no dan resultado por sí solas.
Ibíd.
La burguesía y la pequeña burguesía exteriorizarán
indefectiblemente su ideología. Se expresarán, obstinadamente y por todos
los medios posibles, en las cuestiones políticas e ideológicas. No se puede
esperar que no procedan así. No debemos impedir mediante coacción que se
manifiestan; al contrario, debemos permitirles que lo hagan y, al mismo
tiempo, debatir con ellos y someterlos a una crítica adecuada. Está fuera de
dude que debemos criticar las ideas erróneas de toda índole. Por supuesto
que es inadmisible abstenerse de criticar las ideas equivocadas, contemplar
con indiferencia cómo se difunden por todas partes y permitirles monopolizar
el mercado. Todo error debe ser criticado y toda hierba venenosa, arrancada.
Sin embargo, la crítica no ha de ser dogmática; no hay que emplear el método
metafísico, sino esforzarse por aplicar el método dialéctico. Lo que se
necesita es análisis científico y argumentos plenamente convincentes.
Ibíd.
Es necesario criticar los defectos del pueblo, (...)
pero al hacerlo, debemos adoptar verdaderamente la posición del pueblo y
hablar llenos del ardiente deseo de protegerlo y educarlo. Tratar a los
camaradas como a enemigos es pasarse a la posición del enemigo.
Intervenciones en el Foro de Yenán sobre Literatura y
Arte
(mayo de 1942),
Obras Escogidas, t. III.
La contradicción y la lucha son universales y
absolutas, pero los métodos para resolver las contradicciones, esto es, las
formas de lucha, varían según el carácter de las contradicciones. Algunas
contradicciones tienen un carácter antagónico abierto, mientras otras no. De
acuerdo con el desarrollo concreto de las cosas, algunas contradicciones,
originalmente no antagónicas, se desarrollan y transforman en antagónicas,
mientras otras, originalmente antagónicas, se desarrollan y transforman en no
antagónicas.
Sobre la contradicción
(agosto de 1937),
Obras Escogidas, t. I.
En circunstancias regulares, las contradicciones en el
seno del pueblo no son antagónicas. Sin embargo, pueden llegar a serlo si no
las tratamos como es debido o si aflojamos nuestra vigilancia y nos
adormecemos políticamente. En un país socialista, semejante caso no pasa de
ser, por lo común, un fenómeno parcial y transitorio. Esto se explica porque
ya se ha abolido el sistema de explotación del hombre por el hombre y los
intereses del pueblo son, en lo fundamental, idénticos.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo
(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].
En nuestro país, la contradicción entre la clase
obrera y la burguesía nacional pertenece a la categoría de las
contradicciones en el seno del pueblo. La lucha de clases entre la clase
obrera y la burguesía nacional es, en general, una lucha de clases dentro de
las filas del pueblo, porque la burguesía nacional de China tiene un doble
carácter. En el período de la revolución democrático-burguesa, su carácter
era, por un lado, revolucionario y, por el otro, conciliador. En el período
de la revolución socialista, uno de los aspectos de su carácter es la
explotación de la clase obrera para obtener ganancias, y el otro, su apoyo a
la Constitución y su disposición a aceptar la transformación socialista. La
burguesía nacional se diferencia de los imperialistas, la clase terrateniente
y la burguesía burocrática. La contradicción entre la clase obrera y la
burguesía nacional, como contradicción entre explotados y explotadores, es
antagónica por naturaleza. Sin embargo, en las condiciones concretes de
China, esta contradicción antagónica entre las dos clases, si la tratamos
apropiadamente, puede transformarse en no antagónica y ser resuelta por
medios pacíficos. Pero se convertirá en contradicción entre nosotros y el
enemigo si no la tratamos como es debido, si no aplicamos la política de
unirnos con la burguesía nacional, criticarla y educarla, o si la burguesía
nacional no acepta esta política nuestra.
Ibíd.
La rebelión contrarrevolucionaria en Hungría, en 1956,
es un caso en que los reaccionarios dentro de un país socialista, en
confabulación con los imperialistas y explotando las contradicciones en el
seno del pueblo, fomentaron disensiones y provocaron desórdenes, en el
intento de alcanzar sus designios conspirativos. Merece la atención de todos
esta lección de los acontecimientos de Hungría.
Ibíd.
V. GUERRA Y PAZ
La guerra, que ha existido desde la aparición de la
propiedad privada y las clases, es la forma más alta de lucha para resolver
las contradicciones entre clases, naciones, Estados o grupos políticos,
cuando estas contradicciones han llegado a una determinada etapa de su
desarrollo.
Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria
de China
(diciembre de 1936),
Obras Escogidas, t. I.
La guerra es la continuación de la política. En este
sentido, la guerra es política, y es en sí misma una acción política. No
ha habido jamás, desde los tiempos antiguos, ninguna guerra que no tuviese un
carácter político. (...)
Pero la guerra tiene sus características peculiares, y en
este sentido, no es igual a la política en general. La guerra es la
continuación de la política por otros medios. Cuando la política llega a
cierta etapa de su desarrollo, más allá de la cual no puede proseguir por
los medios habituales, estalla la guerra para barrer el obstáculo del camino.
(...) Cuando sea eliminado el obstáculo y conseguido nuestro objetivo político,
terminará la guerra. Mientras no se elimine por completo el obstáculo, la
guerra tendrá que continuar hasta que se logre totalmente el objetivo. (...)
Se puede decir entonces que la política es guerra sin derramamiento de
sangre, en tanto que la guerra es política con derramamiento de sangre.
Sobre la guerra prolongada
(mayo de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
La historia demuestra que las guerras se dividen en dos
clases: las justas y las injustas. Todas las guerras progresistas son justas,
y todas las que impiden el progreso son injustas. Los comunistas nos oponemos
a todas las guerras injustas, que impiden el progreso, pero no estamos en
contra de las guerras justas, progresistas. Los comunistas, lejos de oponernos
a estas últimas, participamos activamente en ellas. En cuanto a las guerras
injustas, la Primera Guerra Mundial es un caso en que ambos bandos pelearon
por intereses imperialistas; por lo tanto, los comunistas del mundo entero se
opusieron resueltamente a ella. La forma de combatir una guerra de este tipo
es hacer cuanto se pueda por prevenirla antes de que estalle y, si llega a
estallar, oponer la guerra a la guerra, oponer la guerra justa a la guerra
injusta, siempre que ello sea posible.
Ibíd.
En la sociedad de clases, las revoluciones y las guerras
revolucionarias son inevitables; sin ellas, es imposible realizar saltos en el
desarrollo social y derrocar a las clases dominantes reaccionarias para que el
pueblo conquiste el Poder.
Sobre la contradicción
(agosto de 1937),
Obras Escogidas, t. I.
La guerra revolucionaria es una antitoxina, que no sólo
destruirá el veneno del enemigo, sino que también nos depurará de toda
inmundicia. Toda guerra justa, revolucionaria, está dotada de una fuerza
inmensa, capaz de transformar muchas cosas o abrir el camino a su transformación.
La guerra chino-japonesa transformará a China y al Japón. Siempre que China
persista en la Guerra de Resistencia y en el frente único, el viejo Japón
será convertido en un nuevo Japón, y la vieja China, en una nueva China, y
tanto en China como en el Japón hombres y cosas se transformarán en el curso
de esta guerra y después de ella.
Sobre la guerra prolongada
(mayo de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
Todos los comunistas tienen que comprender esta verdad:
El Poder nace del fusil.
Problemas de la guerra y de la estrategia
(6 de noviembre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
La tarea central y la forma más alta de toda revolución
es la tome del Poder por medio de la fuerza armada, es decir, la solución del
problema por medio de la guerra. Este principio marxista-leninista de la
revolución tiene validez universal, tanto en China como en los demás países.
Ibíd.
Sin la lucha armada, en China no habrá lugar para el
proletariado, ni para el pueblo, ni para el Partido Comunista, y la revolución
no podrá triunfar. Es en medio de guerras revolucionarias que nuestro Partido
se ha desarrollado, consolidado y bolchevizado en los dieciocho años pasados;
sin la lucha armada, el Partido Comunista no habría llegado a ser lo que es
hoy. Ningún camarada del Partido debe olvidar jamás esta experiencia que
hemos pagado con sangre.
Presentación de 'El Comunista'
(4 de octubre de 1939),
Obras Escogidas, t. II.
Según la teoría marxista del Estado, el ejército es
el principal componente del Poder estatal. Quienquiera que desee tomar el
Poder estatal y retenerlo, tiene que contar con un poderoso ejército. Cierta
gente nos ridiculiza calificándonos de partidarios de la teoría de la
omnipotencia de la guerra. Sí, somos partidarios de la teoría de la
omnipotencia de la guerra revolucionaria; eso no es malo; es bueno, marxista.
Con sus fusiles, los comunistas rusos crearon el socialismo. Nosotros
crearemos una república democrática. La experiencia de la lucha de clases en
la era del imperialismo nos demuestra que sólo mediante la fuerza del fusil
la clase obrera y las demás masas trabajadoras pueden derrotar a la burguesía
y la clase terrateniente armadas; en este sentido cabe afirmar que sólo con
el fusil se puede transformar el mundo entero.
Problemas de la guerra y de la estrategia
(6 de noviembre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
Somos partidarios de la abolición de la guerra; no
deseamos la guerra. Pero la guerra sólo se puede abolir mediante la guerra.
Para acabar con los fusiles, se debe empuñar el fusil.
Ibíd.
La guerra, ese monstruo de matanza entre los hombres,
será finalmente liquidada, en un futuro no lejano, por el progreso de la
sociedad humano. Pero sólo hay un medio para eliminarla: oponer la guerra a
la guerra, oponer la guerra revolucionaria a la guerra contrarrevolucionaria,
oponer la guerra revolucionaria nacional a la guerra contrarrevolucionaria
nacional y oponer la guerra revolucionaria de clase a la guerra
contrarrevolucionaria de clase. (...) Cuando la sociedad humana llegue a una
etapa en que sean eliminados las clases y los Estados, ya no habrá guerras,
contrarrevolucionarias o revolucionarias, injustas o justas. Esa será la era
de la paz eterna para la humanidad. Al estudiar las leyes de la guerra
revolucionaria partimos de la aspiración a eliminar todas las guerras. He aquí
la línea divisoria entre nosotros, los comunistas, y todas las clases
explotadoras.
Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de
China
(diciembre de 1936),
Obras Escogidas, t. I.
Nuestro país y los demás países socialistas necesitan
la paz; también la necesitan los pueblos de todos los países del mundo. Los
únicos que ansían la guerra y no quieren la paz son los grupos del capital
monopolista del puñado de países imperialistas, que se enriquecen con la
agresión.
Discurso de apertura en el VIII Congreso
Nacional del Partido Comunista de China
(15 de septiembre de 1956)
[Obras Escogidas, t. V].
Para lograr una paz duradera en todo el mundo debemos
continuar desarrollando nuestra amistad y colaboración con todos los países
hermanos del campo socialista y reforzar nuestra unidad con todos los países
amantes de la paz. Tenemos que esforzarnos por establecer relaciones diplomáticas
normales, sobre la base del respeto reciproco a la integridad territorial y a
la soberanía de la igualdad de derechos y del provecho mutuo, con todos los
países que deseen vivir en paz con nosotros. Tenemos que prestar activo apoyo
al movimiento de liberación e independencia nacionales en los países de
Asia, Africa y América Latina, así como al movimiento por la paz y a las
luchas justas de todos los países del mundo.
Ibíd.
En cuanto a los países imperialistas, debemos unirnos
también con sus pueblos y esforzarnos por coexistir pacíficamente con estos
países, comerciar con ellos y conjurar toda posible guerra. Sin embargo, de
ningún modo debemos abrigar ideas ilusorias respecto a ellos.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo
(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].
Deseamos la paz. Sin embargo, si el imperialismo se empeña
en desencadenar una guerra, no tendremos otra alternativa que tomar la decisión
de combatir hasta el final y reemprender después nuestra construcción. Si se
teme la guerra todos los días, qué hacer cuando ésta finalmente se
produzca? Primeramente, he dicho que el viento del Este prevalece sobre el
viento del Oeste y que la guerra no estallará, y ahora agrego esta explicación
acerca de la situación que surgirá en caso de estallar la guerra. De este
modo, ambas posibilidades han sido tomadas en cuenta.
Intervención en la Conferencia de Representantes
de los Partidos Comunistas y Obreros de Moscú
(18 de noviembre de 1957).
En todos los países se discute ahora si estallará o no
una tercera guerra mundial. Frente a esta cuestión, también debemos estar
espiritualmente preparados y examinarla de modo analítico. Estamos
resueltamente por la paz y contra la guerra. No obstante, si los imperialistas
insisten en desencadenar una guerra, no debemos sentir temor. Nuestra actitud
ante este asunto es la misma que ante cualquier otro desorden: en primer
lugar, estamos en contra, en segundo, no lo tememos. Después de la Primera
Guerra Mundial apareció la Unión Soviética, con doscientos millones de
habitantes; después de la Segunda Guerra Mundial surgió el campo socialista,
que abarca a novecientos millones de seres. Puede afirmarse que si, a pesar de
todo, los imperialistas desencadenan una tercera guerra mundial, otros
centenares de millones pasarán inevitablemente al lado del socialismo, y a
los imperialistas no les quedará ya mucho espacio en el mundo; incluso es
probable que se derrumbe por completo todo el sistema imperialista.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo
(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].
Provocar disturbios, fracasar, volver a provocar
disturbios, fracasar de nuevo, y así hasta la ruina: ésta es la lógica de
los imperialistas y de todos los reaccionarios del mundo frente a la causa del
pueblo, y nunca marcharán en contra de esta lógica. Esta es una ley
marxista. Cuando decimos que el imperialismo es feroz, queremos decir que su
naturaleza nunca cambiará, que los imperialistas nunca dejarán de lado sus
cuchillas de carnicero ni se convertirán jamás en Budas, y así hasta su
ruina.
Luchar, fracasar, volver a luchar, fracasar de nuevo volver
otra vez a luchar, y así hasta la victoria: ésta es la lógica del pueblo, y
él tampoco marchará jamás en contra de ella. Esta es otra ley marxista. La
revolución del pueblo ruso siguió esta ley, y la ha seguido también la
revolución del pueblo chino.
Desechar las ilusiones, prepararse para la lucha
(14 de agosto de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
La victoria de ningún modo debe hacernos relajar la
vigilancia ante las frenéticas maquinaciones de los imperialistas y sus
lacayos, que tratan de tomar venganza. Quienquiera que relaje la vigilancia
quedará desarmado políticamente y se verá reducido a una posición pasiva.
Discurso pronunciado en la Reunión Preparatoria
de la Nueva Conferencia Consultiva Política
(15 de junio de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
Los imperialistas y sus lacayos, los reaccionarios
chinos, no se resignarán a su derrota en esta tierra nuestra.
Seguirán confabulándose para combatir al pueblo chino por
todos los medios posibles. Por ejemplo, enviarán subrepticiamente sus agentes
a nuestro país para sembrar discordias y provocar disturbios. Eso es
indudable; jamás se olvidarán de hacerlo. Otro ejemplo: los imperialistas
instigarán a los reaccionarios chinos, e incluso les brindarán el concurso
de sus propias fuerzas, para bloquear los puertos de China. Esto lo harán
siempre que les sea posible. Además, si aún ansían aventuras, enviarán
parte de sus tropas a invadir u hostigar nuestras zonas fronterizas, cosa que
tampoco es imposible. Todo esto debemos tenerlo plenamente en cuenta.
El mundo progresa y el futuro es brillante; nadie puede
cambiar esta tendencia general de la historia. Debemos realizar entre el
pueblo una propaganda constante sobre los progresos del mundo y su futuro
luminoso, para que adquiera confianza en la victoria.
Sobre las negociaciones de Chungching
(17 de octubre de 1945),
Obras Escogidas, t. IV.
Los mandos y combatientes del Ejército Popular de
Liberación de ningún modo deben relajar ni en lo más mínimo su voluntad de
combate; toda idea que tienda a relajar la voluntad de combate o a subestimar
al enemigo, es errónea.
Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central
elegido
en el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China
(5 de marzo de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
VI. EL IMPERIALISMO Y TODOS LOS REACCIONARIOS
SON TIGRES DE PAPEL
Todos los reaccionarios son tigres de papel. Parecen
terribles, pero en realidad no son tan poderosos. Visto en perspectiva, no son
los reaccionarios sino el pueblo quien es realmente poderoso.
Conversación con la corresponsal
norteamericana Anna Louise Strong
(agosto de 1946),
Obras Escogidas, t. IV.
Así como en el mundo no hay nada sin doble naturaleza (ésta
es la ley de la unidad de los contrarios), también el imperialismo y todos
los reaccionarios tienen un doble carácter: son a la vez tigres auténticos y
tigres de papel. En la historia, antes de conquistar el Poder y durante algún
tiempo después de haberlo conquistado, la clase de los esclavistas, la clase
terrateniente feudal y la burguesía eran vigorosas, revolucionarias y
progresistas; eran tigres auténticos. Pero, con el tiempo, como sus
contrarios -- la clase de los esclavos, el campesinado y el proletariado --
crecían y se fortalecían gradualmente, luchaban contra ellas y se volvían más
y más formidables, estas clases gobernantes se transformaron poco a poco en
su reverso, se transformaron en reaccionarias en retrógradas, en tigres de
papel, y finalmente fueron derrocadas, o serán derrocadas, por el pueblo. Las
clases reaccionarias, retrógradas y decadentes conservaban este doble carácter
incluso en la lucha a muerte que el pueblo sostenía contra ellas. Por una
parte, eran tigres auténticos, devoraban a la gente, la devoraban por
millones y decenas de millones. La causa de la lucha popular atravesaba un período
de dificultades y penalidades y un camino lleno de recodos. En China, para
destruir la dominación del imperialismo, el feudalismo y el capitalismo
burocrático el pueblo chino necesitó más de cien años y perdió decenas de
millones de vidas antes de lograr la victoria en 1949. Miren! No eran tigres
vivos, tigres de hierro, tigres auténticos? Sin embargo, al final se
transformaron en tigres de papel, tigres muertos, tigres de requesón de soya.
Estos son hechos históricos. No ha visto u oído contar la gente tales
hechos? En verdad ha habido millares y decenas de millares de ellos! Millares
y decenas de millares! Por lo tanto, el imperialismo y todos los
reaccionarios, mirados en su esencia, en perspectiva, desde el punto de vista
estratégico, deben ser considerados como lo que son: tigres de papel. En esto
se base nuestro concepto estratégico. Por otra parte, también son tigres
vivos, tigres de hierro, tigres auténticos, que devoran a la gente. En esto
se base nuestro concepto táctico.
Intervención en la reunión del buro Político del Comité
Central
del Partido Comunista de China, celebrada en Wuchang
(1° de diciembre de 1958),
véase la nota explicativa a la
Conversación con la corresponsal
norteamericana Anna Louise Strong
Obras Escogidas, t. IV.
He dicho que todos los reaccionarios, tenidos por
fuertes, no son más que tigres de papel. La razón es que viven divorciados
del pueblo. Miren! No era Hitler un tigre de papel? No fue acaso derribado?
También dije que el zar de Rusia, el emperador de China y el imperialismo
japonés fueron todos tigres de papel. Como saben ustedes, todos ellos han
sido derribados. El imperialismo norteamericano no ha sido derribado aún y
tiene la bomba atómica. Estoy seguro de que asimismo será derribado. También
es un tigre de papel.
Intervención en la Conferencia de Representantes
de los Partidos Comunistas y Obreros de Moscú
(18 de noviembre de 1957).
