Derechos humanos y
derechos de los trabajadores
La aparente disyuntiva se muestra,
desde su enunciado, como una paradoja, ya que al hablar de derechos humanos estamos
hablando de todos los que pertenecen a la persona humana, de la que ella es
titular, sean los derechos individuales, de larguísima tradición en las
constituciones democráticas, sean los derechos sociales, que se incorporaron
por primera vez en la Constitución de México de 1917, y entre nosotros a
partir de la de 1929. La persona es ser social, y por tanto titular también
de estos últimos.
Sin embargo, lo que se ve como una
evidencia en los medios de los trabajadores, en los medios sindicales, no lo es
para muchos activistas en "derechos humanos", que establecen la
falsa diferencia.
De ahí que tengamos que saludar
especialmente la iniciativa del Instituto Latinoamericano de Investigaciones
Sociales, ILDIS, en sus veinticinco años de presencia en el Ecuador, de
reunir en un taller, que resultó de verdadero interés, a dirigentes
sindicales, de las diversas c-entrales que integran el Frente Unitario de
Trabajadores, FUT, con asesores y profesionales de diversas ramas de orden
científico social, para tratar de la defensa de los derechos humanos,
laborales y sindicales, y que se desarrolló el 20 de octubre de 1999.
La constatación de la crisis que
vivimos, subyace y en veces se explícita en las intervenciones: "crisis
de orden político, económico, cultural y ético, que rebasa los límites de la
nación". Crisis que afecta también al sindicalismo, víctima de una
campaña de desprestigio por parte de quienes quieren disminuir su presencia y
su capacidad de diálogo en la nación.
El derecho al trabajo se ve
afectado por la crisis económica, por la ausencia de políticas de empleo
acertadas para nuestra realidad. Los trabajadores se ven cada vez más
empujados a lo que se denomina "trabajo precario", trabajo sin
protección legal o contractual; entran a laborar en el sector terciario,
especialmente en el pequeño comercio, en el sector que se ha dado en llamar
"informal", y la respuesta es propugnar la miniempresa autónoma -
preferiríamos hablar de "empresa comunitaria" que puede responder a
un tamaño adecuado, en la competencia desenfrenada que es la realidad de la
globalización a la que nos empuja el sistema neoliberal.
Frente a esto se plantea una
política de salarios conveniente, capacitación de los trabajadores, "que
no responda solamente a los reque-rimientos laborales, sino que forme para la
vida".
A lo largo del seminario-taller,
se vieron dos preocupaciones básicas: la participación efectiva del
sindicalismo en los procesos de diálogo y concertación -claramente
distinguidos-, participación efectiva que requiere el fortalecimiento del
movimiento, preocupación implícita en las intervenciones, pero que también se
mostró aún poco madura.
El diálogo y la concertación
fueron claramente distinguidos: el diálogo como un "intercambio de
comunicación entre actores sociales y actores políticos, que no
necesariamente requieren llegar a un acuerdo social", y la concertación
como método para alcanzar acuerdos y compromisos.
La participación en estos dos
procesos, nuevas formas de lucha sindical, requiere afianzar la actual visión
del movimiento de los trabajadores. Partimos en el siglo XIX de un movimiento
"obrero", una respuesta a la revolución industrial que explotó
inmisericordemente la mano de obra, para llegar hoy a un movimiento que aúna
a todos los "trabajadores", sean estos obreros o empleados -ya ha
desaparecido prácticamente la distinción en el Código del Trabajo- sean
trabajadores de la ciudad o del campo; pequeños comerciantes o artesanos,
pobladores de las ciudades; profesionales o servidores públicos -trabajadores
del Estado-. A ellos ha contribuido el pensamiento de las grandes Centrales
Internacionales de Trabajadores.
-
El movimiento de los trabajadores,
ha dejado de ser un movimiento meramente reivindicacionista, para pasar a ser
un movimiento que, con visión política global, interviene en la orientación
de los grandes problemas de la economía, del ordenamiento de la sociedad
hacia el bien común, que asume y debe asumir, en frase de Juan Pablo II, la
lucha por la justicia.
Para ello no podemos permitir que
se mantenga un sindicalismo dividido, en el que las organizaciones
independientes superan en número de afiliados a los de las centrales
sindicales en su conjunto, de las que no todas se encuentran vinculadas en el
FUT. Hay que caminar hacia la unidad. Una unidad que nazca del querer de los
trabajadores y no sea impuesta, ni sea fruto de confrontaciones de poder. Una
unidad que respete la adhesión doctrinal de los trabajadores y sus diversas
agrupaciones.
