Espanhol
Italiano
Inglês

Tecido Social
Correio Eletrônico da Rede Estadual de Direitos Humanos - RN

N. 101 – 04/12/04

ENTREVISTA

Chacho Álvarez - Ex-Vice-Presidente de Argentina

"La integración regional de América Latina necesita de instituciones supranacionales que la hagan efectiva"

Director del Centro de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (CEPES) y profesor de Pensamiento Político en la Universidad Nacional de Quilmes, Chacho Álvarez fue Vice-Presidente de Argentina y Presidente del Senado entre 1999 y 2000. Miembro del Foro Iberoamérica, es co-fundador de la Red de Centros de Estudios de América Latina, compuesta por la Fundación Chile XXI, bajo la presidencia de Ricardo Lagos, y la Fundação Perseu Abramo del Partido dos Trabalhadores (PT) de Brasil. Poniente en uno de los módulos de la Conferencia Internacional Democracia, Participação Cidadã e Federalismo organizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Presidencia de la República de Brasil y que tuvo lugar el 2 y el 3 de diciembre en Brasília, Chacho Álvarez concedió una entrevista a Tecido Social sobre la situación política y económica de Argentina tras la crisis de 2001 y el proceso de integración continental impulsado por los gobiernos de Kirchner y Lula.

Por Antonino Condorelli

Usted viene de un país, Argentina, que quizás sea el ejemplo más representativo del fracaso del modelo de democracia que se implantó en América Latina tras la democratización de la mayoría de los países del continente hace cerca de 20 años. ¿Por qué falló la democracia argentina?

Creo que hay que evitar la tentación de confundir la democracia como sistema de los gobiernos que actúan dentro de su marco: el fracaso no es de la democracia, sino de las políticas que se implementaron. Las políticas argentinas en los 20 años de democracia sufrieron, en primer lugar, la herencia muy dura – yo diría catastrófica – de la dictadura militar. Argentina sufrió el régimen militar más perverso del continente, pues no sólo hizo desaparecer a cerca de 30.000 personas, sino destruyó el aparato productivo y el tejido social del país. Esto generó una herencia muy gravosa para reconstruir la nación. El primer gobierno democrático, de Raúl Alfonsín, realizó una transición política exitosa pero fue asediado por la inflación que al poco tiempo se trasformó en hiper-inflación. Esto llevó a las políticas liberales más duras, al sistema de la convertibilidad y al cambio rígido en un proceso que en la década de los Noventa expandió el neoliberalismo de manera radical, lo que produjo concentración de la riqueza, extranjerización y apertura indiscriminada de la economía, un proceso de descreimiento de la sociedad en la política y las instituciones, altos niveles de desempleo y desigualdad, de marginalidad y de pobreza. Esta situación explotó en 2001: se cayó la convertibilidad, lo que produjo la mayor crisis de la historia política argentina, con una deuda de cerca de 150.000 millones de dólares. Esto es lo que se vive y se siente como fracaso de los gobiernos de la democracia, pero no es una fracaso de la democracia en sí porque aun en los momentos más críticos la Argentina salió de esta situación manteniendo las instituciones representativas y la legalidad. Lo que en otro momento hubiera significado la pérdida del sistema democrático, en 2001 no sucedió. Esto demuestra la fortaleza de la convicción democrática de nuestro pueblo, pero también la necesidad de implementar políticas que concreticen efectivamente la democracia a través de empleo y disminución de la pobreza.

¿Cree que las políticas del gobierno de Kirchner van en la dirección de la reducción de las desigualdades?

Ellas produjeron algo importante en una etapa de crisis tan profunda, que fue el devolverle a la mayoría de los argentinos la expectativa (sería desmesurado decir “esperanza”, pero aun así es algo importante) y cierto optimismo. Y, de hecho, los indicadores en la Argentina han mejorado mucho: los del empleo, del crecimiento económico, de la disminución de la pobreza… Comparando el nivel donde estábamos, que el propio Presidente definió como casi el infierno, a como estamos hoy se ha dado un avance importante. Aun no siendo del mismo partido de Kirchner, pienso que su elección como Presidente fue lo mejor que le podía pasar a Argentina en términos de las ofertas políticas que había después de la crisis.

¿Qué perspectivas abre, en su opinión, la integración regional de América Latina que tanto Kirchner como Lula propugnan con tanta fuerza?

Yo no creo que la integración regional dependa del signo ideológico de los gobernantes, pues los países deben tomarla como política de Estado, pero sí pienso que presidentes que coincidan en una misma visión o que tengan unas miradas similares sobre lo que hay que hacer en nuestros países deberían iniciar una etapa de fuertes avances en este tema. Esto significa para la región sudamericana, y específicamente para el Mercosur, el comienzo de la salida de un régimen basado en la inter-gubernalidad hacia un régimen basado en la soberanía ampliada, o sea, un régimen de supranacionalidad: empezar a construir las instituciones de la región. Este es un paso que el Mercosur tiene que dar, porque más allá de los obstáculos, de quienes se sientan perjudicados por la integración o de los intereses particulares que la discuten, yo creo que la voluntad de profundizar la integración que tienen Lula y Kirchner, la misma que han manifestado el presidente uruguayo recién electo Tabaré Vázquez y el Presidente Duarte de Paraguay, es más firme. Pero esta voluntad se debe manifestar en la construcción de instituciones. En la etapa Menem-Cardoso, la integración avanzó en términos de confianza inter-presidencial, los litigios se resolvían con llamadas telefónicas entre los presidentes. Yo creo que si creemos en la región como sujeto económico y político que actúe en el plano internacional, tenemos que construir instituciones, mirando la experiencia de la Unión Europea. Creo que si Lula, Kirchnet, Tabaré Vázquez y Duarte consiguen dar este paso, van a dar un gran aporte a la construcción de una unidad latinoamericana.

Veja também:
- ENTREVISTA Alain Touraine - Sociólogo, professor da Escola de Altos Estudos em Ciências Sociais de Paris, França
- A Conferência Internacional Democracia, Participação Cidadã e Federalismo terminou em Brasília alertando sobre o perigo de des-legitimação dos regimes democráticos se eles não souberem reduzir as desigualdades
- Campanha de apoio à ação da Confederação Nacional dos Trabalhadores em Saúde pelo direito ao aborto em caso de anecefalia fetal

< Voltar

Adquira o CD-ROM Enciclopédia Digital Direitos Humanos II
O maior acervo sobre DH em língua portuguesa, revisto e atualizado
www.dhnet.org.br