Levantar una piedra para dejarla caer sobre los propios
pies es un dicho con que los chinos describimos el comportamiento de ciertos
estúpidos. Los reaccionarios de todos los países pertenecen a esta especie
de estúpidos. En fin de cuentas, sus persecuciones contra el pueblo
revolucionario no sirven sino para ampliar e intensificar aún más las
revoluciones populares. Acaso las persecuciones del zar de Rusia y Chiang
Kai-shek contra los pueblos revolucionarios no cumplieron precisamente esta
función propulsora en las grandes revoluciones rusa y china?
Discurso en la reunión del Soviet Supremo de
la URSS en conmemoración del 40 aniversario
de la Gran Revolución Socialista de Octubre
(6 de noviembre de 1957).
El imperialismo norteamericano invadió Taiwán,
territorio de nuestro país, y lo ocupa desde hace ya nueve años.
Recientemente, ha enviado sus fuerzas armadas a invadir y ocupar el Líbano.
Los EE.UU. han establecido, a lo largo del mundo, centenares de bases
militares en un gran número de países. El territorio chino de Taiwán, el Líbano
y todas las bases militares de los EE.UU. en territorios extranjeros son como
dogales echados al cuello del imperialismo norteamericano. Son los mismos
norteamericanos, y nadie más, quienes fabricaron esos dogales, se los echaron
al cuello y entregaron los extremos de las sogas al pueblo chino, a los
pueblos árabes y a los demás pueblos del mundo, que aman la paz y se oponen
a la agresión. Mientras más tiempo permanezcan en esos lugares los agresores
norteamericanos, más irán apretándose los dogales en torno a su cuello.
Discurso en la Conferencia Suprema de Estado
(8 de septiembre de 1958).
El imperialismo no vivirá mucho porque perpetra toda
clase de infamias. Sostiene con obstinación a los reaccionarios de los
distintos países, hostiles a los pueblos. Ocupa por la fuerza muchas
colonias, semicolonias y bases militares. Amenaza la paz con una guerra atómica.
De esta manera, forzada por el imperialismo, más del 90 por ciento de la
población mundial se está alzando o se alzará en masa a la lucha contra él.
Pero el imperialismo aún está vivo; todavía hace y deshace en Asia, Africa
y América Latina. En el mundo occidental, los imperialistas siguen oprimiendo
a las masas populares de sus propios países. Esta situación ha de cambiar.
Es tarea de los pueblos del mundo entero poner término a la agresión y
opresión que realiza el imperialismo, principalmente el imperialismo
norteamericano.
Entrevista con un corresponsal de la Agencia de Noticias
Sinjua
(29 de septiembre de 1958).
Con su despótica actuación en todas partes, el
imperialismo norteamericano se ha convertido en el enemigo de los pueblos del
mundo y se ha aislado cada vez más. Nadie que se niegue a ser esclavo se
dejará atemorizar por las bombas atómicas y de hidrógeno en manos de los
imperialistas norteamericanos. La marejada de indignación de los pueblos del
mundo entero contra los agresores norteamericanos es irresistible. La lucha de
los pueblos del mundo contra el imperialismo norteamericano y sus lacayos
logrará indefectiblemente victorias aún mayores.
Declaraciones de apoyo al pueblo panameño en su justa
lucha patriótica contra el imperialismo norteamericano
(12 de enero de 1964).
Si los grupos del capital monopolista de los EE.UU. se
obstinan en llevar adelante su política de agresión y guerra, llegará
inevitablemente el día en que sean ahorcados por los pueblos del mundo. Igual
suerte correrán los cómplices de los EE.UU.
Discurso en la Conferencia Suprema de Estado
(8 de septiembre de 1958).
En el curso de un largo período hemos llegado a
formarnos este concepto para la lucha contra el enemigo: estratégicamente,
debemos desdeñar a todos nuestros enemigos, pero tácticamente, debemos
tomarlos muy en serio. Es decir, al considerar el todo, debemos despreciar al
enemigo, pero tenerlo muy en cuenta en cada una de las cuestiones concretes.
Si no despreciamos al enemigo al considerar el todo, caeremos en el error de
oportunismo. Marx y Engels no eran más que dos personas, pero ya en su tiempo
declararon que el capitalismo seria derribado en todo el mundo. Sin embargo,
al enfrentar las cuestiones concretes y a cada uno de los enemigos en
particular, si no los tomamos muy en serio, cometeremos el error de
aventurerismo. En la guerra, las batallas sólo pueden ser dadas una por una y
las fuerzas enemigas, aniquiladas parte por parte. Las fábricas sólo pueden
construirse una a una. Los campesinos sólo pueden arar la tierra parcela por
parcela. Incluso al comer pasa lo mismo. Desde el punto de vista estratégico,
tenemos en poco el comer una comida: estamos seguros de poder terminarla. Pero
en el proceso concreto de comer, lo hacemos bocado por bocado. No podemos
engullir toda una comida de un golpe. Esto se llama solución por partes. Y en
la literatura militar se llama destruir las fuerzas enemigas por separado.
Intervención en la Conferencia de Representantes
de los Partidos Comunistas y Obreros de Moscú
(18 de noviembre de 1957).
Estimo que la situación internacional ha llegado ahora
a un nuevo punto de viraje. Actualmente hay dos vientos en el mundo: el viento
del Este y el viento del Oeste. Reza un dicho chino: O el viento del Este
prevalece sobre el del Oeste, o el viento del Oeste prevalece sobre el del
Este. Creo que la situación actual se caracteriza por que el viento del Este
prevalece sobre el viento del Oeste. Es decir, las fuerzas del socialismo ya
han llegado a ser abrumadoramente superiores a las del imperialismo.
Ibíd.
VII. ATREVERSE A LUCHAR
Y A CONQUISTAR LA VICTORIA
Pueblos de todo el mundo, uníos y derrotad a los
agresores norteamericanos y a todos sus lacayos! Pueblos de todo el mundo,
tened coraje, atreveos a luchar, desafiad las dificultades y avanzad en
oleadas. Así el mundo entero pertenecerá a los pueblos. Los monstruos de
toda especie serán liquidados.
Declaración en apoyo al pueblo del Congo (L)
contra la agresión de Los EE.UU.
(28 de noviembre de 1964).
El Partido Comunista de China, habiendo hecho una
apreciación serene de la situación internacional y nacional a la luz de la
ciencia del marxismo-leninismo, comprendía que todos los ataques de los
reaccionarios internos y externos no sólo debían sino que podían ser
desbaratados. Al aparecer en el cielo nubarrones oscuros, señalamos que esto
no era sino un fenómeno temporal, que la oscuridad pasaría pronto y saldría
el sol.
La situación actual y nuestras tareas
(25 de diciembre de 1947),
Obras Escogidas, t. IV.
En la historia de la humanidad, toda fuerza reaccionaria
a punto de perecer se lanza invariablemente a una última y desesperada
embestida contra las fuerzas revolucionarias; a menudo, algunos
revolucionarios se dejan engañar durante cierto tiempo por este poderío
aparente que encubre las entrañas podridas, y no logran ver el hecho esencial
de que el enemigo se aproxima a su fin, en tanto que ellos mismos se acercan a
la victoria.
El punto de viraje en la Segunda Guerra Mundial
(12 de octubre de 1942),
Obras Escogidas, t. III.
Si ellos (el Kuomintang) combaten, los liquidaremos
definitivamente. Así es como se presentan las cosas: si nos atacan y los
destruimos, se sentirán satisfechos; si los destruimos un poco, un poco
satisfechos; si los destruimos más, más satisfechos todavía; si los
destruimos por completo, completamente satisfechos. Los problemas de China son
complejos, y nuestros cerebros deben funcionar también con cierta
complejidad. Si nos atacan, combatiremos en respuesta; combatiremos para
conquistar la paz.
Sobre las negociaciones de Chungching
(17 de octubre de 1945),
Obras Escogidas, t. IV.
Si el enemigo nos ataca y las condiciones son favorables
para combatirlo, nuestro Partido actuará ciertamente en defensa propia para
liquidarlo resuelta, definitiva, cabal y totalmente ( no lanzarse al combate
temerariamente, sino con la seguridad de vencer). De ningún modo debemos
dejarnos intimidar par la arrogancia de los reaccionarios.
Circular del Comité Central del Partido Comunista de
China sobre Las negociaciones de paz con el Kuomintang
(26 de agosto de 1945),
Obras Escogidas, t. IV.
En lo que concierne a nuestro deseo, no quisiéramos
combatir ni un solo día. Pero si las circunstancias nos obligan a luchar,
podemos hacerlo hasta el fin.
Conversación con la corresponsal
norteamericana Anna Louise Strong
(agosto de 1946),
Obras Escogidas, t. IV.
Estamos por la paz. Pero, mientras el imperialismo
norteamericano no renuncie a sus arrogantes e irrazonables exigencias, ni a
sus designios siniestros de extender la agresión, la única decisión posible
para el pueblo chino es continuar la lucha al lado del pueblo coreano. No es
que seamos belicistas. Estamos dispuestos a poner fin a la guerra
inmediatamente y dejar los demás problemas para resolverlos más tarde. Pero
el imperialismo norteamericano no quiere hacerlo así. Pues bien, que continúe
el combate! Estamos preparados para combatir al imperialismo norteamericano
cuantos años desee, combatirlo hasta que quiera parar, hasta la victoria
completa de los pueblos chino y coreano.
Discurso pronunciado en la IV Sesión del Primer Comité
Nacional
de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino
(7 de febrero de 1953).
Debemos extirpar de nuestras files toda idea que sea
expresión de flaqueza e impotencia. Es erróneo todo punto de vista que
sobreestime la fuerza del enemigo y subestime la del pueblo.
La situación actual y nuestras tareas
(25 de diciembre de 1947),
Obras Escogidas, t. IV.
Los pueblos y naciones oprimidos no deben, en modo
alguno, confiar su liberación a la sensatez del imperialismo y sus lacayos. Sólo
podrán lograr la victoria fortaleciendo su unidad y perseverando en su lucha.
Declaración contra la agresión al Sur de Vietnam y la
matanza
de su pueblo por la camarilla EE.UU.-Ngo Dinh Diem
(29 de agosto de 1963).
Sea cual fuere el momento en que estalle esta guerra
civil de amplitud nacional, debemos encontrarnos bien preparados. Si se
produce pronto, digamos mañana por la mañana, también tenemos que estar
preparados. Ese es el primer punto. En la actual situación internacional y
nacional es posible que durante algún tiempo la guerra civil se mantenga
limitada y con un carácter local. Ese es el segundo punto. Para lo primero
debemos prepararnos, lo segundo es lo que existe desde hace tiempo. En
resumen, debemos estar preparados. Si lo estamos, podremos afrontar
apropiadamente toda clase de situaciones complicadas.
La situación y nuestra política después de la
victoria en la Guerra de Resistencia contra el Japón
(13 de agosto de 1945),
Obras Escogidas, t. IV.
VIII. LA GUERRA POPULAR
La guerra revolucionaria es la guerra de las masas, y sólo
puede realizarse movilizando a las masas y apoyándose en ellas.
Preocupémonos par el bienestar de las masas,
prestemos atención a nuestros métodos de trabajo
(27 de enero de 1934),
Obras Escogidas, t. I.
Cuál es la verdadera muralla de hierro? Son las masas,
los millones y millones de hombres que apoyan con toda sinceridad la revolución.
Esta es la verdadera muralla de hierro, que ninguna fuerza podrá romper, podrá
en absoluto romper. La contrarrevolución no logrará destruirnos; por el
contrario, nosotros la destruiremos a ella. Uniendo a los millones y millones
de hombres del pueblo en torno al gobierno revolucionario y desarrollando
nuestra guerra revolucionaria, podremos aniquilar toda contrarrevolución y
tomar el Poder en toda China.
Ibíd.
El más rico manantial de fuerza para librar la guerra
está en las masas populares. El Japón se atreve a atropellarnos
principalmente porque las masas populares de China no están organizadas.
Cuando este defecto sea superado, el agresor japonés se verá rodeado por los
centenares de millones de hombres de nuestro pueblo en pie, y, como un búfalo
salvaje que irrumpe en un cerco de fuego, se estremecerá de pavor a nuestras
solas voces y morirá abrasado en las llamas.
Sobre la guerra prolongada
(mayo de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
Como los imperialistas cometen tantos atropellos contra
nosotros, tenemos que tratarlos con toda seriedad. No solamente debemos poseer
un poderoso ejército regular, sino también organizar contingentes de milicia
popular en todas partes, de modo que los imperialistas, en caso de agredirnos,
difícilmente puedan moverse un solo palmo en nuestro país.
Entrevista con un corresponsal de la Agencia de Noticias
Sinjua
(29 de septiembre de 1958).
Desde el punto de vista de la guerra revolucionaria en
su conjunto, la guerra de guerrillas populares y las operaciones del Ejército
Rojo, que es la fuerza principal, se complementan como las dos manos del
hombre. Contar sólo con la fuerza principal, o sea, el Ejército Rojo, sin
desarrollar la guerra popular de guerrillas, significaría luchar con una solo
mano. En términos concretas, y especialmente desde el punto de vista de las
operaciones militares, cuando hablamos de la población de la base de apoyo
como un factor, queremos decir que contamos con un pueblo armada. Esta es la
razón fundamental por la cual el enemigo considera peligroso aproximarse a
nuestra base de apoyo.
Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de
China
(diciembre de 1936),
Obras Escogidas, t. I.
No cabe duda que el desenlace de una guerra está
determinado principalmente por las condiciones militares, políticos, económicas
y naturales en que se encuentra cada una de las dos partes beligerantes. Pero
no sólo por ellas; está determinado también por la capacidad subjetiva de
las partes beligerantes para dirigir la guerra. Un jefe militar no puede
pretender ganar la guerra traspasando los limites impuestos por las
condiciones materiales, pero si puede y debe esforzarse par vencer dentro de
tales límites. El escenario de acción para un jefe militar está construido
sobre las condiciones materiales objetivas, pero en este escenario puede
dirigir magnificas acciones de épica grandiosidad.
Ibíd.
El objetivo de la guerra no es otro que conservar las
fuerzas propias y destruir las enemigas (destruir las fuerzas enemigas
significa desarmarlas o privarlas de su capacidad para resistir, y no
significa aniquilarlas todas físicamente). En las guerras antiguas, se usaban
la lanza y el escudo: la lanza para atacar y destruir las fuerzas enemigas, y
el escudo para defenderse y conservarse a si mismo. Hasta hoy, las armas no
son más que una extensión de la lanza y el escudo. El bombardero, la
ametralladora, el cañón de largo alcance y los gases tóxicos son
desarrollos de la lanza, en tanto que el refugio antiaéreo, el casco de
acero, las defensas de hormigón y la careta antigás, lo son del escudo. El
tanque es una nueva arma que combina las funciones de la lanza y el escudo. El
ataque es el medio principal para destruir las fuerzas enemigas, pero no se
puede prescindir de la defensa. El ataque se realiza con el objetivo inmediato
de aniquilar las fuerzas del enemigo, pero al mismo tiempo para conservar las
fuerzas propias, porque si no aniquilas al enemigo, serás aniquilado. La
defensa tiene como objetivo inmediato conservar las fuerzas propias, pero al
mismo tiempo es un media de complementar el ataque o prepararse para pasar al
ataque. La retirada pertenece a la categoría de la defensa y es una
continuación de ésta, en tanto que la persecución es una continuación del
ataque. Hay que señalar que la destrucción de las fuerzas enemigas es el
objetivo primario de la guerra y la conservación de las fuerzas propias, el
secundario, porque sólo se puede conservar eficazmente las fuerzas propias
destruyendo las enemigas en gran número. Por lo tanto, el ataque, como media
principal para destruir las fuerzas del enemigo, es lo primario, en tanto que
la defensa, como media auxiliar para destruir las fuerzas enemigas y como uno
de los medios para conservar las fuerzas propias, es lo secundario. Es cierto
que en la práctica de la guerra, la defensa desempeña el papel principal en
muchas ocasiones, mientras que en las demás lo desempeña el ataque, pero si
la guerra se considera en su conjunto, el ataque sigue siendo lo primario.
Sobre la guerra prolongada
(mayo de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
Todos los principios orientadores de las operaciones
militares provienen de un solo principio básico: esforzarse al máximo par
conservar las fuerzas propias y destruir las del enemigo. (...) Cómo explicar
entonces la promoción del espíritu heroico de autosacrificio en la guerra?
Toda guerra impone un precio, a veces sumamente elevado. No se contradice esto
con el principio de conservar las fuerzas propias? En rigor no hay contradicción
alguna; para decirlo con mayor exactitud, los dos aspectos son contrarios que
se complementan. Porque el sacrificio es necesario no sólo para aniquilar las
fuerzas del enemigo, sino también para conservar las propias; la no
conservación (sacrificio o pago del precio) parcial y temporal es
indispensable para la conservación permanente de las fuerzas propias en su
conjunto. De este principio básico se desprende la serie de principios que guían
todas las operaciones militares, desde los principios de tiro (ponerse a
cubierto para conservarse y emplear al máximo la potencia de fuego para
aniquilar al enemigo) hasta los principios estratégicos: todos ellos están
impregnados del espíritu de ese principio fundamental. Todos los principios
relativos a la técnica militar, a la táctica, a las campañas y a la
estrategia, están orientados a asegurar la realización de este principio básico.
El principio de conservar las propias fuerzas y destruir las del enemigo es la
base de todos los principios militares.
Problemas estratégicos de la guerra de guerrillas contra
el Japón
(mayo de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
He aquí nuestros principios militares:
1. Asestar golpes primero a las fuerzas enemigas
dispersas y aisladas, y luego a las fuerzas enemigas concentradas y poderosas.
2. Tomar primero las ciudades pequeñas y medianas y
las vastas zonas rurales, y luego las grandes ciudades.
3. Tener por objetivo principal el aniquilamiento de
la fuerza viva del enemigo y no el mantenimiento o conquista de ciudades o
territorios. El mantenimiento o conquista de una ciudad o un territorio es el
resultado del aniquilamiento de la fuerza viva del enemigo, y, a menudo, una
ciudad o territorio puede ser mantenido o conquistado en definitiva sólo
después de cambiar de manos repetidas veces.
4. En cada batalla, concentrar fuerzas absolutamente
superiores (dos, tres, cuatro y en ocasiones hasta cinco o seis veces las
fuerzas del enemigo), cercar totalmente las fuerzas enemigas y procurar
aniquilarlas por completo, sin dejar que nadie se escape de la red. En
circunstancias especiales, usar el método de asestar golpes demoledores al
enemigo, esto es, concentrar todas nuestras fuerzas para hacer un ataque
frontal y un ataque sobre uno o ambos flancos del enemigo, con el propósito
de aniquilar una parte de sus tropas y desbaratar la otra, de modo que nuestro
ejército pueda trasladar rápidamente sus fuerzas para aplastar otras tropas
enemigas. Hacer lo posible par evitar las batallas de desgaste, en las que lo
ganado no compensa lo perdido o sólo resulta equivalente. De este modo,
aunque somos inferiores en el conjunto (hablando en términos numéricos),
somos absolutamente superiores en cada caso y en cada batalla concreta, y esto
nos asegura la victoria en las batallas. Con el tiempo, llegaremos a ser
superiores en el conjunto y finalmente liquidaremos a todas las fuerzas
enemigas.
5. No dar ninguna batalla sin preparación, ni dar
ninguna batalla sin tener la seguridad de ganarla; hacer todos los esfuerzos
para estar bien preparados para cada batalla, hacer todo lo posible para que
la correlación existente entre las condiciones del enemigo y las nuestras nos
asegure la victoria.