Esta debilidad da lugar a que se
promuevan, por parte del poder político, diálogos parciales, con uno u otro
grupo, quizá con aquellos que se consideran susceptibles de más fácil
manipulación.
Temas ligados con toda esta
problemática son los de la educación y comunicación. La educación de la clase
trabajadora que se planteó tomando en cuenta tres ejes fundamentales:
formación político sindical, educación formal y formación profesional-; ejes
que deben estar interrelacionados entre sí.
El papel de la comunicación en
todos estos aspectos es por cierto fundamental y no requiere comentario
adicional.
En épocas de crisis, alta
desocupación, cierre de empresas, despidos masivos en el sector privado y en
el público, creciente y acelerada pauperización, se plantea el tema de
reformas al Código del Trabajo y de creación de un Código de Procedimiento
Laboral. Es un desafío en momentos en que no sólo se habla de flexibilización
laboral, se multiplica el trabajo precario, sino que se buscan los medios
para excluir de la protección del derecho a grandes sectores de trabajadores.
¿Tendremos acaso que buscar una nueva formulación de esta rama del Derecho
Público, nacida del esfuerzo y de la lucha obrera?
Plan Operativo de Acción 1999 - 2003
Objetivos
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Resultados
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Acciones
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Promover y garantizar la participación
equitativa de los trabajadores en la definición y puesta en práctica de
políticas en materia laboral.
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Políticas en materia laboral
definida y aplicadas en los distintos sectores involucrados.
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1.1 Elaborar e implementar políticas
de Estado en materia laboral con la participación de los sectores
involucrados.
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Mejorar el bienestar de los
trabajadores.
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Una relación laboral más justa,
equitativa, democrática y participativa basada en el cumplimiento de los
derechos y deberes de las partes en la relación laboral.
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2.1 Crear espacios permanentes de
concertación y diálogo entre trabajadores, empresarios y gobierno.
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Garantizar el pleno ejercicio de
los derechos laborales.
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Mayor protección del sector
laboral.
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3.1 Creación de la Defensoría
Adjunta de los Derechos Laborales.
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Promover los derechos y el
ejercicio de los trabajadores en todos sus espacios cotidianos.
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Pleno ejercicio de los derechos
humanos, laborales y sindicales.
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4.1 Comunicación y difusión de leyes,
convenios y derechos sindicales.
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Establecer programas de educación
de los traba-jadores.
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Mejor preparación y participación
de los trabajadores en proyectos de educación.
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5.1 Educación de los
trabajadores.
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Operativización
de las acciones
1.1 Elaborar e implementar
políticas de Estado en materia laboral con la participación de los sectores
involucrados
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Introducción
Los derechos humanos van
alcanzando una dimensi-ón cada vez más integral que apunta a abrir caminos que
hagan posible nuestra transición por mejores sendas hacia la vida, la
igualdad y la dignidad del ser humano, vertientes indispensables para
fortalecer la democracia y la equidad, objetivos tan urgentes para la
humanidad de este fin de siglo.
Los desafíos del nuevo milenio son
asumidos por nosotros los trabajadores y trabajadoras con renovada esperanza
y compromiso porque la historia nos da esta nueva oportunidad para escribir
las páginas que hacen falta para hacer realidad ese nuevo Ecuador,
equitativo, justo y soberano que todos y todas anhelamos.
En esta perspectiva, nos alienta
los enunciados alcanzados en la Constitución Política, misma que en la parte
pertinente a los principios de la economía, en su Artículo 242 reza que
"la organización y el funcionamiento de la economía responderán a los
principios de eficiencia, solidaridad, sustentabilidad y calidad, a fin de
asegurar a los habitantes una existencia digna e iguales derechos y
oportunidades para acceder al trabajo, a los bienes y servicios y a la propiedad
de los medios de producción".
Así mismo, el Artículo 35
prescribe: "El trabajo es un derecho y un deber social. Gozará de la
protección del Estado, el que asegurará al trabajador el respeto a su
dignidad, una existencia decorosa y una remuneración justa que cubra sus
necesidades y las de su familia".