6. Poner en pleno juego nuestro estilo de lucha:
valentía en el combate, espíritu de sacrificio, desprecio a la fatiga y
tenacidad en los combates continuos (es decir, entablar combates sucesivos en
un corto lapso y sin tomar repose).
7. Esforzarse por aniquilar al enemigo en la guerra de
maniobras. Al mismo tiempo, dar importancia a la táctica de ataque a
posiciones con el propósito de apoderarse de los puntos fortificados y
ciudades en manos del enemigo.
8. Con respecto a la toma de las ciudades, apoderarse
resueltamente de todos los puntos fortificados y ciudades débilmente
defendidas por el enemigo. Apoderarse, en el momento conveniente y si las
circunstancias lo permiten, de todos los puntos fortificados y ciudades que el
enemigo defienda con medianas fuerzas. En cuanto a los puntos fortificados y
ciudades poderosamente defendidos por el enemigo, tomarlos cuando las
condiciones para ello hayan madurado.
9. Reforzar nuestro ejército con todas las armas y la
mayor parte de los hombres capturados al enemigo. La fuente principal de los
recursos humanos y materiales para nuestro ejército está en el frente.
10. Aprovechar bien el intervalo entre dos campañas
para que nuestras tropas descansen, se adiestren y consoliden. Los períodos
de descanso, adiestramiento y consolidación no deben, en general, ser muy
prolongados para no dar, hasta donde sea posible, ningún respiro al enemigo.
Estos son los principales métodos que emplea el Ejército
Popular de Liberación para derrotar a Chiang Kai-shek. Han sido forjados por
el Ejército Popular de Liberación en largos años de lucha contra los
enemigos nacionales y extranjeros, y corresponden completamente a nuestra
situación actual. (...) Nuestra estrategia y táctica se basan en la guerra
popular y ningún ejército antipopular puede utilizarlas.
La situación actual y nuestras tareas
(25 de diciembre de 1947),
Obras Escogidas, t. IV.
Sin preparación, la superioridad de fuerzas no es
superioridad real ni puede haber tampoco iniciativa. Sabiendo esta verdad, una
fuerza inferior pero bien preparada, a menudo puede derrotar a una fuerza
enemiga superior mediante ataques por sorpresa.
Sobre la guerra prolongada
(mayo de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
IX. EL EJERCITO POPULAR
Sin un ejército popular, nada tendrá el pueblo.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.
Este ejército es fuerte porque todos sus hombres poseen
una disciplina consciente; ellos se han unido y luchan, no por los intereses
privados de unos cuantos individuos o de un estrecho grupo, sino por los
intereses de las amplias masas populares y de toda la nación. El único propósito
de este ejército es mantenerse firmemente junta al pueblo chino y servirlo de
todo corazón.
Ibíd.
El Ejército Rojo de China es una organización armada
que ejecuta las tareas políticas de la revolución. Especialmente en el
momento actual, el Ejército Rojo de ningún modo debe limitarse a combatir;
además de combatir para destruir las fuerzas militares del enemigo, debe
tomar sobre sí importantes tareas, tales como hacer propaganda entre las
masas, organizar a las masas, armarlas, ayudarlas a establecer el Poder
revolucionario, y hasta establecer organizaciones del Partido Comunista. El Ejército
Rojo no combate meramente por combatir, sino para hacer propaganda entre las
masas, organizar a las masas, armarlas y ayudarlas a establecer el Poder
revolucionario. Sin estos objetivos, el combate perderá su sentido, y el Ejército
Rojo, su razón de ser.
Sobre la rectificación de las ideas erróneas en el
Partido
(diciembre de 1929),
Obras Escogidas, t. I.
El Ejército Popular de Liberación es siempre un
destacamento de combate. Aun después de la victoria nacional, continuará siéndolo
durante el período histórico en que aún no hayan sido abolidas las clases
en nuestro país y exista en el mundo el sistema imperialista. Respecto a este
punto no debe haber ningún malentendido ni vacilación.
Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central
elegido
en el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China
(5 de marzo de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
Tenemos un ejército de combate y un ejército de
trabajo. Nuestro ejército de combate lo constituyen el VIII Ejército y el
Nuevo 4. Cuerpo de Ejército. No obstante, incluso este ejército de combate
cumple dos tareas: combate y se dedica a la producción. Contando con estos
dos ejércitos, y siendo el ejército de combate diestro en ambas tareas y en
el trabajo de masas, superaremos nuestras dificultades y derrotaremos al
imperialismo japonés.
Organicémonos
(29 de noviembre de 1943),
Obras Escogidas, t. III.
Nuestra defensa nacional será consolidada y no
permitiremos que ningún imperialista vuelva a invadir nuestro territorio.
Nuestras fuerzas armadas populares deben ser conservadas y ampliadas sobre la
base del valeroso y probado Ejército Popular de Liberación. Dispondremos no
sólo de un poderoso ejército, sino también de una aviación y una marina
poderosas.
Discurso de apertura en la I Sesión Plenaria de la
Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino
(21 de septiembre de 1949).
Nuestro principio es: el Partido manda al fusil, y jamás
permitiremos que el fusil mande al Partido.
Problemas de la guerra y de la estrategia
(6 de noviembre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
Todos nuestros mandos y combatientes deben tener siempre
en cuenta que somos el gran Ejército Popular de Liberación, ejército
dirigido par el gran Partido Comunista de China. A condición de que
observemos constantemente las directivos del Partido, alcanzaremos la
victoria.
Manifiesto del Ejército Popular de Liberación de China
(octubre de 1947),
Obras Escogidas, t. IV.
X. LA DIRECCION DE LOS COMITES DEL PARTIDO
El sistema de comités del Partido es una importante
institución partidaria que garantiza la dirección colectiva e impide que una
solo persona acapare la gestión de los asuntos. Recientemente, se ha
averiguado que en algunos organismos dirigentes (desde luego, no en todos) es
práctica habitual que una sola persona acapare la gestión de los asuntos y
resuelva los problemas importantes. En lugar de hacerlo la reunión del comité
del Partido, una sola persona decide la solución de los problemas
importantes, y los miembros del comité están allí únicamente para cubrir
las formalidades. Las divergencias entre los miembros del comité no logran
resolverse y se dejan pendientes por largo tiempo. Los miembros del comité
del Partido mantienen entre sí una unidad sólo formal, y no real. Hay que
cambiar esta situación. En adelante, es necesario establecer un sano sistema
de reuniones del comité del Partido en todas partes, desde los burós del
Comité Central hasta los comités de prefectura del Partido, desde los comités
de frente hasta los comités de brigada, así como en los órganos del Partido
de las zonas militares (subcomisiones de la Comisión Militar Revolucionaria o
grupos dirigentes) y en los grupos dirigentes del Partido en los organismos
gubernamentales, organizaciones populares, agencia de noticias y periódicos.
Todos los problemas de importancia (no, desde luego, los
problemas"insignificantes ni aquéllos cuya solución, ya discutida y
acordada en las reuniones, sólo necesita ponerse en práctica) deben
someterse al comité para su discusión, de modo que los miembros del comité
presentes expresen sin reservas su opinión y lleguen a claras y precisas
decisiones, que luego serán ejecutadas por los miembros correspondientes.
(...) Las reuniones del comité del Partido deben ser de dos clases, que no
hay que confundir: reuniones del comité permanente y sesiones plenarias. Además,
es necesario cuidar que entre la dirección colectiva y la responsabilidad
personal no se exagere una de ellas desatendiendo la otra. En el ejército,
los jefes tienen derecho a tomar decisiones de urgencia durante las
operaciones y cuando las circunstancias lo exigen.
Sobre el fortalecimiento del sistema de comités del
Partido
(20 de septiembre de 1948),
Obras Escogidas, t. IV.
El secretario de un comité del Partido debe saber
actuar como un buen jefe de escuadra. Un comité del Partido tiene de diez a
veinte miembros; es como una escuadra del ejército, y el secretario, como el
jefe de la escuadra. Por cierto, no es fácil dirigir bien esta escuadra. Cada
buró o subburó del Comité Central dirige actualmente una vasta región y
asume tareas muy pesadas. Dirigir no significa tan sólo decidir la orientación
general y las medidas políticas específicas, sino también establecer los métodos
de trabajo correctos. Aun cuando sean correctas la orientación general y las
medidas políticas específicas, pueden surgir complicaciones si se
desatienden los métodos de trabajo. Para cumplir su tarea de dirección, un
comité del Partido debe apoyarse en los hombres de la escuadra y hacerles
desempeñar plenamente su papel. Para ser un buen jefe de escuadra, el
secretario debe estudiar mucho e investigar a fondo. Al secretario o
subsecretario le será difícil dirigir bien a los hombres de la escuadra si
no se preocupa de realizar una labor de propaganda y organización entre
ellos, si no sabe mantener buenas relaciones con los miembros del comité ni
estudia cómo conducir con éxito las reuniones. Si los hombres de la escuadra
no marchan a compás, que ni piensen en dirigir decenas de millones de
personas en el combate y en la construcción! Claro está que las relaciones
entre el secretario y los miembros del comité se fundan sobre el principio de
que la minoría debe someterse a la mayoría y, por lo tanto, difieren de las
relaciones entre un jefe de escuadra y sus hombres. Decimos esto sólo a modo
de analogía.
Métodos de trabajo de los comités del Partido
(13 de marzo de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
Colocar los problemas sobre la mesa. Esto lo deben hacer no sólo el jefe de
la escuadra, sino también los miembros del comité. No se debe hablar a
espaldas de la gente. Cuando surge algún problema, hay que celebrar una reunión,
colocar el problema sobre la mesa para discutirlo y tomar decisiones, y el
problema será resuelto. Si existen problemas y no se colocan sobre la mesa
permanecerán sin resolver por largo tiempo y hasta seguirán pendientes
durante años. Entre el jefe de la escuadra y los miembros del comité debe
haber mutua comprensión. Nada hay más importante que la comprensión, el
apoyo y la amistad entre el secretario y los miembros del comité, entre el
Comité Central y sus burós, así como entre éstos y los comités regionales
del Partido.
Ibíd.
Intercambiar informaciones. Esto quiere decir que los
miembros de un comité del Partido deben mantenerse mutuamente informados e
intercambiar opiniones sobre los asuntos que hayan llegado a su conocimiento.
Esto es de gran importancia para lograr un lenguaje común.
Algunos no lo hacen así y, como los vecinos de que habla Laotsi, no se
visitan durante toda la vida, aunque cada uno oye el canto de los gallos y el
ladrido de los perros de los otros. El resultado es que carecen de un lenguaje
común.
Ibíd.
Consultar a los subordinados sobre lo que no se
comprenda o no se conozca, y no expresar con ligereza aprobación o
desaprobación. (...) Nunca debemos fingir saber lo que no sabemos; no hay que
sentir verg¸enza de consultar a los de abajo, por el contrario, debemos
escuchar las opiniones de los cuadros de los niveles inferiores. Ser alumno
antes de llegar a ser maestro. Consultar a los cuadros de abajo antes de dar
órdenes. (...) Lo que dicen los cuadros inferiores puede ser correcto y puede
no serlo; es preciso analizarlo. Debemos escuchar las opiniones justas y
actuar en concordancia con ellas. (...) Hay que escuchar también las
opiniones equivocadas de abajo y es erróneo no prestarles ninguna atención;
pero, en vez de seguirlas, es necesario criticarlas.
Ibíd.
Aprender a tocar el piano. Al tocar el piano se mueven
los diez dedos; no se puede mover sólo algunos y no los demás. No obstante,
si pulsamos el teclado con los diez dedos a la vez, no saldrá ninguna melodía.
Para producir buena música, los diez dedos deben moverse de manera rítmica y
coordinada. El comité del Partido debe asir firmemente la tarea central y, al
mismo tiempo, desplegar en torno a ésta el trabajo en otros terrenos. En la
actualidad, tenemos que preocuparnos de muchos campos; debemos atender al
trabajo en todas las regiones, unidades militares y departamentos, y no fijar
nuestra atención únicamente en algunos problemas, dejando de lado los demás.
Dondequiera que haya un problema, tenemos que pulsar la tecla correspondiente:
éste es un método que debemos dominar. Algunos tocan bien el piano y otros
mal, y hay una gran diferencia entre las melodías que producen unos y otros.
Los camaradas de los comités del Partido deben aprender a tocar el piano
bien.
Ibíd.
Asir firmemente. Es decir, el comité del Partido no sólo
debe asir sus tareas principales sino que las debe asir firmemente. Se puede
empuñar algo sólo cuando se lo agarra con firmeza, sin aflojar en lo más mínimo.
Asir, pero no firmemente, es lo mismo que no asir. Naturalmente, no se puede
empuñar nada con la mano abierta. Tampoco se empuña nada cuando se cierra la
mano como para tomar algo, sin apretarla con fuerza. Algunos de nuestros
camaradas toman en sus manes las tareas principales, pero no lo hacen con
fuerza y, por eso, no pueden realizar un buen trabajo. No asir, no se puede;
asir sin firmeza, tampoco.
Ibíd.
Tener las cifras en la cabeza. Es decir, debemos prestar
atención al aspecto cuantitativo de una situación o problema y hacer un análisis
cuantitativo básico. Toda calidad se manifiesta en una cantidad determinada,
sin cantidad no puede haber calidad. Hasta la fecha, muchos de nuestros
camaradas todavía no comprenden que deben prestar atención al aspecto
cuantitativo de las cosas: las estadísticas básicas, los principales
porcentajes y los límites cuantitativos que determinan las calidades de las
cosas. No tienen las cifras en la cabeza y, en consecuencia, no pueden evitar
errores.
Ibíd.
Bando a la población. Hay que anunciar con anticipación
las reuniones; esto es como colocar un bando a la población, para que todo el
mundo sepa qué se va a discutir y qué problemas hay que resolver y pueda
prepararse con tiempo. En algunos lugares se convocan reuniones de cuadros sin
tener listos de antemano los informes ni los proyectos de resolución, y se
los improvisa, mal que bien, cuando ya han llegado los participantes; esto
recuerda el dicho: Han llegado las tropas y los caballos, pero no está lista
la comida ni el forraje. Eso no es bueno. No hay que apresurarse a convocar
una reunión si no se ha preparado bien.
Ibíd.
Menos pero mejores tropas, y una administración más
simple. Charlas, discursos, artículos y resoluciones, todo debe ser claro y
conciso. Del mismo modo, las reuniones no deben ser demasiado largas.
Ibíd.
Prestar atención a unirse en el trabajo con los
camaradas cuyas opiniones difieren de las propias. Hay que tener presente este
principio tanto en los organismos locales como en el ejército. Esto también
se aplica a nuestras relaciones con las personas no pertenecientes al Partido.
Hemos venido desde todos los rincones del país y debemos saber unirnos en el
trabajo no sólo con los camaradas que comparten nuestras opiniones, sino
también con los que sostienen opiniones diferentes.
Ibíd.
Guardarse de la arrogancia. Este es un problema de
principio para todo dirigente, y es también una importante condición para
mantener la unidad. No deben ser arrogantes ni siquiera quienes no hayan
cometido errores graves y hayan logrado grandes éxitos en su trabajo.
Ibíd.
Trazar dos líneas divisorias. Primero, entre la
revolución y la contrarrevolución, entre Yenán y Sían*. Algunos no
comprenden que es preciso trazar esta línea divisoria. Por ejemplo, cuando
combaten el burocratismo, hablan de Yenán como si aquí no hubiera nada
bueno, y no hacen la comparación ni la distinción entre el burocratismo en
Yenán y el burocratismo en Sían. Cometen así un error fundamental. Segundo,
dentro de las filas de la revolución es necesario hacer una clara distinción
entre lo justo y lo erróneo, entre los éxitos y las deficiencias, y, además,
poner en claro cuál de los dos aspectos es el principal y cuál el
secundario. Por ejemplo, representan los éxitos el 30 ó el 70 por ciento? No
está bien subestimarlos, tampoco lo está exagerarlos. Hay que evaluar en
forma global el trabajo de una persona y establecer si sus éxitos representan
el 30 por ciento y sus errores el 70 por ciento, o a la inversa. Si los éxitos
llegan al 70 por ciento, el trabajo de dicha persona debe ser aprobado en lo
esencial. Sería enteramente incorrecto considerar los errores como lo
principal cuando lo son, en realidad, los éxitos. Al examinar los problemas
nunca debemos olvidarnos de trazar estas dos líneas divisorias: entre la
revolución y la contrarrevolución, entre los éxitos y las deficiencias. Si
tenemos presentes estas dos líneas divisorias, las cosas marcharán bien; de
otro modo confundiremos la naturaleza de los problemas. Desde luego,
establecer bien estas líneas divisorias requiere estudio y análisis
cuidadosos. Debemos adoptar una actitud de análisis y estudio hacia cada
persona y cada cuestión.
Ibíd.
[* Yenán fue la sede del Comité Central del Partido Comunista de China desde
enero de 1937 a marzo de 1947; Sian era el centro de la dominación
reaccionaria del Kuomintang en el Noroeste de China. El camarada Mao Tse-tung
cita aquí las dos ciudades como símbolos de la revolución y de la
contrarrevolución.]
En el plano orgánico, se asegurará la democracia bajo una
dirección centralizada. Esto se realizará conforme a las siguientes líneas:
1) Los organismos dirigentes del Partido, a fin de
erigirse en auténticos centros de dirección, deben trazar una línea
correcta de orientación y encontrar soluciones cuando surgen problemas.
2) Los organismos superiores deben conocer bien la
situación de los organismos inferiores y la vida de las masas, a fin de tener
una base objetiva para dirigir con acierto.
3) Ningún organismo del Partido, cualquiera que sea
su nivel, debe resolver los problemas a la ligera. Toda decisión, una vez
adoptada, debe ponerse en práctica con firmeza.
4) Todas las decisiones de alguna importancia de los
organismos superiores del Partido, serán transmitidas cuanto antes a los
organismos inferiores y a los militantes de filas del Partido. (...).
5) Los organismos inferiores y los militantes de filas
del Partido deben discutir en detalle las directivas de los organismos
superiores, con el objeto de comprender a fondo su significado y determinar
los métodos para llevarlas a efecto.
Sobre la rectificación de las ideas erróneas en el
Partido
(diciembre de 1929),
Obras Escogidas, t. I.
XI. LINEA DE MASAS
El pueblo, y sólo el pueblo, es la fuerza motriz que
hace la historia mundial.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.
Las masas son los verdaderos héroes, en tanto que
nosotros somos a menudo pueriles y ridículos; sin comprender esto, no
podremos adquirir ni los conocimientos más elementales.
Prefacio y epílogo a 'Investigación rural'
(marzo y abril de 1941),
Obras Escogidas, t. III.
Las masas populares poseen un poder creador ilimitado.
Pueden organizarse y dirigir sus esfuerzos hacia los lugares y sectores de
trabajo donde puedan poner en pleno juego su energía; pueden dirigir sus
esfuerzos, tanto en extensión como en profundidad , hacia la producción y
crear para sí un creciente número de instituciones de bienestar.
Nota de introducción al artículo
"El excedente de mano de obra ha encontrado una salida"
[Septiembre y diciembre de] (1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].
El actual ascenso del movimiento campesino es un
acontecimiento grandioso. Dentro de poco, centenares de millones de campesinos
en las provincias del centro, el Sur y el Norte de China se levantarán como
una tempestad, un huracán, una fuerza tan impetuosa y violenta que nada, por
poderoso que sea, podrá contener. Romperán todas las trabas y se lanzarán
por el camino de la liberación. Sepultarán a todos los imperialistas,
caudillos militares, funcionarios corruptos, déspotas locales y shenshi malvados*.
Todos los partidos y camaradas revolucionarios serán sometidos a prueba ante
los campesinos y tendrán que decidir a qué lado colocarse. Hay tres
alternativas. Ponerse al frente de ellos y dirigirlos? Quedarse a su zaga
gesticulando y criticando? Salirles al paso y combatirlos? Cada chino es libre
de optar entre estas tres alternativas, pero los acontecimientos le obligarán
a elegir rápidamente.
[* Los déspotas locales y los shenshi malvados
eran los terratenientes campesinos ricos, funcionarios retirados u hombres
ricos en la vieja sociedad china quienes, aprovechándose de su influencia y
poder, hacían y deshacían a su antojo en el campo o la ciudad. Como
representantes políticos de la clase terrateniente en las localidades
controlaban el Poder local y manejaban los pleitos judiciales, se entregaban a
la corrupción y llevaban una vida disoluta, cometían toda clase de fechorías
y oprimían cruelmente al pueblo.]
Informe sobre la investigación del movimiento campesino
en Junán
(marzo de 1927),
Obras Escogidas, t. I.
El auge de la transformación social en el campo, de la
cooperativización agrícola, se observa ya en algunas zonas y pronto se
extenderá a todo el país. Se trata de un vasto movimiento revolucionario
socialista que abarca a más de quinientos millones de habitantes rurales,
movimiento de singular importancia mundial. Debemos dirigirlo de manera
activa, entusiasta y sistemática, y no hacerlo retroceder por un medio u
otro. En el curso del movimiento se producen inevitablemente ciertas
desviaciones, lo cual es comprensible, y no será difícil corregirlas. Los
defectos o errores que se observen entre los cuadros y los campesinos, pueden
ser superados o subsanados por ellos si les brindamos una ayuda activa.
Sobre el problema de la cooperativización agrícola
(31 de julio de 1955),
[Obras Escogidas, t. V].
Existe latente en las masas un entusiasmo inagotable por
el socialismo. Los que sólo saben seguir los caminos rutinarios aun en un
periodo revolucionario, son absolutamente incapaces de percibir este
entusiasmo. Están ciegos, todo es tinieblas delante suyo. A veces llegan
hasta llamar erróneo a lo justo y confundir lo negro con lo blanco. Acaso son
pocas las personas de este tipo con que nos hemos encontrado? Los que sólo
saben seguir los caminos trillados subestiman invariablemente el entusiasmo
del pueblo. Cuando aparece una cosa nueva, la desaprueban y se precipitan a
combatirla para admitir más tarde su derrota y hacerse un poco de autocrítica.
Pero, ante la próxima cosa nueva, repiten de punta a cabo el mismo proceso.
Esta es su manera de actuar frente a toda cosa nueva. Tales personas se ven
siempre en la pasividad, nunca avanzan en los momentos críticos, y siempre
hay que propinarles un fuerte empujón para que den un paso adelante.
Nota de introducción al artículo
"Este cantón consumó la cooperativización en dos años"
[Septiembre y diciembre de] (1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].
Durante más de veinte años, nuestro Partido ha llevado
adelante diariamente el trabajo de masas, y desde hace más de diez años,
viene hablando a diario de la línea de masas. Siempre hemos sostenido que la
revolución debe apoyarse en las masas populares y contar con la participación
de todos, y nos hemos opuesto a que se confíe sólo en unas cuantas personas
que dictan órdenes. Sin embargo, algunos camaradas todavía no aplican a
fondo la línea de masas en su trabajo; todavía se apoyan sólo en unas pocas
personas y trabajan en un frío y quieto aislamiento. Una de las razones es
que, cualquier cosa que hagan, nunca se muestran dispuestos a explicarla a los
que ellos dirigen, y no saben cómo despertar su iniciativa y energía
creadora. Subjetivamente, quieren que todos participen en el trabajo, pero no
les dan a conocer lo que deben hacer ni la forma de hacerlo. De esta manera, cómo
puede esperarse que todos se pongan en movimiento y que las cosas se hagan
bien? Para resolver este problema, lo esencial es, naturalmente, llevar a cabo
una educación ideológica en el espíritu de la línea de mesas; al mismo
tiempo, es necesario enseñar a esos camaradas muchos métodos concretes de
trabajo.
Charla a Los redactores del "Diario de Shansí-Suiyuán"
(2 de abril de 1948),
Obras Escogidas, t. IV.
La experiencia de los últimos veinticuatro años nos
demuestra que toda tarea, política y estilo de trabajo correctos responden a
las demandas de las masas en un tiempo y lugar determinados y nos unen con
ellas, y que toda tarea, política y estilo de trabajo incorrectos van en
contra de las demandas de las masas en determinado tiempo y lugar y nos
apartan de ellas. Enfermedades tales como el dogmatismo, el empirismo, el
autoritarismo, el seguidismo, el sectarismo, el burocratismo y la arrogancia
en el trabajo son indefectiblemente perjudiciales e intolerables y toda
persona que las padezca tiene que superarlas, porque ellas nos alejan de las
masas.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.
Para mantenernos vinculados con las masas, debemos
actuar de acuerdo con sus necesidades y deseos. En todo trabajo que se realice
para las masas, se requiere partir de sus necesidades y no del buen deseo de
un individuo. Sucede con frecuencia que objetivamente las masas necesitan un
cambio determinado, pero que subjetivamente no tienen todavía conciencia de
esa necesidad y no están dispuestas o decididas a realizarlo. En tales
circunstancias, debemos esperar con paciencia. No debemos realizar el cambio
hasta que, por efecto de nuestro trabajo, la mayor parte de las masas haya
adquirido conciencia de la necesidad de ese cambio y tenga el deseo y la
decisión de hacerlo. De otro modo, nos aislaremos de las masas. Todo trabajo
que requiera la participación de las masas resultará ser una mera formalidad
y terminará en el fracaso si las masas no están conscientes de la necesidad
de ese trabajo ni se muestran dispuestas a participar en él. (...) He aquí
dos principios: uno es las necesidades reales de las masas, y no necesidades
imaginadas par nosotros, y el otro, el deseo de las masas y la decisión que
toman ellas mismas y no la que tomemos nosotros en su lugar.
El frente único en el trabajo cultural
(30 de octubre de 1944),
Obras Escogidas. t. III.
Nuestro Congreso debe llamar a todo el Partido a
mantenerse vigilante y velar porque ningún camarada en ningún puesto de
trabajo se aparte de las masas. Es necesario enseñar a cada camarada a amar a
las masas populares y escucharlas atentamente; a identificarse con las masas
dondequiera que se encuentre y, en lugar de situarse por encima, sumergirse en
ellas; a despertar a las masas y elevar su conciencia política de acuerdo con
su nivel del momento, y ayudarlas, ciñéndose al principio de plena
voluntariedad, a organizarse gradualmente y a desplegar paso a paso todas las
luchas necesarias que permitan las condiciones internas y externas en un
tiempo y lugar determinados.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.
Si tratáramos de pasar a la ofensiva cuando las masas aún
no despiertan, esto seria aventurerismo. Si insistiéramos en conducir a las
masas a hacer algo contra su voluntad, iríamos inevitablemente al fracaso. Si
no avanzáramos cuando las masas exigen avanzar, esto seria oportunismo de
derecha.
Charla a Los redactores del "Diario de Shansí-Suiyuán"
(2 de abril de 1948),
Obras Escogidas, t. IV.
El autoritarismo es erróneo en cualquier tipo de
trabajo, porque actúa por sobre el nivel de conciencia política de las masas
y viola el principio de voluntariedad, reflejando el mal de la precipitación.
Nuestros camaradas no deben dar por sentado que lo que ellos comprenden también
es comprendido por las masas. Para saber si las masas lo comprenden y están
dispuestas a actuar, debemos ir a investigar en media de ellas. Actuando así,
podremos evitar el autoritarismo. También es erróneo el seguidismo en
cualquier tipo de trabajo, porque significa rezagarse del nivel de conciencia
política de las masas y violar el principio dé dirigirlas en su avance,
reflejando el mal de la lentitud. Nuestros camaradas no deben suponer que las
masas se nos adelantan y están ansiosas de avanzar, mientras que nuestros
camaradas son incapaces de actuar como dirigentes de las masas y, reflejando
las opiniones de ciertos elementos atrasados y considerándolas
equivocadamente como si fueran de las masas, se convierten en cola de esos
elementos.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.
Resumir las ideas de las masas y llevarlas luego a las
masas para que éstas perseveren en ellas y las traduzcan en acción, y, de
esta manera, formular ideas correctas de dirección: tal es el método
fundamental de dirección.
Algunas cuestiones sobre los métodos de dirección
(1° de junio de 1943),
Obras Escogidas, t. III.
En todo el trabajo práctico de nuestro Partido, toda
dirección justa es necesariamente de las masas, a las masas. Esto significa:
recorrer las ideas (dispersas y no sistemáticas) de las masas y resumirlas
(transformarlas en ideas sintetizadas y sistematizadas mediante el estudio)
para luego llevarlas a las masas, propagarlas y explicarlas, de moda que las
masas se apropien de ellas, perseveren en ellas y las traduzcan en acción; al
mismo tiempo, comprobar en la acción la justeza de esas ideas; luego, volver
a resumir las ideas de las masas y a llevarlas a las masas para que perseveren
en ellas. Esto se repite infinitamente, y las ideas se tornan coda vez más
justas, más vivas y más ricos de contenido. Tal es la teoría marxista del
conocimiento.
Ibíd.
Debemos ir a las masas, aprender de ellas, sintetizar
sus experiencias y deducir de éstas principios y métodos aún mejores y
sistemáticos y, luego, explicarlos a las masas (hacer propaganda entre ellas)
y llamarlas a ponerlos en práctica para resolver sus problemas y alcanzar la
liberación y la felicidad.
Organicémonos
(29 de noviembre de 1943),
Obras Escogidas, t. III.
En nuestros organismos dirigentes de algunos lugares,
hay quienes creen que basta con que los dirigentes conozcan la política del
Partido y que no hay necesidad de darla a conocer a las masas. Esta es una de
las rezones fundamentales por la cual parte de nuestra labor no ha podido
realizarse bien.
Charla a Los redactores del "Diario de Shansí-Suiyuán"
(2 de abril de 1948),
Obras Escogidas, t. IV.
En todo movimiento de masas, debemos hacer una
investigación y un análisis básicos del número de los partidarios activos,
de los opositores y de los que mantienen una posición intermedia, y no tomar
decisiones sin fundamento ni de manera subjetiva.
Métodos de trabajo de los comités del Partido
(13 de marzo de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
En cualquier lugar, las masas están integradas, en
general, por tres categorías de personas: las relativamente activas, las
intermedias y las relativamente atrasadas. Por eso, los dirigentes deben saber
unir al pequeño número de activistas en torno a la dirección y, apoyándose
en ellos, elevar el entusiasmo de los elementos intermedios y ganarse a los
atrasados.
Algunas cuestiones sobre los métodos de dirección
(1° de junio de 1943),
Obras Escogidas, t. III.
Saber convertir la política del Partido en acción de
las masas, saber conseguir que no sólo los cuadros dirigentes sino también
las grandes masas conozcan y dominen cada movimiento y cada lucha que
emprendamos: éste es un arte de dirección marxista-leninista. Es también lo
que permite determinar si cometemos o no errores en nuestra labor.
Charla a Los redactores del "Diario de Shansí-Suiyuán"
(2 de abril de 1948),
Obras Escogidas, t. IV.
Por activo que se muestre el grupo dirigente, su
actividad no pasará de ser el infructuoso esfuerzo de un puñado de personas,
a menos que sea combinada con la actividad de las masas. Por otra parte, la
actividad de las masas, sin un firma grupo dirigente que la organice en forma
apropiada, no puede mantenerse mucho tiempo, ni desarrollarse en una dirección
justa ni elevarse a un nivel más alto.
Algunas cuestiones sobre los métodos de dirección
(1° de junio de 1943),
Obras Escogidas, t. III.
La producción de las masas, sus intereses, sus
experiencias y su estado de ánimo: todo esto debe ser objeto de la constante
atención de los cuadros dirigentes.
Inscripción para la exposición de producción
auspiciada
par los organismos subordinados directamente al Comité
Central del Partido Comunista de China y a su Comisión
Militar, Jiefang Ribao de Yenán
(24 de noviembre de 1943).
Debemos prestar profunda atención a los problemas
relativos a la vida de las masas, desde los problemas de la tierra y el
trabajo hasta los del combustible, el arroz el aceite y la sol. (...) Todos
estos problemas relativos a la vida de las masas deben figurar en nuestro
orden del día. Es preciso discutirlos y adoptar decisiones sobre ellos,
ponerlas en práctica y verificar sus resultados. Debemos ayudar a las masas a
comprender que nos otros representamos sus intereses y vivimos la misma vida
que ellas. Debemos ayudarlas a que, partiendo de estas cosas, lleguen a la
comprensión de las tareas aún más elevadas que hemos planteado, las de la
guerra revolucionaria, de manera que apoyen la revolución, la extiendan por
todo el país y, respondiendo a nuestros llamamientos políticos, luchan hasta
el fin por la victoria de la revolución.
Preocupémonos por el bienestar de las masas,
prestemos atención a nuestros métodos de trabajo
(27 de enero de 1934),
Obras Escogidas, t. I.
XII. TRABAJO POLITICO
En aquel tiempo (durante la Primera Guerra Civil
Revolucionaria--1924-1927 -- N. de la Red.) fue instituido en el ejército
el sistema de representantes del Partido y de departamentos políticos,
sistema desconocido hasta entonces en la historia china y que cambió
totalmente la fisonomía del ejército. El Ejército Rojo, fundado en 1927, y
el VIII Ejército actual han heredado y desarrollado este sistema.
Entrevista con el corresponsal inglés James Bertram
(25 de octubre de 1937),
Obras Escogidas. t. II.
Sobre la base de la guerra popular y de los principios
de unidad entre el ejército y el pueblo, de unidad entre los mandos y los
combatientes y de desintegración de las tropas enemigas, el Ejército Popular
de Liberación ha desarrollado su vigorosa labor político revolucionaria, que
constituye un importante factor para obtener la victoria sobre el enemigo.
La situación actual y nuestras tareas
(25 de diciembre de 1947),
Obras Escogidas, t. IV.
Este ejército (el VIII Ejército y el Nuevo 4° Cuerpo
de Ejército -- N. de la Red.) ha creado un sistema de trabajo político
indispensable para la guerra popular y cuyo objetivo es promover la unidad en
sus propias filas, la unidad con las tropas amigos y la unidad con el pueblo,
desintegrar las fuerzas enemigas y garantizar la victoria en el combate.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.
El trabajo político es la arteria vital de todo nuestro
trabajo económico. Esto es particularmente cierto en el periodo en que el
sistema socio-económico experimenta un cambio fundamental.
Nota de introducción al artículo
"Una grave lección"
[Septiembre y diciembre de] (1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].
La célula del Partido se organiza a nivel de compañía;
ésta es una razón importante de por qué el Ejército Rojo se mantiene
indestructible en una lucha tan dura.
La lucha en las montañas Chingkang
(25 de noviembre de 1928),
Obras Escogidas, t. I.
El trabajo político del VIII Ejército se rige por tres
principios fundamentales. Primero, el principio de unidad entre oficiales y
soldados, que significa erradicar las prácticas feudales en el ejército,
prohibir los castigos corporales e insultos, implantar una disciplina
consciente y crear un modo de vida en que oficiales y soldados comparten penas
y alegrías. Gracias a esto, todo el ejército se encuentra estrechamente
unido. Segundo, el principio de unidad entre el ejército y el pueblo, que
supone observar una disciplina que proscribe hasta el más leve perjuicio a
los intereses del pueblo, hacer propaganda entre las masas, organizarlas y
armarlas; aliviar sus cargos económicas, y reprimir a los traidores a la
patria, que causan daño al ejército y al pueblo. Así el ejército se halla
estrechamente unido con el pueblo y es bien acogido en todas partes. Tercero,
el principio de desintegrar a las tropas enemigas y tratar con indulgencia a
los prisioneros de guerra. Nuestra victoria no depende únicamente de las
operaciones militares de nuestras tropas, sino también de la desintegración
de las tropas enemigas.
Entrevista con el corresponsal inglés James Bertram
(25 de octubre de 1937),
Obras Escogidas. t. II.
Nuestras tropas deben atenerse a los principios
correctos que rigen sus relaciones con el pueblo, con el gobierno y con el
Partido, así como las relaciones entre los oficiales y los soldados, entre el
trabajo militar y el político y entre los cuadros; jamás deben contaminarse
con el caudillismo militar. Los oficiales deben preocuparse por sus soldados y
no mostrarse indiferentes hacia ellos ni recurrir a castigos corporales. El ejército
debe preocuparse por el pueblo y no perjudicar nunca sus intereses; debe
respetar al gobierno y al Partido y jamás independizarse de ellos.
Organicémonos
(29 de noviembre de 1943),
Obras Escogidas, t. III.
Nuestra política hacia los prisioneros capturados a las
tropas japonesas, títeres o anticomunistas es ponerlos en libertad a todos,
excepto a los que hayan incurrido en el odio profundo de las masas, que no
merezcan otra cosa que la pena capital y cuya sentencia haya sido ratificada
por las autoridades superiores. Debemos ganar para el servicio de nuestras
fuerzas a gran número de los que han sido obligados a incorporarse a las
fuerzas reaccionarias y que en mayor o menor grado se sienten inclinados hacia
la revolución, y al resto de los prisioneros, dejarlos en libertad. Si
vuelven a caer prisioneros, les daremos otra vez la libertad. No debemos
insultarlos, ni despojarlos de sus efectos personales ni arrancarles
confesiones, sino tratarlos sincera y afablemente. Esta es nuestra política
con respecto a todos ellos, no importa cuán reaccionarios sean. Este es un
media muy eficaz para aislar al campo reaccionario.
Sobre la política
(25 de diciembre de 1940),
Obras Escogidas, t. II.
Las armas son un factor importante en la guerra, pero no
el decisivo. El factor decisivo es el hombre, y no las cosas. Determinan la
correlación de fuerzas no sólo el poderío militar y económico, sino también
los recursos humanos y la moral. El poderío militar y económico es manejado
por el hombre.
Sobre la guerra prolongada
(mayo de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
La bomba atómica es un tigre de papel que los
reaccionarios norteamericanos utilizan para asustar a la gente. Parece
terrible, pero de hecho no lo es. Por supuesto, la bomba atómica es un arma
de matanza en vasta escala, pero el resultado de una guerra lo decide el
pueblo y no uno o dos nuevos tipos de armas.
Conversación con la corresponsal
norteamericana Anna Louise Strong
(agosto de 1946),
Obras Escogidas, t. IV.
Los soldados constituyen los cimientos de un ejército.
Si el ejército no está imbuido de un espíritu político progresista, si no
se realiza, con este objetivo, un trabajo político progresista, será
imposible alcanzar una auténtica unidad entre oficiales y soldados, despertar
al máximo su entusiasmo por la Guerra de Resistencia y proveer una buena base
para que nuestra técnica y nuestra táctica pongan en pleno juego su
eficacia.
Sobre la guerra prolongada
(mayo de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
El punto de vista puramente militar está muy difundido
entre una parte de los camaradas del Ejército Rojo. Se manifiesta en lo
siguiente:
1. Estos camaradas consideran los asuntos militares y
la política como opuestos entre sí y se niegan a reconocer que los asuntos
militares representan tan sólo uno de los medios para cumplir las tareas políticos.
Algunos llegan hasta afirmar que si lo militar marcha bien, lo político
naturalmente marchará bien; si lo militar no marcha bien, tampoco marchará
bien lo político, así van tan lejos que conceden a los asuntos militares una
posición rectora sobre la política.
( . . .)