En nuestra voluntad y compromiso
colectivo radica la posibilidad de hacer realidad estos fundamentales
enunciados y como tal asumimos la parte del reto que nos corresponde para
convertir a la economía en la fundamental estrategia del desarrollo humano
que recupere nuestra dignidad como pueblo y como nación en el nuevo milenio.
Sólo en este marco será posible
una política de Estado en materia laboral en cuya formulación y ejecución
debemos estar involucrados todos y todas, con verdadera vocación democrática
a fin de recoger los intereses de los ecuatorianos/as en función de
incrementar la capacidad productiva del país y elevar la capacidad
adquisitiva de la población, mejorando su calidad de vida, creando un
desarrollo económico basado en el reparto justo de la riqueza.
Cuatro son los ejes que merecen
ser enfrentados con prioridad y urgencia para construir una nueva y
alternativa política laboral: empleo, salario, capacitación y relaciones
laborales.
Política de empleo
La sistemática aplicación de
modelos económicos regidos por los intereses del gran capital internacional,
son la causa gravitante para que nuestro país sea deficitario en políticas de
empleo que optimicen la mano de obra y promuevan sostenidos procesos de
producción rur-al y urbana. El modelo de sustitución de importaciones, basado
en el fortalecimiento del desarrollo industrial sobre el supuesto teórico de
que éste solucionaría el problema del empleo, no logró crear mecanismos
endógenos de desarrollo, y por el contrario, robusteció nuestros niveles de
dependencia.
Igualmente el modelo neoliberal
sustentado, en gran medida, en el capital especulativo, en su búsqueda
desmedida de rentabilidad rápida y fácil, en lugar de invertir para modernizar
y dinamizar el sistema productivo, ha preferido la acumulación de sus cuentas
en bancos nacionales e internacionales, comportamiento que ha puesto en
evidencia su incapacidad y poco compromiso por incrementar la producción y
lograr siquiera cubrir los requerimientos en los niveles que la competencia y
la globalización económica exigen y ha mostrado, por ende, su negligencia
para generar empleo y bienestar, actitud que ha agravado los problemas de
desocupación y subempleo a niveles alarmantes.
Las reformas del Estado con claro
sesgo privatizador de las empresas públicas rentables, acompañado de
políticas dirigidas a reducir el amparo estatal y al insensato afán de pagar
la deuda externa, todo esto en medio de una cada vez más evidente corrupción
tanto pública como privada, han generado desocupación, precariedad en el
empleo, inseguridad laboral, disminución de los beneficios sindicales por una
sistemática desinversión en lo social y humano que paulatinamente afecta a la
producción, panorama cuyos resultados alimentan la marginalidad y la
incredulidad ciudadana, deslegitimando y debilitando cada vez más la
participación democ-rática, la gobernabilidad y la paz social.
Estos procesos, acompañados de la
denominada "flexibilización laboral", han servido de marco para la
aplicación de peligrosos modelos de contratación de personal, los cuales como
las "empresas intermediarias" y las "empresas
subsidiarias", conformadas mediante una manipulada e interesada
interpretación del Artículo 41 del Código del Trabajo, han provocado, en la
mayoría de sectores de la producción, conculcar el derecho a la estabilidad,
impedir la constitución de nuevas organizaciones sindicales, violándose de
esta forma convenios internacionales que garantizan y amparan fundamentales derechos
del trabajo como la estabilidad, la libertad sindical y toda protección al
derecho de sindicalización, como el Convenio 87, ratificado por el Ecuador el
29 de mayo de 1967 y, el Convenio 98 sobre el Derecho de Sindicalización y de
Negociación Colectiva, ratificado por nuestro país el 28 de mayo de 1959.
El despido masivo de trabajadores
y trabajadoras del sector público, bajo la argumentación de "achicar el
aparato estatal" ya sea por la vía de la venta de renuncias, supresión
de partidas o fusión de ministerios, produce fuga de cuadros técnicos que han
sido formados y en muchos casos especializados con recursos del pueblo,
quienes al ser liquidados sin mediar una mínima evaluación de su desempeño,
son desaprovechados en su capacidad profesional y en su experiencia y pasan a
incrementar los niveles de desocupación y angustia de miles de padres y
madres de familia que se quedan sin un ingreso mensual para solventar sus
necesidade-s ya que, si bien reciben una indemnización o liquidación, ésta al
no habérseles capacitado y/o canalizado adecuadamente para su aprovechamiento
financiero y por el impacto de la inflación, pasa a convertirse en
"dinero de bolsillo" que termina sin impactar en su bienestar
actual peor ser garantía para su futuro.