La educación ideológica es el eslabón clave que
debemos empuñar firmemente en la labor de unir a todo el Partido para la gran
lucha política. De no proceder así, el Partido no podrá cumplir ninguna de
sus tareas políticas.
En los últimos tiempos, se ha debilitado la labor ideológica
y político entre los intelectuales y jóvenes estudiantes, y han surgido
algunas tendencias malsanas. A los ojos de algunos, ya es innecesario
preocuparse de la política, del futuro de la patria o los ideales de la
humanidad, y el marxismo, que estaba antes tan de moda, ya no lo está tanto.
Para contrarrestar estas tendencias, debemos ahora intensificar nuestra labor
ideológica y político. Tanto los intelectuales como los estudiantes deben
estudiar con ahínco. A la par del estudio de sus especialidades, tienen que
progresar ideológica y políticamente, y para eso deben estudiar el marxismo
y los problemas políticos y de actualidad. No tener una justa concepción política
equivale a no tener alma. (...) Todos los departamentos y organizaciones deben
responsabilizarse de la labor ideológica y político. Esto se aplica al
Partido Comunista, a la Liga de la Juventud, a los departamentos
gubernamentales encargados de esta labor y con mayor motivo, a los directores
y profesores de los centros docentes.
Gracias a la educación político, los soldados del Ejército
Rojo han adquirido conciencia de clase y conocimientos elementales en lo que
atañe a cómo distribuir la tierra, establecer los órganos del Poder, armar
a los obreros y campesinos, etc. Saben que están luchando para sí mismos,
para la clase obrera y el campesinado. Por lo tanto, soportan sin quejarse las
penalidades de la dura lucha. Cada compañía, batallón o regimiento tiene su
comité de soldados, que representa los intereses de éstos y realiza el
trabajo político y de masas.
El correcto desarrollo de la campaña de narración de
los sufrimientos (sufrimientos infligidos al pueblo trabajador por la vieja
sociedad y por los reaccionarios) y de las tres verificaciones (del origen de
clase, del cumplimiento del deber y de la voluntad de lucha), elevó en gran
medida la conciencia política de los mandos y combatientes de todo el ejército
en la lucha por la emancipación de las masas trabajadoras explotadas, por el
cumplimiento de la reforma agraria en todo el país y por la destrucción de
la pandilla de Chiang Kai-shek enemigo común del pueblo. Al mismo tiempo,
fortaleció considerablemente la ya firma cohesión de todos los mandos y
combatientes bajo la dirección del Partido Comunista. Sobre esta base, el ejército
adquirió un mayor grado de pureza, fortaleció la disciplina, desplegó un
movimiento de adiestramiento masivo de las tropas y siguió desarrollando, con
una dirección eficaz y en completo orden, la democracia en los terrenos político,
económico y militar. De esta forma, el ejército se ha unido como un solo
hombre, aportando cada uno sus ideas y sus esfuerzos; no teme ningún
sacrificio, sabe vencer las dificultades materiales y da prueba de intrepidez
y heroísmo colectivos en la destrucción del enemigo. Semejante ejército será
invencible.
En los últimos meses, casi todas las unidades del Ejército
Popular de Liberación han utilizado los intervalos entre las batallas para
emprender un vasto trabajo de adiestramiento y consolidación. Esta labor se
ha llevado a cabo con una dirección eficaz, en complete orden y de manera
democrática. Con ello se ha estimulado el fervor revolucionario de las
grandes masas de mandos y combatientes, se les ha hecho comprender con
claridad el objetivo de la guerra, se han eliminado las tendencias ideológicas
incorrectas y los fenómenos indeseables existentes en el ejército, se ha
educado a los cuadros y combatientes y ha crecido enormemente la capacidad de
combate del ejército. De ahora en adelante, debemos continuar realizando este
nuevo tipo de movimiento democrático de masas para la educación ideológica
en el ejército.
La política educacional del Instituto Militar y Político
Antijaponés es: firme y justa orientación política, abnegación y sencillez
en el trabajo, flexibilidad y agilidad en la estrategia y la táctica. Estos
son los tres elementos indispensables para la formación de un soldado
revolucionario antijaponés, y es en concordancia con ellos como el personal
del Instituto enseña y los alumnos estudian.
Ser atacado por el enemigo no es una cosa mala sino una
cosa buena
(26 de mayo de 1939).
Nuestra nación ha tenido siempre un estilo de lucha
tenaz, que debemos desarrollar. (...) El Partido Comunista, en particular, ha
propugnado siempre una firme y justa orientación política, (...) Esta
orientación es inseparable del estilo de lucha tenaz. Sin una orientación
política firma y justa, no es posible promover ese estilo de lucha. Y sin un
estilo así, tampoco es posible aplicar una firma y justa orientación político.
Discurso en el acto público de Yenán en
celebración del Día Internacional del Trabajo
(1° de mayo de 1939).
Unidad, dinamismo, seriedad y vivacidad.
Lema para el Instituto Político y Militar Antijaponés.
Lo que realmente cuenta en el mundo es ser concienzudo,
y el Partido Comunista se esfuerza por ser el más concienzudo.
Conversación con estudiantes y practicantes chinos en
Moscú
(17 de noviembre de 1957).
XIII. RELACIONES ENTRE OFICIALES Y SOLDADOS
Nuestro ejército se adhiere invariablemente a dos
principios: el primero, debemos ser implacables con el enemigo, aplastarlo y
aniquilarlo; el segundo, debemos ser bondadosos y unirnos con los nuestros,
con el pueblo, los camaradas, nuestros superiores y subordinados.
Discurso en la recepción ofrecida por el Comité Central
del Partido en honor de la delegación de militares modelo
en el estudio de las Unidades de Retaguardia
(18 de septiembre de 1944).
Venimos de todos los rincones del país y nos une un
objetivo revolucionario común. (...) Nuestros cuadros deben preocuparse por
cada soldado, y todos los que integran las filas revolucionarias deben
cuidarse, tenerse afecto y ayudarse mutuamente.
Servir al pueblo
(8 de septiembre de 1944),
Obras Escogidas, t. III.
Hay que desplegar, en cada unidad del ejército, un
movimiento de apoyo a los cuadros y preocupación por los soldados, llamando a
los cuadros a preocuparse por los soldados y a éstos a apoyar a los cuadros.
Unos y otros deben hacerse ver de manera franca los defectos y errores, y
corregirlos rápidamente. De este modo se obtendrá una excelente unidad
interna.
Las tareas para 1945
(15 de diciembre de 1944).
Muchos creen que son los métodos erróneos los que
provocan tirantez en las relaciones entre oficiales y soldados, y entre ejército
y pueblo; pero yo siempre les he dicho que la cuestión reside en la actitud
fundamental (o el principio fundamental), que debe ser de respeto a los
soldados y al pueblo. De esta actitud nacen la política, los métodos y las
maneras apropiados. Si nos apartamos de esta actitud, la política, los métodos
y las maneras serán inevitablemente erróneos, y no se lograrán en modo
alguno buenas relaciones entre oficiales y soldados y entre ejército y
pueblo. Nuestro trabajo político en el ejército tiene tres principios
cardinales: primero, unidad entre oficiales y soldados; segundo, unidad entre
ejército y pueblo, y tercero, desintegración de las fuerzas enemigas. Para
aplicar eficazmente estos principios, hay que partir de la actitud fundamental
de respeto a los soldados, al pueblo y a la dignidad humana de los prisioneros
de guerra que hayan depuesto las armas. Quienes piensan que no se trata de una
actitud fundamental sino de una cuestión técnica están muy equivocados y
deben corregir su error.
Al actuar entre los trabajadores, los comunistas deben
emplear el método democrático de persuasión y educación y en ningún caso
adoptar una actitud autoritaria o recurrir a la coacción. El Partido
Comunista de China observe fielmente este principio marxista-leninista.
Nuestros camaradas deben comprender que la reeducación
ideológica supone un trabajo prolongado, paciente y minucioso, y no pueden
pretender que, con unas cuantas conferencias o reuniones, la gente cambie su
ideología formada a lo largo de décadas de vida. La única forma de
convencer es la persuasión, no la coacción. Esta última jamás logrará
convencer a nadie. Es inútil todo intento de convencer por la fuerza.
Semejante método puede utilizarse con el enemigo, pero de ningún modo con
camaradas o amigos.
Debemos trazar una línea divisoria entre el enemigo y
nosotros, y no adoptar una posición antagónica hacia nuestros camaradas tratándolos
como a enemigos. Al hablar, debemos hacerlo con el ardiente deseo de defender
la causa del pueblo y de elevar su conciencia política, y en ningún momento
ridiculizarlo o atacarlo.
Ibíd.
XIV. RELACIONES ENTRE EJERCITO Y PUEBLO
Ej ejército debe fundirse con el pueblo, de suerte que
éste vea en él su propio ejército. Un ejército así será invencible.
(...)
Hay que hacer comprender a cada camarada que, si nos
apoyamos en el pueblo, creemos firmemente en el inagotable poder creador de
las masas populares y, por lo tanto, confiamos en el pueblo y nos
identificamos con él, podremos superar toda dificultad, y cualquier enemigo,
en vez de aplastarnos, será aplastado por nosotros.
Dondequiera que vayan, nuestros camaradas deben
establecer buenas relaciones con las masas, preocuparse por ellas y ayudarlas
a vencer sus dificultades. Deben unirse con las masas populares, y cuanto más
numerosas sean las masas con las que se unan, tanto mejor.
En las regiones liberadas, el ejército debe apoyar al
gobierno y preocuparse por el pueblo, y los órganos del Poder democrático,
por su parte, deben dirigir al pueblo en su esfuerzo por apoyar al ejército y
preocuparse por las familias de los combatientes de la Guerra de Resistencia.
De esta manera, se harán aún mejores las relaciones entre ejército y
pueblo.
En el ejército debe efectuarse un trabajo ideológico
entre todos los mandos y combatientes para que comprendan cabalmente la
importancia de apoyar al gobierno y preocuparse por el pueblo. Si el ejército
cumple bien este deber, los órganos del Poder locales y la población mejorarán,
a su vez, sus relaciones con el ejército.
En las campañas de apoyar al gobierno y preocuparse por
el pueblo y de apoyar al ejército y preocuparse por las familias de los
combatientes de la Guerra de Resistencia, las unidades del ejército y los
organismos del Partido y del gobierno deben examinar a fondo sus respectivos
defectos y errores cometidos en 1943, y corregirlos resueltamente en 1944. De
ahora en adelante, en el primer mes de cada año lunar, se desarrollarán en
todas las bases campañas como éstas. En el curso de ellas, se procederá a
leer una y otra vez los compromisos de apoyar al gobierno y preocuparse por el
pueblo, y de apoyar al ejército y preocuparse por las familias de los
combatientes de la Guerra de Resistencia, y se efectuarán repetidas autocríticas
ante las masas por toda arbitrariedad que hayan cometido las tropas en las
bases de apoyo contra los cuadros del Partido y del gobierno o contra los
civiles, y por las insuficiencias en la atención de éstos hacia las tropas
(cada parte se criticará a si misma y no a la otra), para que estos defectos
y errores se enmienden definitivamente.
XV. DEMOCRACIA EN LOS TRES TERRENOS PRINCIPALES
Es preciso practicar en un grado apropiado la democracia
en el ejército. Lo principal es abolir la práctica feudal de castigos
corporales e insultos, y velar porque oficiales y soldados compartan penas y
alegrías en la vida cotidiana. Una vez que esto se consiga, será alcanzada
la unidad entre oficiales y soldados, aumentará extraordinariamente la
capacidad combativo del ejército y no habrá motivo para inquietarse por
nuestra capacidad para sostener esta larga y encarnizada guerra.
Pese a las duras condiciones de vida y los frecuentes
combates, el Ejército Rojo se mantiene tan firme como antes; esto lo explica,
además del papel del partido, la práctica de los principios democráticos en
el ejército. Los oficiales no golpean a los soldados; oficiales y soldados
reciben trato igual; estos últimos gozan de libertad de reunión y de
palabra; se ha terminado con las formalidades inútiles, y las finanzas se
manejan a la vista de todos. (...) En China, la democracia la necesita no sólo
el pueblo, sino también el ejército. El sistema democrático en el ejército
es un arma importante para destruir aquellos rasgos propios de los ejércitos
mercenarios feudales.
La orientación del trabajo político en nuestro ejército
consiste en desplegar sin reservas la actividad de los soldados, los mandos y
el resto del personal, a fin de lograr, mediante un movimiento democrático
bajo una dirección centralizada, tres objetivos principales: alto grado de
unidad política, mejores condiciones de vida y un nivel superior de habilidad
militar y preparación táctica. Las tres verificaciones y las tres
rectificaciones[*] que actualmente
se llevan a cabo con entusiasmo en las unidades de nuestro ejército, se
orientan a lograr los dos primeros objetivos a través de la práctica de la
democracia en lo político y económico.
La democracia en lo económico requiere que se asegure a
los representantes elegidos por los soldados el derecho de secundar al mando
de la compañía (sin pasar por encima de su autoridad) en la administración
de las vituallas y otras provisiones.
La democracia en lo militar requiere que se realice, en los
períodos de adiestramiento, una instrucción mutua entre oficiales y soldados
y entre los mismos sóldados, y que, en los períodos de combate, las compañías
celebren reuniones grandes y pequeñas en el frente mismo. Bajo la dirección
del mando de la compañía, hay que estimular a los soldados a discutir la
manera de atacar y tomar las posiciones enemigas y de cumplir otras tareas del
combate. Cuando la lucha se prolonga par algunos días, hay que celebrar
varias de tales reuniones. Semejante democracia en lo militar fue practicada
con gran éxito en la batalla de Panlung, Norte de Shensí, y en la batalla de
Shichiachuang, región de Shansí-Chajar-Jopei. Se ha probado que esta práctica
sólo acarrea beneficios y no causa perjuicio alguno.
* [Las tres verificaciones y las tres
rectificaciones constituyeron un importante movimiento para la consolidación
del Partido y el reforzamiento de la educación ideológica en el ejército,
que nuestro Partido efectuó en conexión con la reforma agraria durante la
Guerra Popular de Liberación. Las tres verificaciones significaban, en las
organizaciones locales del Partido, verificar el origen de la clase, la
ideología y el estilo de trabajo y, en el ejército, verificar el origen de
clase, el cumplimiento del deber y la voluntad de lucha. Las tres
rectificaciones significaban la consolidación de la organización, el
fortalecimiento de la educación ideológica y la rectificación del estilo de
trabajo.]
El Partido Comunista de China, que está empeñado en
una grandiosa lucha, exige a todos sus organismos dirigentes, miembros y
cuadros que desplieguen al máximo su iniciativa; sólo así será posible la
victoria. Esta iniciativa ha de manifestarse concretamente en el poder creador
de los organismos dirigentes, los cuadros y los miembros del Partido, en su
sentido de la responsabilidad, en el vigor que pongan en el trabajo, en la
audacia y habilidad con que planteen los problemas, expongan sus opiniones y
critiquen los defectos, así como en la supervisión camaraderil que ejerzan
sobre los organismos y cuadros dirigentes. De otro moda, la iniciativa carecerá
de contenido. No obstante, el despliegue de dicha iniciativa depende del grado
de democracia existente en la vida del Partido. Sin suficiente democracia en
la vida del Partido, resulta imposible desplegar esta iniciativa. Sólo en un
ambiente democrático puede formarse una gran cantidad de hombres capaces.
A quienquiera, siempre que no sea un elemento hostil ni
recurra a ataques virulentos, hay que permitirle hablar, y no importa que se
equivoque. Los dirigentes a todos los niveles tienen la obligación de
escuchar a los demás. Es necesario observar dos principios: 1) decir todo lo
que se sabe y decirlo sin reservas, 2) no culpar al que habla sino tomar sus
palabras como una advertencia. A menos que se observe auténtica y no
falsamente el principio de no culpar al que habla, será imposible lograr que
se diga todo lo que se sabe, y sin reservas.
Las tareas para 1945
(15 de diciembre de 1944).
Dentro del Partido hay que educar a los militantes en
los problemas de la democracia para que comprendan qué se entiende por vida
democrática , cuál es la relación entre la democracia y el centralismo y cómo
poner en práctica el centralismo democrático. Sólo de este modo se puede
desarrollar efectivamente la democracia en el seno del Partido y, al mismo
tiempo, evitar el ultrademocratismo y la tendencia a dejar pasar las cosas,
tendencia que socava la disciplina.
Tanto en el ejército como en las organizaciones
locales, la democracia interna del Partido debe servir para fortalecer la
disciplina e incrementar la capacidad combativa, y no para debilitarlas.
Ibíd.
Debemos extirpar las raíces del ultrademocratismo en el
plano teórico. Es preciso señalar, en primer lugar, que el ultrademoctatismo
es peligroso porque daña e incluso resquebraja por completo la organización
del Partido y debilita e incluso destruye totalmente la capacidad combativa
del Partido, imposibilitándolo para cumplir sus tareas de lucha y causando,
por consiguiente, la derrota de la revolución. En segundo lugar, es
indispensable destacar que el ultrademocratismo tiene su origen en la aversión
individualista de la pequeña burguesía a la disciplina. Esta aversión, una
vez introducida en el Partido, se traduce en ideas ultrademocráticas en lo
político y lo orgánico, ideas absolutamente incompatibles con las tareas de
lucha del proletariado.
XVI. EDUCACION Y ADIESTRAMIENTO MILITAR
Nuestra política educacional debe permitir a todos
aquellos que reciben educación desarrollarse moral, intelectual y físicamente
y convertirse en trabajadores cultos y con conciencia socialista.
En lo relativo a la educación de los cuadros en el
trabajo o en las escuelas para cuadros, se establecerá la política de tomar
como centro el estudio de los problemas prácticos de la revolución china y
como guía los principios fundamentales del marxismo-leninismo, y se ha de
descartar el método de estudiar el marxismo-leninismo de manera estática y
sin conexión con la vida.
Lo más importante para una academia militar es elegir
el director y los instructores y establecer los principios de enseñanza.
Si en una escuela de cien personas no hay un grupo
dirigente de varias personas o una docena o más, formado de acuerdo con las
circunstancias reales (y no reunido artificialmente) y compuesto de los
profesores, empleados y estudiantes más activos, rectos y despiertos, esa
escuela ha de marchar mal.
Todos los mandos y combatientes de nuestro ejército
deben perfeccionar su arte militar, avanzar valientemente en esta guerra que
será coronada con nuestra victoria, y liquidar a todos los enemigos en forma
resuelta, definitiva, cabal y completa.
Se atribuirá igual importancia a los aspectos político
y militar del programa de un año de consolidación y adiestramiento que acaba
de iniciarse, y se integrarán ambos aspectos. Al comienzo, se hará hincapié
en el aspecto político, el mejoramiento de las relaciones entre oficiales y
soldados, el fortalecimiento de la unidad interna y la promoción de un
elevado entusiasmo en los cuadros y los combatientes. Sólo así se realizarán
con facilidad la consolidación y el adiestramiento militares y se alcanzarán
mejores resultados.
Las tareas para 1945
(15 de diciembre de 1944).
En cuanto al método de adiestramiento, es indispensable
desplegar el movimiento de adiestramiento de masas en el cual el oficial le
enseña al soldado, el soldado le enseña al oficial y el soldado le enseña
al soldado.
Nuestra consigna en el adiestramiento de las tropas es:
El oficial le enseña al soldado, el soldado le enseña al oficial y el
soldado le enseña al soldado. Los soldados tienen mucha experiencia práctica
de combate. Los oficiales deben aprender de ellos, y aumentarán su capacidad
hacienda suya la experiencia ajena.
En cuanto al programa de adiestramiento, el objetivo
principal sigue siendo mejorar las técnicas de tiro, de cargo a la bayoneta,
de lanzamiento de granadas, etc., y el objetivo secundario, elevar la
preparación táctica; hay que prestar particular atención a los ejercicios
de combate nocturno.
XVII. SERVIR AL PUEBLO
Debemos ser modestos y prudentes, prevenirnos contra el
engreimiento y la precipitación, y servir de todo corazón al pueblo chino.
(...)
Servir de todo corazón al pueblo, sin apartarnos de las
masas ni por un instante; partir en cada caso de los intereses del pueblo y no
de los intereses de ningún individuo o pequeño grupo, e identificar nuestra
responsabilidad ante el pueblo con nuestra responsabilidad ante los organismos
dirigentes del Partido: tal es nuestro punto de partida.
Los organismos estatales practican el centralismo democrático;
deben apoyarse en las masas populares y su personal debe servir al pueblo.
El espíritu del camarada Bethune, su total dedicación
a los demás sin la menor preocupación de sí mismo, se expresaba en su
infinito sentido de responsabilidad en el trabajo y en su infinito cariño por
los camaradas y el pueblo. Cada comunista debe seguir su ejemplo.
( . . . )
Todos debemos aprender de su desinterés absoluto. Quien
tenga este espíritu puede ser muy útil al pueblo. La capacidad de un hombre
puede ser grande o pequeña, pero basta con que tenga este espíritu para ser
hombre de elevados sentimientos, hombre íntegro y virtuoso, hombre
desprovisto de intereses triviales, hombre de provecho para el pueblo.
Nuestro Partido Comunista, así como el VIII Ejército y
el Nuevo 4° Cuerpo del Ejército dirigidos por el Partido, son destacamentos
de la revolución. Estos destacamentos nuestros están dedicados por entero a
la liberación del pueblo y trabajan totalmente por los intereses del pueblo.
Servir al pueblo
(8 de septiembre de 1944),
Obras Escogidas, t. III.
Todos nosotros, los cuadros, en cualquier puesto que
estemos, somos servidores del pueblo, y cuanto hacemos va en servicio del
pueblo. Cómo, entonces, podemos ser reacios a deshacernos de nuestros
defectos?
Las tareas para 1945
(15 de diciembre de 1944).
Tenemos el deber de ser responsables ante el pueblo. Ser
responsables ante el pueblo significa que cada palabra, cada acto y cada
medida política nuestros deben concordar con los intereses del pueblo, y si
cometemos errores, debemos corregirlos.
Allí donde hay lucha, hay sacrificios, y la muerte es
cosa corriente. Pero, para nosotros, que tenemos la mente puesta en los
intereses del pueblo y en los sufrimientos de la gran mayoría, es una muerte
digna morir por el pueblo. No obstante, debemos reducir al mínimo los
sacrificios innecesarios.
Servir al pueblo
(8 de septiembre de 1944),
Obras Escogidas, t. III.
Todos los hombres han de morir, pero la muerte puede
tener distintos significados. El antiguo escritor chino Sima Chien decía:
Aunque la muerte llega a todos, puede tener más peso que el monte Taishan o
menos que una pluma. Morir por los intereses del pueblo tiene más peso que el
monte Taishan; servir a los fascistas y morir por los que explotan y oprimen
al pueblo tiene menos peso que una pluma.
Ibíd.
XVIII. PATRIOTISMO E INTERNACIONALISMO
Pueden los comunistas, que son internacionalistas, ser
al mismo tiempo patriotas? Sostenemos que no sólo pueden sino deben serlo. El
contenido concreto del patriotismo está determinado por las condiciones históricas.
Existe el patriotismo de los agresores japoneses y de Hitler, y existe el
patriotismo nuestro. Los comunistas deben oponerse resueltamente al
patriotismo de los agresores japoneses y de Hitler. Los comunistas japoneses y
alemanes son derrotistas con respecto a las guerras sostenidas por sus países.
Recurrir a todos los medios posibles para hacer fracasar las guerras de los
agresores japoneses y de Hitler, corresponde a los intereses de los pueblos
japonés y alemán, y cuanto más completa sea la derrota, tanto mejor. (...)
Esto se explica porque las guerras desatadas por los agresores japoneses y
Hitler perjudican a los pueblos de sus propios países de la misma manera que
a los demás pueblos del mundo. El caso de China es distinto, porque ella es
victima de la agresión. Por consiguiente, los comunistas chinos debemos unir
el patriotismo con el internacionalismo. Somos a la vez internacionalistas y
patriotas, y nuestra consigna es, Luchar en defensa de la patria contra los
agresores. Para nosotros, el derrotismo es un crimen, y luchar por la victoria
en la Guerra de Resistencia contra el Japón, un deber ineludible. Porque
solamente luchando en defensa de la patria podremos derrotar a los agresores y
lograr la liberación nacional, y, sólo logrando la liberación nacional, el
proletariado y los demás trabajadores podrán conquistar su propia emancipación.
La victoria de China y la derrota de los imperialistas invasores constituirán
una ayuda para los pueblos de los demás países. De ahí que el patriotismo
sea la aplicación del internacionalismo en las guerras de liberación
nacional.
Qué espíritu impulsa a un extranjero a entregarse
desinteresadamente a la causa de la liberación del pueblo chino como a la
suya propia? El espíritu del internacionalismo, el espíritu del comunismo,
del cual todos los comunistas chinos debemos aprender. (...) Debemos unirnos
con el proletariado de todos los países capitalistas, con el proletariado de
Japón, Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, Italia y demás países
capitalistas; sólo así se podrá derrocar al imperialismo, liberar a nuestra
nación y a nuestro pueblo y liberar a las otras naciones y pueblos del mundo.
Este es nuestro internacionalismo, el internacionalismo que oponemos al
nacionalismo estrecho y al patriotismo estrecho.
Para conquistar su completa liberación, los pueblos
oprimidos deben apoyarse ante todo en su propia lucha y, sólo en segundo
lugar, en la ayuda internacional. Los pueblos que hemos conquistado la
victoria en nuestra revolución, debemos ayudar a los que aún están luchando
por su emancipación. Este es nuestro deber internacionalista.
Conversación con amigos africanos
(8 de agosto de 1963).
Los países socialistas son estados de un tipo
enteramente nuevo, donde las clases explotadoras han sido derribadas y el
pueblo trabajador tiene en sus manos el Poder. En las relaciones entre estos
países se aplica el principio del internacionalismo unido con el patriotismo.
Estamos estrechamente ligados por intereses e ideales comunes.
Discurso en la reunión del Soviet Supremo de
la URSS en conmemoración del 40° aniversario
de la Gran Revolución Socialista de Octubre
(6 de noviembre de 1957).
Los pueblos de los países del campo socialista deben
unirse; los pueblos de los países de Asia, Africa y América Latina deben
unirse; los pueblos de todos los continentes deben unirse; todos los países
amantes de la paz deben unirse; todos los países sometidos a la agresión,
control, intervención o atropello de Los EE.UU. deben unirse, para formar el
más amplio frente único contra la política de agresión y guerra del
imperialismo norteamericano y en defensa de la paz mundial.
Declaraciones de apoyo al pueblo panameño en su justa
lucha patriótica contra el imperialismo norteamericano
(12 de enero, de 1964).
; Las cosas se desarrollan sin cesar. Han transcurrido sólo
45 años desde la Revolución de 1911, pero el aspecto de China ha cambiado
por completo. Al cabo de otros 45 años, esto es, para el año 2001, a
comienzos del siglo XXI, China habrá experimentado cambios aún mayores. Será
un poderoso país industrial socialista. Y así debe ser. Con una superficie
de 9.600.000 kilómetros cuadrados y una población de 600 millones de
personas, China debe hacer una contribución comparativamente grande a la
humanidad. Durante un largo periodo, su aporte ha sido muy reducido, y esto
nos apena.
Pero seamos modestos, no sólo ahora, sino también después
de 45 años. Seamos modestos siempre. En nuestras relaciones internacionales,
los chinos debemos liquidar toda manifestación de chovinismo de gran potencia
en forma resuelta, definitiva, cabal y completa.
Nunca debemos adoptar una actitud altanera de chovinismo
de gran potencia, ni envanecernos por la victoria de nuestra revolución o por
los éxitos logrados en la construcción. Toda nación, grande o pequeña,
tiene sus aspectos positivos y negativos.
Discurso de apertura en el VIII Congreso Nacional del
Partido Comunista de China
(15 de septiembre de 1956).
XIX. HEROISMO REVOLUCIONARIO
Este ejército tiene un espíritu intrépido; está
decidido a vencer a todo enemigo y jamás se dejará someter. Sean cuales
fueren las dificultades y penalidades, mientras quede un hombre, continuará
luchando.
Poner en pleno juego nuestro estilo de lucha; valentía
en el combate, espíritu de sacrificio, desprecio a la fatiga y tenacidad en
los combates continuos (es decir, entablar combates sucesivos en un corto
lapso y sin tomar reposo).
Miles y miles de mártires han ofrendado heroicamente su
vida en aras de los intereses del pueblo. Mantengamos en alto su bandera y
avancemos por el camino teñido con su sangre!
Ser resuelto, no temer a ningún sacrificio y superar
todas las dificultades para conquistar la victoria.
En el momento decisivo del avance de la Expedición al Norte, la traidora y
antipopular política de depuración del partido y represión sangrienta
adoptada por las autoridades del Kuomintang destruyó este frente único
nacional -- frente único formado por el Kuomintang, el Partido Comunista y
todos los sectores del pueblo y que encarnaba la causa de la liberación del
pueblo chino -- y toda su política revolucionaria. (...) Desde entonces, la
unidad fue reemplazada por la guerra civil, la democracia por la dictadura y
la China luminosa por una China sumida en tinieblas. Pero el Partido Comunista
de China y el pueblo chino no fueron amedrentados, sometidos ni exterminados.
Se pusieron de pie, se limpiaron las manchas de sangre, enterraron a los
camaradas caídos y volvieron a la lucha. Enarbolando la gran bandera de la
revolución, iniciaron la resistencia armada, y, en vastas zonas del
territorio chino, establecieron órganos del Poder popular, llevaron a cabo la
reforma agraria, crearon un ejército popular -- el Ejército Rojo de China --
y conservaron y aumentaron las fuerzas revolucionarias del pueblo chino.
Ustedes tienen muchas buenas cualidades y han rendido
grandes servicios, pero recuerden siempre no caer en el engreimiento. Todo el
mundo los respeta, y lo merecen; sin embargo, esto lleva fácilmente a la
presunción. Si miran por encima del hombro, si abandonan la modestia y el
esfuerzo y si pierden el respeto a los demás, a los cuadros y a las masas,
dejarán de ser héroes y trabajadores modelo. Ha habido gente así en el
pasado, y espero que ustedes no sigan su ejemplo.
En la lucha por aniquilar al enemigo y por restablecer y
desarrollar la producción industrial y agrícola, ustedes han superado muchas
dificultades y penalidades y han dada muestras de inmenso coraje, sabiduría e
iniciativa. Son modelo para toda la nación china, columna vertebral en el
avance victorioso de la causa popular en los distintos terrenos, seguro sostén
del Gobierno Popular y puente que une al Gobierno Popular con las grandes
masas.
Mensaje de salutación en nombre del Comité Central del
Partido
Comunista de China a la Reunión Nacional de Representantes
de los héroes de Combate y Trabajadores Modelo
(25 de septiembre de 1950).
Nuestra nación, la nación china, tiene coraje para
combatir al enemigo hasta la última gota de sangre, determinación para
recobrar con sus propias fuerzas cuanto ha perdido, y capacidad para
levantarse sobre sus propios pies entre las demás naciones.
XX. CONSTRUIR NUESTRO PAIS CON
LABORIOSIDAD Y ECONOMIA
Debemos velar porque todos nuestros cuadros y todo
nuestro pueblo tengan siempre presente que China es un gran país socialista,
pero al mismo tiempo un país económicamente atrasado y pobre, y que esto es
una contradicción muy grande. Para convertir nuestro país en país rico y
poderoso, se requieren varias decenios de intensos esfuerzas, que suponen,
entre otras cosas, la observancia de un riguroso régimen de economías y la
lucha contra el despilfarro, o sea, la aplicación de la política de
construir nuestro país con laboriosidad y economía.
Hay que administrar con laboriosidad y economía las fábricas,
los establecimientos comerciales, las empresas estatales y cooperativas así
como las demás empresas e instituciones. Hay que observar el principio de
laboriosidad y economía en todas las actividades. Este principio de
economizar es uno de los fundamentales en la economía socialista. China es un
país grande, pero todavía muy pobre. Llevará décadas hacer de ella un país
próspero. Aún entonces, tendremos que seguir aplicando el principio de
laboriosidad y economía. Pero, es en las próximas décadas, en el periodo de
los primeros planes quinquenales, cuando debemos promover particularmente la
laboriosidad y la economía, dedicar una atención especial al régimen de
economías.
Nota de introducción
al artículo
"Administrar las cooperativa, con laboriosidad y economía"
[Septiembre y diciembre de] (1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].
Allí donde estemos, debemos utilizar con la mayor
economía nuestros recursos humanos y materiales, y de ningún modo ver sólo
el momento presente, ni tolerar la dilapidación y el despilfarro. Donde nos
encontremos a partir del primer año de trabajo hemos de pensar en los muchos
años venideros, en la guerra prolongada por sostener, en la contraofensiva y
en la reconstrucción después de expulsado el enemigo. Debemos, por un lado,
guardarnos de la dilapidación y el despilfarro y, por el otro, esforzarnos
por desarrollar la producción. En el pasado, algunas regiones pagaron caro el
no haber hecho cálculos a largo plazo, el no haber prestado atención a la
utilización económica de los recursos humanos y materiales, ni al desarrollo
de la producción. He aquí una lección que debe llamar nuestra atención.
Con el objeto de acelerar la restauración y el
desarrollo de la producción agrícola, así como la producción industrial en
los poblados, debemos, en el curso de nuestra lucha para abolir el sistema
feudal, esforzarnos al máximo por preservar, hasta donde sea posible, todos
los medios de producción y de subsistencia utilizables, tomar medidas enérgicas
contra quienes los destruyan o malgasten, combatir los excesos en las comidas
y observar una economía estricta.
En lo que concierne a los gastos gubernamentales,
debemos atenernos al principio de economía. Es necesario hacer comprender a
todo el personal de los organismos gubernamentales que la corrupción y el
despilfarro son crímenes gravísimos. La lucha contra la corrupción y el
despilfarro ha dado ya algunos resultados, pero todavía se requieren nuevos
esfuerzos. Economizar cada moneda para las necesidades de la guerra, para la
causa revolucionaria y para nuestra construcción económica: tal es el
principio que ha de orientar nuestra contabilidad.
Entre muchos de nuestros cuadros crece ahora una
tendencia peligrosa: negativa a compartir alegrías y penas con las masas y
preocupación por la fama y el provecho personales. Esto es muy malo. En el
curso de la campaña por aumentar la producción y practicar economía,
debemos simplificar nuestras organizaciones y transferir cuadros a los niveles
inferiores a fin de que un número considerable de los cuadros se reincorpora
a la producción. Esta es una manera de vencer esa tendencia peligrosa.
Las labores productivas realizadas por el ejército con
miras a autoabastecerse no sólo han mejorado sus condiciones de vida,
aliviado la cargo del pueblo y posibilitado con eso la ampliación del ejército,
sino que, además, han dada de inmediato muchos subproductos:
1) Mejoramiento de las relaciones entre oficiales y
soldados. Al trabajar juntas en la producción, han llegado a una intimidad
fraternal.
2) Una actitud más consciente hacia el trabajo. (...)
Desde que el ejército comenzó la producción para su autoabastecimiento, se
ha hecho más consciente su actitud hacia el trabajo y se han eliminado los hábitos
del ocio.
3) Fortalecimiento de la disciplina. La disciplina del
trabajo en la producción no debilita sino que fortalece la disciplina de los
soldados en el combate y en su vida cotidiana.
4) Mejoramiento de las relaciones entre el ejército y
el pueblo. Cuando las propias tropas empiezan a llevar la casa, disminuyen y
hasta desaparecen los abusos contra los bienes de la población civil. En el
proceso de la producción, el ejército y la población civil intercambian
trabajo y se ayudan mutuamente, y la amistad entre ellos se ve fortalecida.
5) Menos quejas en el ejército respecto a los órganos
del Poder y mejores relaciones mutuas.
6) Impulso a la gran campaña popular por el
desarrollo de la producción. Cuando el ejército toma parte en la producción,
resulta más evidente la necesidad de que también lo hagan los organismos
gubernamentales y otros, y lo hacen con mayor energía. De igual moda, como es
natural, resulta más evidente la necesidad de una amplia campaña, que
comprenda a todo el pueblo, para aumentar la producción, y esa campaña también
se lleva adelante con mayor energía.
Algunos sostienen que si las fuerzas armadas se ocupan
de la producción, no podrán combatir ni adiestrarse, y que si los organismos
gubernamentales y otros también lo hacen, no podrán realizar su propia
labor. Este argumento es falso. En los últimos años, nuestras fuerzas
armadas de la región fronteriza, entregándose a actividades productivas en
gran escala, se han provisto de suficientes alimentos y vestuario; al mismo
tiempo, han realizado, con mejores resultados que antes, su adiestramiento y
sus estudios políticos y culturales, y han fortalecido más la unidad, tanto
dentro de sus filas como con el pueblo. El año pasado, en las regiones del
frente, no obstante llevarse a cabo una campaña por la producción en gran
escala, se registraron enormes éxitos en el combate y se inició una campaña
extensiva de adiestramiento. Y gracias a la producción, el personal de Los
organismos gubernamentales y otros ha mejorado sus condiciones de vida y
trabajo con mayor dedicación y eficiencia. Esto ocurre tanto en la región
fronteriza como en las regiones del frente.
XXI. APOYARSE EN LOS PROPIOS
ESFUERZOS Y TRABAJAR
Sobre qué base debe descansar nuestra política? Debe
descansar en nuestra propia fuerza, y eso significa robustecernos mediante
nuestros propios esfuerzos. No estamos solos; todos los países y pueblos del
mundo que se oponen al imperialismo son nuestros amigos. Sin embargo, hacemos
hincapié en apoyarnos en nuestros propios esfuerzos. Apoyándonos en las
fuerzas que nosotros mismos organicemos, podemos derrotar a todos los
reaccionarios chinos y extranjeros.
Somos partidarios de apoyarnos en nuestros propios
esfuerzos. Esperamos obtener ayuda extranjera, pero no debemos depender de
alla. Confiamos en nuestros propios esfuerzos, en el poder creador de todo el
ejército y de todo el pueblo.
Triunfar en todo el país es sólo el primer paso de una
gran marcha de diez mil li. (...) La revolución china es grandiosa,
pero después de la revolución, el camino será aún más largo y nuestra
tarea aún más grandiosa y ardua. Es éste un punto que hay que explicar
desde ahora en el Partido, para que los camaradas sigan siendo modestos,
prudentes y libres de arrogancia y precipitación en su estilo de trabajo, y
perseveren en su estilo de vida sencilla y lucha dura.
Hay que eliminar por completo toda idea existente entre
nuestros cuadros de lograr victorias fáciles por obra de la buena suerte, sin
una lucha dura y acerba, sin sudor y sangre.
Debemos realizar entre el pueblo una propaganda
constante sobre los progresos del mundo y su futuro luminoso, para que
adquiera confianza en la victoria.