No podemos guardar silencio frente
a la desprotección y atropellos que sufren los trabajadores/as de las
empresas bajo el régimen de la "maquila" y de una serie de
empresas como las de Guardianía o de Seguridad, plantaciones avícolas, de
flores o de frutas en las cuales se descuida la afiliación al Instituto
Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS, y no se les extiende los más
requeridos servicios que garanticen un medio ambiente laboral sano que
preserve su salud con medidas adecuadas de protección encaminadas a salvaguardar
su bienestar laboral y familiar a través del cabal cumplimiento de las leyes
y normas laborales.
La marginalidad que sufre la mujer
por su edad y maternidad, sobre todo en empresas bancarias o en aquellas
donde todavía se prioriza que la mujer cumpla un papel decorativo o de
atracción a los clientes, atenta con su derecho al trabajo en igualdad de
oportunidades.
De esta manera, la agudización del
desempleo y su concomitante impacto en la pobreza, no solo atenta a los
derechos más fundamentales de quienes viven esta dura realidad, sino que
promueve desajustes en las relacio-nes laborales provocando que quienes no
acceden al mercado laboral, en su legítimo afán de supervivencia están
dispuestos a vender su fuerza de trabajo por una remuneración muy baja, atentando
contra quienes tienen un trabajo o empleo "estable" creando así una
competencia que abarata la mano de obra y devalúa aún más el trabajo
calificado o no calificado, realidad que afecta significativamente sobretodo
a la mano de obra femenina.
Para dar pasos que trastoquen esta
situación, es imprescindible una cultura de consensos que busque repensar y
poner en marcha una economía sensible a nuestra realidad e identidad
particular. En esta dirección se debe utilizar el ahorro interno para
proyectar el crecimiento económico integral en procura de satisfacer, en
primer lugar, la demanda interna y luego buscar estrategias que nos inserten
con condiciones de equidad en el mercado internacional con resultados
favorables para la economía nacional. La integración Regional Andina, a la
par de logros económicos para el mercado, debe concebir y apuntalar una
dimensión social que la garantice y fortalezca.
Una nueva estrategia de desarrollo
y crecimiento supone superar el divorcio de lo económico con lo social. Es hora
de que el Estado abandone el modelo que concentra y monopoliza la riqueza en
pocas manos cuando ella nos pertenece a todos y todas. La modernización del
Estado debe basarse en la aplicación de procesos de modernización que
impulsen el crecimiento de la empresa tanto pública como privada, ampliando y
promoviendo la eficiencia de los servicios y el mercado, potencializando su
fuerza laboral y sus r-ecursos naturales con verdadero sentido y
responsabilidad social y estimulando a las empresas que más generan empleo.
En este propósito la ciencia y tecnología deben ser abordadas y aprovechadas
para vincularlas a la necesidad de empleo que asegure crecimiento productivo
y social.
El desempleo, el subempleo, la
poca capacidad adquisitiva de los salarios, la gran discriminación social de
las mayorías y los privilegios de minúsculos grupos de poder económico, son
realidades que deben ser enfrentadas desde una política y una actitud que
favorezca a la producción y subordine a la especulación, objetivos para los
cuales el trabajo y el capital deben verse como socios y juntos arrimar el
hombro en procura del crecimiento económico no concentrador de riqueza sino
repartidor equitativo de ella en aras de un Ecuador más justo, democrático y
solidario.
Para ello se requiere inversión
para la producción y el crecimiento humano. Los mecanismos fomentadores de
empleo deben considerar políticas fiscales, crediticias y presupuestarias de
apoyo prioritario a los sectores, áreas y actividades económicas de alta
generación de empleo, dando atención prioritaria a la producción
agropecuaria, a la agroindustria que nos devuelva la imagen rural de nuestro
Ecuador profundo y atienda las demandas internas y externas. Promover el
turismo y la construcción pública, diversificar las formas de producción y
servicios vinculados a la pequeña y a la microempresa artesanal así como a
solidarias iniciativas de economía popular que requieren de apoyos e
incentivos solidarios para asistencia técnica, créditos y capacitación que
-genere empleo y productividad, son también alternativas dignas de ser
atendidas.