Al mismo tiempo, debemos hacer saber al pueblo y a los
camaradas que nuestro camino es zigzagueante. Hay todavía muchos obstáculos
y dificultades a lo largo del camino de la revolución. El VII Congreso de
nuestro Partido supuso que las dificultades serian muchas, porque preferimos
suponer más dificultades de las que pudieran surgir. A algunos camaradas no
les gusta pensar mucho en las dificultades. Pero las dificultades son una
realidad, debemos reconocer cuantas haya, y no adoptar una política de no
reconocimiento. Debemos reconocer las dificultades, analizarlas y combatirlas.
No existen caminos rectos en el mundo; debemos estar preparados para seguir un
camino zigzagueante y no tratar de conseguir las cosas a bajo precio. No hay
que imaginar que una buena mañana todos los reaccionarios caerán de rodillas
por propia voluntad. En una palabra, las perspectivas son luminosas, pero el
camino es zigzagueante. Aún tenemos ante nosotros muchas dificultades, que no
debemos pasar por alto. Uniéndonos con todo el pueblo en un esfuerzo común,
podremos sin duda alguna vencer todas las dificultades y lograr la victoria.
Quien ve sólo el aspecto brillante, sin ver las
dificultades, no puede luchar eficazmente por el cumplimiento de las tareas
del Partido.
La riqueza de la sociedad es creada por los obreros,
campesinos e intelectuales trabajadores. Si ellos toman su destino en sus
propias manos, siguen una línea marxista-leninista y, en vez de eludir los
problemas, adoptan una actitud dinámica para resolverlos, no habrá en el
mundo dificultad insuperable para ellos.
Nota de introducción
al artículo
"El secretario del Partido toma la dirección
y todos los miembros del Partido ayudan a
administrar las cooperativas"
[Septiembre y diciembre de] (1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].
Todos los miembros del Partido deben tener plenamente en
cuenta todo esto y estar preparados para vencer sistemáticamente toda
dificultad con una voluntad indomable. Las fuerzas reaccionarias tienen sus
dificultades, y nosotros, las nuestras. Pero las dificultades dé las fuerzas
reaccionarias son insuperables, porque son fuerzas moribundas, sin porvenir.
Nuestras dificultades pueden ser vencidas porque somos una fuerza naciente y
con un brillante futuro.
En tiempos difíciles, debemos ver nuestros éxitos, ver
nuestra brillante perspectiva y aumentar nuestro coraje.
Servir al pueblo
(8 de septiembre de 1944),
Obras Escogidas t. III.
Toda cosa nueva experimenta dificultades y reveses en su
crecimiento. Sueña quien crea que el socialismo es como coser y cantar,
empresa de éxito fácil en la que no se tropieza con dificultades ni se
sufren reveses ni se requieren inmensos esfuerzos.
En ciertas épocas de la lucha revolucionaria, las
dificultades prevalecen sobre las condiciones favorables y constituyen,
entonces, el aspecto principal de la contradicción mientras las condiciones
favorables forman el aspecto secundario. Sin embargo, los revolucionarios
pueden, mediante sus esfuerzos, superar gradualmente las dificultades y crear
una situación nueva, favorable; así, una situación difícil cede su lugar a
una situación favorable.
Qué significa trabajar? Trabajar significa luchar. En
esos lugares, hay dificultades y problemas que debemos vencer y resolver.
Vamos allí a trabajar y luchar para vencer esas dificultades. Buen camarada
es quien está más ansioso de ir allí donde las dificultades son mayores.
Hay una antigua fábula china llamada El Viejo Tonto que
removió las montañas. Cuenta que hace mucho tiempo vivía en el Norte de
China un anciano conocido como el Viejo Tonto de las montañas del Norte. Su
casa miraba al Sur y frente a ella, obstruyendo la pasada, se alzaban dos
grandes montañas: Taijang y Wangwu. El Viejo Tonto tomó la decisión de
llevar a sus hijos a remover con azadones las dos montañas. Otro anciano,
conocido como el Viejo Sabio, los vio y dijo riéndose: Qué tontería! Es
absolutamente imposible que vosotros, tan poca gente, logréis remover montañas
tan grandes. El Viejo Tonto respondió: Después que yo muera, seguirán mis
hijos; cuando ellos mueran, quedarán mis nietos, y luego sus hijos y los
hijos de sus hijos, y así indefinidamente. Aunque son muy altas, estas montañas
no crecen y cada pedazo que les sacamos las hace más pequeñas. Por qué no
vamos a poder removerlas? Después de refutar la idea errónea del Viejo
Sabio, siguió cavando día tras día, sin cejar en su decisión. Dios,
conmovido ante esto, envió a la tierra dos ángeles, que se llevaron a
cuestas ambas montañas. Hoy, sobre el pueblo chino pesan dos grandes montañas,
una se llama imperialismo y la otra, feudalismo. El Partido Comunista de China
hace tiempo que decidió eliminarlas. Debemos perseverar en nuestra decisión
y trabajar sin cesar; también nosotros conmoveremos a Dios. Nuestro Dios no
es otro que las masas populares de China. Si ellas se alzan y cavan junto con
nosotros, por qué no vamos a poder eliminar esas montañas?
XXII. METODOS DE PENSAMIENTO Y DE TRABAJO
La historia de la humanidad es la historia del continuo
desarrollo del reino de la necesidad al reino de la libertad. Este proceso no
tiene término. En las sociedades en que existen clases, la lucha de clases no
tiene fin. En la sociedad sin clases, jamás terminará la lucha entre lo
nuevo y lo viejo, y entre lo justo y lo erróneo. En los terrenos de la lucha
por la producción y de la experimentación científica, la humanidad está en
constante progreso y la naturaleza en constante desarrollo; nunca se quedan en
un nivel determinado. Por lo tanto, el hombre necesita sintetizar
constantemente sus experiencias, y descubre, inventa, crea y avanza. Todas las
ideas en favor del estancamiento, el pesimismo, la inercia o la complacencia
son erróneas. Lo son porque no corresponden ni a los hechos históricos del
desarrollo de la sociedad humana a lo largo de cerca de un millón de años,
ni a los hechos históricos de la naturaleza conocidos par nosotros hasta la
fecha (por ejemplo, la naturaleza tal como se refleja en la historia de los
cuerpos celestas, de la tierra, de la vida y de otros fenómenos naturales).
Pasaje citado en el Informe del Primer Ministro Chou
En-lai ante
la I Sesión de la Asamblea Popular Nacional (tercera legislatura) sobre la
labor del Gobierno
(21 y 22 de diciembre de 1964).
Las ciencias naturales son una de las armas del hombre
en la lucha por su libertad. Con el fin de lograr la libertad dentro de la
sociedad, el hombre utiliza la ciencia social para comprenderla, transformarla
y realizar la revolución social. Con el objeto de lograr la libertad en la
naturaleza, el hombre utiliza las ciencias naturales para comprenderla,
conquistarla y transformarla, y así logrará la libertad en alla.
Discurso en la reunión inaugural de la Sociedad de
Investigaciones de
Ciencias Naturales de la Región Fronteriza de Shensi-Kansú-Ningsia
(5 de febrero de 1940).
La filosofía marxista -- el materialismo dialéctico --
tiene dos características sobresalientes. Una es su carácter de clase:
afirma explícitamente que el materialismo dialéctico sirve al proletariado.
La otra es su carácter práctico: subraya la dependencia de la teoría
respecto a la práctica, subraya que la práctica es la base de la teoría y
que ésta, a su vez, sirve a la práctica.
La filosofía marxista considera que el problema más
importante no consiste en comprender las leyes del mundo objetivo para ester
en condiciones de interpretarlo, sino en aplicar el conocimiento de esas leyes
para transformar activamente el mundo.
Ibíd.
De dónde provienen las ideas correctas del hombre? Caen
del cielo? No. Son innatas en su cerebro? No. Provienen únicamente de la práctica
social, de los tres tipos de práctica social: la lucha par la producción, la
lucha de clases y la experimentación científica.
De dónde provienen las ideas correctas?
(mayo de 1963).
El ser social del hombre determine su pensamiento. Las
ideas correctas características de la clase avanzada, una vez dominadas por
las masas, se convierten en una fuerza material que transforma la sociedad y
el mundo.
Ibíd.
En su práctica social, el hombre sostiene toda clase de
luchas y extrae ricos experiencias tanto de sus éxitos como de sus fracasos.
Innumerables fenómenos del mundo exterior objetivo se reflejan en el cerebro
del hombre por media de los órganos de los sentidos -- la vista, el oído, el
olfato, el gusto y el tacto --. Al comienzo, el conocimiento es sensorial. Al
acumularse suficiente conocimiento sensorial, se produce un salto al
conocimiento racional, es decir, a las ideas. Este es un proceso en el
conocimiento. Es la primera etapa del proceso global del conocimiento, etapa
que conduce de la materia objetiva a la conciencia subjetiva, de la existencia
a las ideas. En esta etapa, aún no se ha comprobado si la conciencia o las
ideas (incluyendo las teorías, principios políticos, planes y medidas)
reflejan correctamente las leyes del mundo exterior objetivo, aún no puede
determinarse si son acertadas o no. Luego, viene la segunda etapa del proceso
del conocimiento: la etapa que conduce de la conciencia a la materia, de las
ideas a la existencia, etapa en que se aplica a la práctica social el
conocimiento obtenido en la primera etapa para ver si esas teorías,
principios políticos, planes o medidas consiguen los éxitos esperados. En términos
generales, lo que obtiene éxito es correcto, y lo que fracasa, erróneo; esto
sucede especialmente en la lucha del hombre con la naturaleza. En la lucha
social, las fuerzas que representan a la clase avanzada a veces sufren
reveses, no porque sus ideas sean incorrectas, sino porque, en la correlación
de las fuerzas en lucha, no son, por el momento, tan poderosas como las
fuerzas reaccionarias; en consecuencia, fracasan temporalmente, pero han de
triunfar tarde o temprano. A través de la prueba de la práctica, se produce
otro salto en el conocimiento del hombre. Este es más importante que el
anterior, porque sólo éste puede probar si es acertado o erróneo el primer
salto en el conocimiento, o sea, las ideas, teorías, principios políticos,
planes o medidas formuladas en el curso de la reflexión del mundo exterior
objetivo. No hay otro medio de comprobar la verdad.
Ibíd.
A menudo, sólo es posible llegar a un conocimiento
correcto después de muchas repeticiones del proceso que conduce de la materia
a la conciencia y de la conciencia a la materia, es decir, de la práctica al
conocimiento y del conocimiento a la práctica. Esta es la teoría marxista
del conocimiento, la teoría materialista dialéctica del conocimiento.
Ibíd.
Quien quiera conocer una cosa, no podrá conseguirlo sin
entrar en contacto con ella, es decir, sin vivir (practicar) en el mismo media
de esa cosa. (...) Si quieres conocer, tienes que participar en la práctica,
en la transformación de la realidad. Si quieres conocer el saber de una pera,
tienes tú mismo que transformarla comiéndola. (...) Si quieres conocer la
teoría y los métodos de la revolución, tienes que participar en la revolución.
Todo conocimiento auténtico nace de la experiencia directa.
El conocimiento comienza por la práctica, y todo
conocimiento teórico, adquirido a través de la práctica, debe volver a la
práctica. La función activa del conocimiento no solamente se manifiesta en
el salto active del conocimiento sensorial al racional, sine, lo que es más
importante, también debe manifestarse en el salto del conocimiento racional a
la práctica revolucionaria.
Ibíd.
Es bien sabido que, al realizar una cosa, cualquiera que
sea, a menos que comprendamos sus circunstancias reales, su naturaleza y sus
relaciones con otras cosas, no conoceremos las leyes que la rigen, ni sabremos
cómo hacerla, ni podremos llevarla a feliz término.
Si el hombre quiere culminar su trabajo con éxito, es
decir, lograr los resultados esperados, tiene que hacer concordar sus ideas
con las leyes del mundo exterior objetivo; si no lo consigue, fracasa en la práctica.
Después de sufrir una derrota, extrae lecciones de ella, modifica sus ideas
para hacerlas concordar con las leyes del mundo exterior y, de esta manera,
convierte el fracaso en éxito: he aquí lo que se quiere decir con la derrota
es madre del éxito y cada fracaso nos hace más listos.
Somos marxistas, y el marxismo nos exige que al examinar
cualquier problema, partamos de los hechos objetivos y no de definiciones
abstractas, y que formulemos nuestra orientación, política y medidas sobre
la base del análisis de estos hechos.
El método fundamental de trabajo que todos los
comunistas debemos tener bien presente, consiste en determinar nuestra línea
de trabajo en función de las condiciones reales. Si examinamos las causas de
nuestros errores, veremos que todos se deben a que nos apartamos de las
condiciones reales existentes en un momento y lugar dados y trazamos
subjetivamente nuestra linea de trabajo.
El idealismo y la metafísica son las cosas más fáciles
del mundo porque permiten a la gente que disparate a gusto, sin basarse en la
realidad objetiva ni someterse a la prueba de ésta. En cambio, el
materialismo y la dialéctica requieren esfuerzos. Se fundamentan en la
realidad objetiva y se someten a su prueba. Si uno no hace esfuerzos, caerá
en el idealismo y la metafísica.
Nota de introducción
a "Materiales sobre la camarilla contrarrevolucionaria de Ju Feng"
(mayo de 1955) [Obras Escogidas, t. V].
Al tratar una cosa, debemos examinar su esencia y
considerar su apariencia nada más que como guía que conduce a la entrada. Y
una vez que cruzamos el umbral debemos aprehender la esencia de la cosa. Este
es el único método de análisis seguro y científico.
La causa fundamental del desarrollo de las cosas no es
externa sino interna; reside en su carácter contradictorio interno. Todas las
cosas tienen contradicciones en su interior, de ahí su movimiento y su
desarrollo. El carácter contradictorio interno de una cosa es la causa
fundamental de su desarrollo, en tanto que su interrelación e interacción
con otras cosas son causas secundarias.
La dialéctica materialista considera que las causas
externas constituyen la condición del cambio y las causas internas, su base;
además, considera que las causas externas actúan a través de las internas.
A una temperatura adecuada, un huevo se transforma en pollo, pero ninguna
temperatura puede transformar una piedra en pollo, porque sus bases son
diferentes.
Ibíd.
La filosofía marxista entiende que la ley de la unidad
de los contrarios es la ley fundamental del universo. Esta ley tiene validez
universal, tanto en la naturaleza y en la sociedad humana, como en el
pensamiento del hombre. Los contrarios en una contradicción forman una unidad
a la vez que luchan entre sí, lo cual impulsa el movimiento y el cambio en
las cosas. En todas partes existen contradicciones, pero tienen diverso carácter
según sea la naturaleza de las cosas. En cualquier cosa concreta, la unidad
de los contrarios es condicional, temporal, transitiva y, por eso, relativa,
mientras que la lucha entre los contrarios es absoluta.
El método analítico es dialéctico. Por análisis
entendemos analizar las contradicciones en las cosas. Ningún análisis
acertado es posible sin un conocimiento intimo de la vida ni una comprensión
real de las contradicciones de que se trata.
Lenin dice que el análisis concreto de la situación
concreta es lo más esencial del marxismo, el alma viva del marxismo. Muchos
de nuestros camaradas, poco acostumbrados a pensar en forma analítica, no
quieren analizar y estudiar repetida y profundamente las cosas complejas, sino
que prefieren formular conclusiones simplistas que son absolutamente
afirmativas o absolutamente negativas. (...) Desde ahora, debemos remediar
este estado de cosas.
La manera como estos camaradas enfocan las cuestiones es
errónea. En vez de considerar sus aspectos esenciales o principales, destacan
los no esenciales o secundarios. Es de señalar que hay que tratar estos últimos
aspectos uno por uno sin subestimarlos, mas no debemos considerarlos como
esenciales o principales, pues, de lo contrario, nos desorientaremos.
Sobre el problema de la cooperativización agrícola
(31 de julio de 1955),
[Obras Escogidas, t. V].
Las cosas en el mundo son complejas y las deciden
diversos factores. Debemos examinar los problemas en sus diferentes aspectos y
no en uno solo.
Sólo quienes abordan los problemas de manera subjetiva,
unilateral y superficial dictan órdenes presuntuosamente apenas llegan a un
nuevo lugar, sin considerar las circunstancias, sin examinar las cosas en su
totalidad (su historia y su situación actual en conjunto) ni penetrar en su
esencia (su naturaleza y las relaciones internas entre una cosa y otras).
Semejantes personas tropiezan y caen inevitablemente.
Al estudiar un problema, debemos guardarnos de la
subjetividad, la unilateralidad y la superficialidad. Por subjetividad se
entiende no saber abordar los problemas objetivamente, es decir, no saber
abordarlos desde el punto de vista materialista. Ya he hablado de esto en mi
trabajo Acerca de la práctica.Por
unilateralidad se entiende no saber abordar los problemas en todos sus
aspectos. (...) O puede llamarse ver la parte y no el todo, ver los árboles y
no el bosque. De esta manera, no es posible encontrar el método para resolver
las contradicciones, ni cumplir las tareas de la revolución, ni llevar a buen
término el trabajo encomendado, ni desarrollar correctamente la lucha ideológica
en el seno del Partido. Cuando decía Sun Wu en su exposición del arte de la
guerra: Conoce a tu adversario y conócete a ti mismo, y podrás librar cien
batallas sin correr ningún riesgo de derrota, se refería a las dos partes
beligerantes. Wei Cheng, de la dinastía Tang, también comprendía lo errónea
que era la unilateralidad cuando decía: Si escuchas a ambas partes, se hará
en ti la luz; si escuchas a una sola, permanecerás en tinieblas. Pero
nuestros camaradas a menudo examinan los problemas de manera unilateral y, por
este motivo, dan con la cabeza en el muro. (...) Lenin dijo: Para conocer
realmente un objeto hay que abarcar y estudiar todos sus aspectos, todos sus vínculos
y mediaciones. Esto jamas lo conseguiremos por completo; pero la exigencia de
estudiar las cosas en todos sus aspectos nos previene contra los errores y la
rigidez. Debemos recordar sus palabras. Por superficialidad se entiende no
considerar ni las características de la contradicción en su conjunto ni las
características de cada uno de sus aspectos, no reconocer la necesidad de ir
al fondo de una cosa y estudiar minuciosamente las características de su
contradicción, sino limitarse a mirar de lejos y, después de una ojeada a
los contornos generales de la contradicción, tratar inmediatamente de
resolverla (responder una pregunta, zanjar una disputa, conducir un asunto o
dirigir una operación militar). Semejante forma de proceder lleva
inevitablemente a consecuencias funestas. (...) La unilateralidad y la
superficialidad son también subjetividad, porque todas las cosas objetivas se
hallan en realidad ligadas unas con otras y se rigen por leyes internas; sin
embargo, hay personas que, en lugar de reflejar las cosas tal como son, las
consideran de modo unilateral o superficial, e ignoran sus relaciones recíprocas
y sus leyes internas; por tanto, su método es subjetivista.
Unilateralidad significa pensar en términos absolutos,
es decir, enfocar los problemas metafísicamente. En la valoración de nuestro
trabajo, es unilateral considerarlo o todo positivo o todo negativo. (...)
Considerarlo todo positivo es ver sólo únicamente los elogios y no las críticas:
Presentar nuestro trabajo como si fuera bueno en todos sus aspectos es
contradecir los hechos. No es cierto que todo sea bueno; todavía existen
deficiencias y errores. Tampoco es cierto que todo sea malo; pensar así también
contradice los hechos. De ahí la necesidad de analizar. Negarlo todo es
creer, sin ningún análisis que nada se ha hecho bien y que la grandiosa
empresa de la construcción socialista, la gran lucha en que participan
centenares de millones de personas, es un embrollo sin nada digno de elogio.