La implementación de un nuevo
modelo económico es una urgente prioridad nacional que requiere consensos y
voluntades políticas. Pero este nuevo modelo, a la par de apostar por la
eficiencia productiva, tiene que comprometerse por el desarrollo social y
humano capaz de generar también nuevas formas de producción que dinamicen y
modernicen también sus relaciones en un marco de respeto, de solidaridad y de
equidad.
El empleo tiene que alcanzar la
dimensión de política de Estado para hacer efectivo la consideración
constitucional de que el trabajo es un derecho y un deber social. Crear
fuentes de trabajo debe ser la expresión más alta de la responsabilidad
social tanto pública como privada.
En esta dirección, una iniciativa
que aportaría significativamente, es la conformación del Consejo Nacional de
Empleo, que deberá estar constituido por representantes de los
trabajadores/as, del Gobierno y de los empleadores, organismos tripartito que
asumiría la responsabilidad de planificar, ejecutar, controlar y evaluar las
políticas de empleo.
Política de salarios
La aplicación de modelos de
desarrollo de orientación neolib-eral, encaminados a la concentración y
centralización del capital ha exigido la implementación sistemática de
políticas y medidas de ajuste que han ocasionado un permanente deterioro de
los ingresos a través de múltiples vías: reducción y represamiento de los
salarios reales, disminución de los gastos sociales, eliminación de los
subsidios a los productos básicos, eliminación de los controles de precios de
los bienes básicos de la canasta familiar, etcétera, aspectos que sumados a
la baja capacidad productiva de la industria ecuatoriana que no ha logrado
acceso a mercados más grandes, no ha crecido y por tanto, no genera empleo ni
tampoco ofrece mejores remuneraciones a sus trabajadores/as, son los
responsables de la caída del salario a niveles nunca antes vistos, llegando a
ser uno de los más bajos del Continente.
El esfuerzo efectuado en torno a
las Comisiones Sectoriales Salariales y las Mesas de Dialogo promovidas por
el Estado, si bien han permitido la participación de empleadores y
trabajadores, han estado sesgadas por una concepción equívoca por parte de
los sectores del poder que entienden al salario como una política que sólo
benefician a un sector y, en este sentido, han dirigido sus propuestas a
cubrir demandas coyunturales a través de ajustes anuales con porcentajes que
ni siquiera cubren el índice inflacionario, por ende incapaces de recuperar,
por este medio, su poder adquisitivo. Así mismo la política de techos fijados
unilateralmente desacredita la seriedad de las negociaciones y no ha
permitido reactivar a la economía por la vía de la redistribución salarial.
En este campo, las refor-mas a la
Ley de Finanzas Públicas dio paso al Consejo Nacional de Remuneraciones,
organismo encargado de fijar los sueldos y salarios de los empleados y
trabajadores de este sector dificultando con su actuación la intención de
caminar hacia la unificación salarial.
Ante estas incoherencias, se
impone un cambio de actitudes que configuren una voluntad política de
trabajar en armonía para juntos/as encontrar las estrategias alternativas
para implementar una política salarial que responda a las necesidades nacionales
y responda a las expectativas y justas aspiraciones de los trabajadores/as.
Hacia esta meta creemos, que una
verdadera y seria Política Salarial exige encarar estrategias de desarrollo
dirigidas a dinamizar el aparato productivo nacional y redistribuir, por este
medio, la riqueza nacional para que sea el salario el recurso que permita,
como reza la Constitución, una remuneración justa que cubra las necesidades
del trabajador y su familia y le asegure una existencia decorosa.
Para ello el Estado y la empresa
privada deben incentivar la inversión, diversificar la producción, buscar
nuevos mercados utilizando todos los recursos existentes y/o direccionando
hacia este fin las representaciones consulares de nuestro país en el mundo
por medio de políticas y estrategias de propagandización y promoción de
nuestros productos y servicios para ampliar la capacidad de oferta nacional.
Desde los trabajadores/as
demandamos la necesidad de impulsar Comisiones Sectoriales Representativas,
tripartitas e igualitarias que, sobre la base de estudios económicos reales,
se encarguen de implementar una Estructura Salarial moderna que exprese una
necesaria reconceptualización de lo que significa una sostenida política
salarial, la cual no puede estar alejada de los problemas económicos
nacionales hoy más que nunca agravados por la grave recesión económica que se
expresa en la ausencia de inversión para el empleo, creciente niveles de
inflación, incremento sistemáticos del costo de la canasta familiar básica,
la reducción presupuestaria nacional por el pago de la deuda externa,
etcétera. Con este enfoque la Política Salarial se convertirá en un verdadero
elemento dinamizador de la economía global capaz de recuperar la capacidad
adquisitiva de los salarios como la mejor alternativa para elevar la calidad
de vida de nuestro sector.
Apostamos por una Política
Salarial que respete los acuerdos entre trabajadores y empleadores en materia
de unificación salarial, que no perjudique ni merme las conquistas logradas
en las contrataciones colectivas de trabajo, que incorpore los acuerdos
tomados en las Mesas de Concertación y considere los desacuerdos como parte
de la práctica democrática. Esto supone que, respetando la autonomía de las
organizaciones laborales y sindicales, se alimente la cultura del dialogo y
la concertación que nos haga crecer colectivamente sobre la base de los
consensos y en el debate de los desacuerdos en condiciones y con reglas de
juego transparentes que permitan que todos los involucrados tomen
resoluciones concretas.
En este marco creemos que se debe
avanzar en un dialogo responsable que haga posible concretar el proyecto de "unificación
salarial" que rompa con los privilegios e inequidades en el plano de
los ingresos y así hacer realidad el principio de justicia que determina que "a
igual trabajo, igual remuneración", principio sobre el cual se
sustenta también el derecho de igualdad de oportunidades para hombres y
mujeres.
En el plano institucional, el
Consejo Nacional de Salarios, CONADES, debe ser reestructurado a fin de
configurar una representación tripartita e igualitaria y sea capaz de
incorporar en su accionar mecanismos de participación democrática que lo
convierta en un puente de negociación de las partes y en un verdadero espacio
de intermediación social.
Política de
capacitación
El Estado, por intermedio del
Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional, SECAP, ha brindado
programas de Capacitación. Lamentablemente estos han girado en torno a una
oferta obediente a los requerimientos y condicionamientos del proceso
productivo nacional el cual, como hemos señalado, ha sido deficitario debido
al precario nivel de desarrollo que ha experimentado el Ecuador, por lo tanto
estos programas y sus contenidos, si bien respondían a un momento concreto
del desarrollo del país, hoy, por su situación real, no tienen respuesta
adecuada a- las actuales exigencias de los procesos de producción y
productividad.
Al ser una capacitación
circunscrita solamente a los intereses de los sectores productivos, ha sido por
tanto elitista. Desde los trabajadores/as, concebimos una capacitación que no
solamente responda a los requerimientos laborales sino que nos forme para la
vida. Nos referimos entonces a una capacitación con contenidos hacia la
educación y promoción humana sustentada en valores y destrezas que abra
nuevas perspectivas para una educación personal, profesional y sindical,
triada que complementa la integralidad de la misma.
Se requiere modernizar el SECAP
para que pueda responder a los requerimientos actuales de la ciencia, la
tecnología y a los avances integrales que presentan hoy día los procesos
productivos. Esta modernización que reclamamos no significa ni implica
necesariamente su privatización, sino la incorporación de renovadas
concepciones y metodologías que oferten y aseguren una alternativa en la
capacitación y profesionalización de la fuerza laboral ecuatoriana.
Consideramos que la capacitación
laboral no puede ni debe estar deslindada del proceso educativo formal del
país, por el contrario, esta requiere ser concebida y desarrollada con una
visión integral. Para ello, tanto el Estado como la sociedad en su conjunto,
deben realizar esfuerzos dirigidos a elevar los niveles educativos a fin de
que estos puedan promover un cambio de mentalidad y nos conv-ierta en seres
humanos con mayor y mejor capacidad de producción.
Se precisa apuntar a una reforma
integral de la educación concebida como inversión para la formación humana y
laboral que asegure el mejoramiento de las oportunidades individuales para
lograr empleos de más alta remuneración en condiciones dignas, equitativas y
sostenibles; sistemas que necesariamente deben conjugar alternativos y
modernos contenidos de enseñanza con los requerimientos del mundo real de la
producción.