Estos puntos de vista son sumamente erróneos y perjudiciales, y sólo pueden
desalentar a la gente, aunque muchas de las personas que los sostienen se
distinguen de las que son hostiles al sistema socialista. En la valoración de
nuestro trabajo, es erróneo tanto el punto de vista de que todo es positivo,
como el de que todo es negativo.
Al examinar cualquier cuestión, los marxistas deben ver
no sólo las partes sino también el todo. Una rana en el fondo de un pozo
dice: El cielo no es mayor que la boca del pozo. Esto no es cierto, porque el
cielo no es del tamaño de la boca de un pozo. Estaría en lo cierto si
afirmase que una parte del cielo es del tamaño de la boca del pozo, porque
ello corresponde a la realidad.
Debemos aprender a examinar las cuestiones en todos sus
aspectos, a ver no sólo el anverso de las cosas sino también su reverso. En
determinadas condiciones, una cosa mala puede conducir a buenos resultados, y
una cosa buena, a resultados malos.
Junto con reconocer que, en el curso general del
desarrollo histórico, lo material determina lo espiritual y el ser social
determina la conciencia social, también reconocemos y debemos reconocer la
reacción que ejerce lo espiritual sobre lo material, la conciencia social
sobre el ser social y la superestructura sobre la base económica. Esto no va
en contra del materialismo, sino que, justamente, evita el materialismo
mecanicista y defiende el materialismo dialéctico.
En una guerra, los mandos no pueden pretender ganarla traspasando los límites
impuestos por las condiciones objetivas, pero dentro de tales límites sí
pueden y deben poner en pleno juego su actividad consciente en la lucha por la
victoria. El escenario de acción para los mandos en una guerra debe
construirse dentro de lo que permiten las condiciones objetivas, pero sobre
este escenario pueden dirigir magníficas acciones de épica grandiosidad.
El hombre debe adaptar su pensamiento a las condiciones
que han cambiado. Claro está que nadie debe dejarse llevar por la fantasía,
ni elaborar planes de acción a despecho de las condiciones objetivas, ni
pretender lo que en realidad es imposible. Pero el problema actual es que las
ideas conservadoras de derecha aún ocasionan funestos trastornos en muchos
terrenos e impiden que el trabajo en esos terrenos marche a tono con el
desarrollo de las circunstancias objetivas. El problema actual es que muchos
consideran imposible lo que podrían cumplir si se esforzaran.
Debemos utilizar el cerebro y pensar cada cosa
cuidadosamente. Como dice el refrán: Frunce el entrecejo y se te ocurrirá
una estratagema. En otras palabras, la mucha reflexión engendra sabiduría.
Para deshacernos del hábito de actuar a ciegas, tan difundido en nuestro
Partido, debemos alentar a nuestros camaradas a pensar, aprender el método
analítico y cultivar el hábito del análisis.
Si en un proceso hay varias contradicciones,
necesariamente una de ellas es la principal, la que desempeña el papel
dirigente y decisivo, mientras que las demás ocupan una posición secundaria
y subordinada. Por lo tanto, al estudiar cualquier proceso complejo, con dos o
más contradicciones, debemos esforzarnos al máximo por encontrar su
contradicción principal. Una vez aprehendida la contradicción principal,
todos los problemas se resuelven fácilmente.
Sobre la contradicción
(agosto de 1937),
Obras Escogidas, t. I.
De los dos aspectos contradictorios, uno ha de ser el
principal y el otro, el secundario. El aspecto principal es el que desempeña
el papel dirigente en la contradicción. La naturaleza de una cosa está
determinada fundamentalmente por el aspecto principal de la contradicción,
aspecto que ocupa la posición dominante.
Pero esta situación no es estática; el aspecto
principal y el no principal de una contradicción se transforman el uno en el
otro y, en consecuencia, la naturaleza de la cosa cambia.
Ibíd.
No basta con plantear tareas; hay que resolver, además,
el problema de los métodos para cumplirlas. Si nuestra tarea es cruzar un río,
no podremos hacerlo sin un puente o una embarcación. Mientras no se resuelva
el problema del puente o la embarcación, será ocioso hablar de atravesar el
río. Mientras la cuestión de los métodos no esté resuelta, será inútil
hablar de las tareas.
Preocupémonos por el bienestar de las masas,
prestemos atención a nuestros métodos de trabajo
(27 de enero de 1934),
Obras Escogidas, t. I.
En relación a cualquier tarea, si no se hace un
llamamiento general, será imposible movilizar a las amplias masas para la
acción. Sin embargo, si los dirigentes se limitan a lanzar un llamamiento
general -- si no se ocupan personal y concretamente, en algunas
organizaciones, de la ejecución cabal del trabajo que llaman a realizar,
abren una brecha en algún punto y adquieren allí experiencias para orientar
a las demás entidades --, no podrán comprobar si es justo el llamamiento
general ni enriquecer su contenido, y además correrán el peligro de que el
llamamiento quede en letra muerta.
Ningún dirigente puede dar orientación general a las
entidades a su cargo, a menos que obtenga experiencia práctica de parte de
determinados individuos y de ciertos asuntos en una entidad subordinada específica.
Este método debe ser generalizado para que los cuadros dirigentes a todos los
niveles aprendan a aplicarlo.
Ibíd.
En ningún lugar puede haber al mismo tiempo muchas
tareas centrales. Sólo puede realizarse, en un lapso determinado, una tarea
central, complementada por otras de segundo y tercer orden. Por lo tanto, el
responsable principal de una localidad debe tener en cuenta la historia y
circunstancias actuales de la lucha allí, y ordenar apropiadamente las
diferentes tareas. No debe actuar sin plan propio, saltando de una tarea a
otra según le lleguen de los organismos superiores, pues de lo contrario se
verá enfrentado a una multitud de tareas centrales y sumido en la confusión
y el desorden. Ninguna organización superior debe tampoco asignar simultáneamente
muchas tareas a una organización inferior, sin indicar su importancia y su
urgencia relativas ni especificar cuál es la tarea central, porque este modo
de proceder llevará desorden al trabajo de la organización inferior y le
impedirá conseguir los resultados previstos. El dirigente debe tener en
cuenta la situación en su conjunto, elaborar su plan general a la luz de las
condiciones históricas y las circunstancias existentes en cada localidad,
decidir con justeza el centro de gravedad y el orden de ejecución de los
trabajos para cada periodo, realizar con tenacidad lo decidido y asegurar el
logro de determinados resultados: esto es parte del arte de dirigir.
Ibíd.
Debe mantenerse (cada buró o subburó del Comité
Central del Partido) constantemente al corriente de la marcha del trabajo,
intercambiar experiencias y corregir los errores; no debe esperar varios
meses, medio año o un año antes de celebrar reuniones de balance para hacer
una revisión general y una rectificación general de los errores. Dilatar
conduce a grandes pérdidas, mientras que corregir los errores apenas surgen,
reduce las pérdidas.
No dejen que los problemas se acumulen y causen muchas
complicaciones antes de resolverlos. Los dirigentes tienen que marchar al
frente del movimiento y no a la zaga.
Nota de introducción al artículo
"El contrato estacional"
[Septiembre y diciembre de] (1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].
Lo que necesitamos es un estado de ánimo entusiasta
pero sereno, un trabajo intense pero ordenado.
XXIII. INVESTIGACION Y ESTUDIO
Todos aquellos que se encarguen de un trabajo práctico
deben investigar las condiciones en las bases. Semejante investigación se
hace especialmente necesaria para quienes tienen conocimientos teóricos pero
no se hallan al corriente de las condiciones reales; de otro modo, no podrán
vincular la teoría con la práctica. Quien no ha investigado no tiene derecho
a hablar. Aunque esta afirmación mía ha sido ridiculizada como empirismo
estrecho, hasta la fecha no me arrepiento dé haberla hecho; al contrario,
sigo insistiendo en que sin haber investigado nadie puede pretender el derecho
a hablar. Hay muchos que, apenas descienden de su carroza, comienzan a
vociferar, a lanzar opiniones, criticando esto y censurando aquello; pero, de
hecho, todos ellos fracasan sin excepción, porque sus comentarios o críticas,
que no están fundamentados en una investigación minuciosa, no son más que
cháchara. Incalculables son los daños que han causado a nuestro Partido
semejantes enviados imperiales, a los que encontramos aquí y allá, casi en
todas partes. Con razón dice Stalin que la teoría deja de tener objeto
cuando no se halla vinculada a la práctica revolucionaria. Y con razón
agrega que la práctica es ciega si la teoría revolucionaria no alumbra su
camino. Sólo se puede acusar de empirismo estrecho a los prácticos, que
andan a tientas y carecen de perspectiva y previsión.
Tomar esta actitud (la marxista-leninista) significa
buscar la verdad en los hechos. Por hechos entendemos todas las cosas que
existen objetivamente; por verdad entendemos las relaciones internas de las
cosas objetivas, es decir, las leyes que las rigen; y por buscar entendemos
estudiar. Debemos partir de las condiciones reales dentro y fuera del país,
la provincia, el distrito o el territorio, y deducir de ellas, como guía para
nuestra acción, las leyes inherentes a esas condiciones y no leyes
imaginarias, es decir, debemos encontrar las relaciones internas de los
acontecimientos que suceden a nuestro alrededor. Y para esto debemos basarnos
en los hechos, que existen objetivamente, y no en nuestra imaginación
subjetiva, ni en un entusiasmo momentáneo, ni en la letra muerta de los
libros; debemos apropiarnos del material en detalle y, a la luz de los
principios generales del marxismo-leninismo, extraer de este material
conclusiones correctas.
Proceder como un hombre que caza gorriones con los ojos
cerrados o como un ciego que coge peces a tientas, tratar las cosas
superficialmente sin penetrar en los detalles, entregarse a una verborrea
jactanciosa y contentarse con conocimientos fragmentarios mal asimilados: tal
es el estilo de trabajo, extremadamente malo, que aún se observa entre muchos
camaradas de nuestro Partido, un estilo totalmente opuesto al espíritu
fundamental del marxismo-leninismo. Marx, Engels, Lenin y Stalin nos enseñan
que es necesario estudiar concienzudamente la situación, partir de la
realidad objetiva y no de los deseos subjetivos. Pero muchos de nuestros
camaradas actúan en forma diametralmente contraria a esta verdad.
Ibíd.
No puede usted resolver un problema? Pues bien, póngase
a investigar su situación actual y sus antecedentes! Cuando haya investigado
cabalmente el problema, sabrá cómo resolverlo. Toda conclusión se saca
después de una investigación, y no antes. Unicamente un tonto se devana los
sesos, sólo o unido a un grupo, para encontrar una solución o elaborar una
idea sin efectuar ninguna investigación. Debe subrayarse que esto no conducirá
en absoluto a ninguna solución eficaz ni a ninguna idea provechosa.
Contra el culto a los libros
(mayo de 1930).
La investigación se asemeja a los largos meses de
gestación, y la solución del problema, al día del nacimiento. Investigar un
problema es resolverlo.
Ibíd.
Con la actitud marxista-leninista, una persona aplica la
teoría y el método marxista-leninistas a la investigación y estudio sistemáticos
y minuciosos de la situación. En vez de trabajar solamente a dictado del
entusiasmo, combina, como dice Stalin, el ímpetu revolucionario con el
sentido práctico.
Reformemos nuestro estudio
(mayo de 1941),
Obras Escogidas, t. III.
El único media para conocer una situación es hacer una
investigación social, una investigación sobre las condiciones reales de las
diversas clases sociales. Para quienes están encargados del trabajo
directivo, el método esencial para conocer la situación es elegir, de
acuerdo a un plan, algunas ciudades y aldeas para realizar allí una serie de
minuciosas investigaciones, utilizando el punto de vista fundamental marxista,
es decir, el método de análisis de clases.
Prefacio y epilogo a "Investigación rural"
(marzo y abril de 1941),
Obras Escogidas, t. III.
Una reunión de investigación no necesita ser muy
numerosa; basta con la presencia de tres a cinco, o siete u ocho personas.
Para cada reunión es necesario destinar suficiente tiempo, preparar de
antemano un cuestionario y, además, hacer personalmente preguntas, anotar las
respuestas y discutir con los asistentes. Esto quiere decir que sin un gran
entusiasmo, sin la decisión de dirigir la mirada hacia abajo, sin la sed de
conocer, sin la disposición a despojarse de toda presunción para ser alumna
modesto, será imposible realizar ninguna investigación o hacerla bien.
Ibíd.
Toda disposición correcta de un mando emana de su
decisión justa; la decisión justa emana de su juicio justo sobre la situación,
y el juicio justo emana de un reconocimiento circunstanciado e indispensable y
de un examen cuidadoso y sistemático de todas las informaciones recogidas a
través del reconocimiento. El mando emplea todos los medios de reconocimiento
posibles y necesarios, y examine las informaciones así recogidas acerca del
enemigo, desechando la cáscara para quedarse con el grano, descartando lo
falso para conservar lo verdadero, pasando de un aspecto a otro y de lo
externo a lo inferno; luego, considerando las condiciones de su propio campo,
hace un estudio comparativa de la situación de ambas partes y de sus
relaciones mutuas; de este modo, forma su juicio, toma su decisión y elabora
su plan. Este es el proceso completo del conocimiento de una situación,
proceso que debe recorrer un jefe militar antes de formular su plan estratégico,
de campaña o de combate.
Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de
China
(diciembre de 1936),
Obras Escogidas, t. I.
XXIV. AUTOEDUCACION IDEOLOGICA
Y aunque lográramos éxitos inmensos en nuestro
trabajo, no tendríamos ningún fundamento para volvernos engreídos y
presuntuosos. La modestia contribuye al progreso, y el engreimiento conduce al
atraso. Debemos tener siempre presente esta verdad.
Discurso de apertura en el VIII Congreso
Nacional del Partido Comunista de China
(15 de septiembre de 1956)
[Obras Escogidas, t. V].
Con la victoria, pueden surgir dentro del Partido
ciertos estados de ánimo: el engreimiento, la presunción de ser hombre
meritorio, la inercia y la falta de deseo de progresar, la afición a los
placeres y la aversión a continuar una vida dura. Con la victoria, el pueblo
nos estará agradecido y la burguesía se presentará a adularnos. Ya está
probado que el enemigo no puede vencernos por la fuerza de las armas. Sin
embargo, la adulación de la burguesía puede vencer a los débiles de carácter
que haya en nuestras filas. Es posible que existan entre los comunistas
algunos que el enemigo no ha podido vencer con las armas y que frente a él se
han hecho merecedores del título de héroes, pero que, incapaces de resistir
a los proyectiles almibarados, caerán derrotados por ellos. Debemos estar
prevenidos contra esto.
Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central
elegido
en el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China
(5 de marzo de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
Muchas cosas pueden convertirse en fardos, en cargas, si
nos aferramos a ellas ciega e inconscientemente. Por ejemplo: quien haya
cometido errores, puede sentirse irremediablemente agobiado por ellos y caer
en el abatimiento; el que no haya incurrido en errores, puede creerse
irreprochable y volverse vanidoso. La falta de éxitos en el trabajo puede
provocar pesimismo y depresión, en tanto que los éxitos pueden engendrar
arrogancia y altanería. Un camarada que tenga corta historia de lucha puede
con ese pretexto eludir responsabilidades, y un veterano puede considerarse
infalible por su largo pasado de lucha. Los camaradas obreros y campesinos,
orgullosos de su origen de clase, pueden mirar a los intelectuales por encima
del hombro, y los intelectuales, por poseer algunos conocimientos, pueden
menospreciar a los camaradas obreros y campesinos. Quien posea conocimientos
especializados puede considerarlos como capital para envanecerse y despreciar
a los demás. Hasta la edad podría servir de motivo para presumir: un joven
que se tenga por inteligente y capaz, podría despreciar a los viejos, y un
viejo, por su rica experiencia, podría despreciar a los jóvenes. Todas estas
cosas se convierten en cargas, en fardos, si se carece de espíritu critico.
Nuestro estudio y la situación actual
(12 de abril de 1944),
Obras Escogidas, t. III.
Algunos camaradas en el ejército se han vuelto
arrogantes y se comportan de manera arbitraria con los soldados, el pueblo,
los organismos gubernamentales y las organizaciones del Partido. Siempre
reprochan a los camaradas encargados del trabajo local y nunca se reprochan a
sí mismos. Sólo ven sus propios éxitos, pero no sus deficiencias. Sólo
quieren escuchar lisonjas, y no críticas. (...) el ejército debe esforzarse
por erradicar estos malos hábitos.
Organicémonos
(29 de noviembre de 1943),
Obras Escogidas, t. III.
Un trabajo duro es como una carga que, colocada frente a
nosotros, nos desafía a echárnosla al hombro. Algunas cargas son livianas,
otras, pesadas. Hay quienes prefieren las cargas livianas a las pesadas;
escogen para sí las primeras y dejan las segundas para los demás. Otros
camaradas actúan de manera diferente: dejan las comodidades a los demás y
toman sobre sus hombros las cargas pesadas, son los primeros en soportar las
penalidades y los últimos en disfrutar de las comodidades. Estos son buenos
camaradas. Todos debemos aprender de su espíritu comunista.
Sobre las negociaciones de Chungching
(17 de octubre de 1945),
Obras Escogidas, t. IV.
No pocas personas se muestran irresponsables en su
trabajo, prefieren lo liviano a lo pesado dejan las cargas pesadas a otros y
escogen para sí ;as livianas. En cada ocasión, piensan en sí mismas antes
que en los demás. Cuando llegan a hacer alguna pequeña contribución, se
hinchan de orgullo y la pregonan temiendo que alguien quede sin saberlo. No
sienten cariño hacia los camaradas y el pueblo, y los tratan con frialdad
indiferencia y apatía. En realidad, esas personas no son comunistas, o, al
menos, no pueden ser consideradas como verdaderos comunistas.
En memoria de Norman Bethune
(21 de diciembre de 1939),
Obras Escogidas, t. II.
Los que pretenden independizarse así, generalmente se
aferran a la doctrina del yo primero y se equivocan en la cuestión de las
relaciones entre un militante y el Partido. Aunque respetan de palabra al
Partido, en la práctica se colocan a sí mismos en primer término y relegan
el Partido al segundo. Qué buscan? Fama, posición y oportunidad de lucirse.
Seimpre que se les encarga de alguna sección de trabajo, procuran
independizarse. Para este fin, engatusan a algunos, desplazan a otros y
recurren, entre camaradas, a la jactancia, las lisonjas y la adulación,
introduciendo en el Partido Comunista el estilo filisteo de los partidos políticos
burgueses. Es su deshonestidad lo que les hace pasarlo mal. Creo que debemos
trabajar honestamente, porque sin una actitud honesta nada se puede realizar
en el mundo.
Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido
(1° de febrero de 1942),
Obras Escogidas, t. III.
Los comunistas deben comprender el principio de
subordinar las necesidades de la parte a las del todo. Si una proposición es
factible para una situación parcial pero no para la situación en su
conjunto, es necesario subordinar la parte del todo. A la inversa, si la
proposición no es factible para la situación parcial, pero sí para la
situación en su conjunto, es precise igualmente subordinar la parte al todo.
Esto es lo que se entiende por tomar en consideración los intereses del todo.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra
nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
Búsqueda de una vida cómoda. En el Ejército Rojo
existen no pocas personas cuyo individualismo se manifiesta en sus ansias de
comodidades. Esperan que su unidad marche a las grandes ciudades. Quieren ir
allí no a trabajar sino a pasarlo bien. Lo que más les desagrada es trabajar
en las regiones rojas, donde la vida es dura.
Sobre la rectificación de las ideas erróneas en el
Partido
(diciembre de 1929),
Obras Escogidas, t. I.
Hay que combatir la tendencia al seccionalismo,
tendencia a preocuparse sólo par la propia sección, sin atender a los
intereses de los demás. Seccionalista es quie