Una capacitación alternativa debe
romper con la división sexual del trabajo que asigna a la mujer roles
secundarios en la producción y consecuentemente genera su injusta
discriminación laboral y social. En contraposición la capacitación que
proponemos debe dirigirse a promover la igualdad de oportunidades afianzando
el mejoramiento de la productividad, del empleo, del ingreso y de la
participación ciudadana de todos y todas.
Para este logro el Estado, los
trabajadores/as y empleadores/as debemos impulsar nuevas estrategias de capacitación
encaminadas a lograr la profesionalización de la mano de obra, conformando
entidades de capacitación en los campos y áreas requeridas por el país. En
nuestros convenios laborales debemos priorizar la capacitación integral con
costos proporcionales a las posibilidades de los actores abriendo igualdad de
oportunidades a su acceso a todos los trabajadores/as.
El compromiso y solidaridad del
Estado y de la empresa privada unida al esfuerzo de las centrales sindicales
proporcionará los recursos económicos que financien esta sostenida política
de capacitación que hemos apuntado.
Este compromiso compartido por una
capacitación, en los términos referidos, dinamizará nuestra vida sindical,
despertando mayor y mejor credibilidad y legitimidad de nuestro accionar por
la vida, la justicia y la igualdad.
Relaciones laborales
Siendo la relación capital trabajo
una de las fundamentales en el actual sistema productivo, esta se desenvuelve
en términos acordes con la estructura jerárquico-vertical y autoritaria en la
que se fundamenta los procesos productivos y la mayoría de instituciones
sociales, incluidas la familia, la escuela, partidos políticos, las iglesias
y otras.
Desde el punto de vista de los
trabajadores/as es necesario impulsar la democratización de las relaciones
laborales dentro de un marco de diálogo, independencia, respeto, reciprocidad
y consenso.
Los temas fundamentales que
involucran las relaciones laborales y en las que es necesa-rio establecer
políticas que garanticen la plena participación de trabajadores/as en las
decisiones son:
- Organización de la
producción.
- Productividad y calidad.
- Relaciones laborales.
- Condiciones de trabajo.
- Contratación individual y
colectiva.
- Resolución de conflictos.
2.1 Crear espacios permanentes de
concertación y diálogo entre trabajadores, empresarios y gobierno
|
1.- El Ecuador atraviesa una
profunda crisis, que a diferencia de las anteriores que fueron
circunstanciales, la actual traspasa las arterias mismas del sistema
imperante y es global, es decir, política, económica, social y ética, que
rebasa los límites de la nación y sus efectos recae sobre todo en el pueblo.
2.- La globalización de la
economía, que no es sino la aplicación del modelo neoliberal ha sido
engendrado en las entrañas de las grandes potencias y sus empresas
transnacionales, su aplicación en el país data desde hace 20 años con
consecuencias graves para el pueblo que sufre la masificación de la pobreza
(85% de la población), el desempleo y subempleo generalizado, analfabetismo, desnutrición
por un lado, pero por otro concentración de la riqueza, corrupción
institucionalizada, violencia y autoritarismo.
3.- En lo político, el modelo
neoliberal tiende a restringir cada vez más los espacios democráticos,
reduciendo la democracia a una mera participación electoral y en relación con
el poder al ejercicio de una verdadera dictadura del capital financiero y las
grandes empresas transnacionales y sus aliados nacionales.
4.- La clase obrera ha sido y es
la portadora de las más importantes tradiciones de lucha; gracias a su
organización, capacidad y sacrificio se han logrado conquistas y defender
fundamentales derechos y reinvindicaciones no solo del sector sino del pueblo
en su conjunto, por ello mismo ha sido el blanco de los más duros ataques de
los sustentadores del modelo neoliberal, no solo a través de la imposición de
leyes y normas antidemocráticas, sino también de la división, las calumnias y
la represión. Todo ello ha debilitado cuantitativa y cualitativamente a las
centrales sindicales que han visto disminuidas su base social y un cierto
desconcierto y temor en su militancia.
5.- La magnitud de la crisis es de
tal forma que afecta a otros sectores de la sociedad como la denominada clase
media que se ha ido paulatinamente pauperizando, a la mediana y pequeña
industria, a los artesanos y a la industria nacional, que han entrado en un
grave proceso de recesión económica y de autoliquidación o reducción de los
derechos y reinvindicaciones sociales de los trabajadores.
6.- El movimiento sindical ha
entrado en un proceso de reconceptualización de sus tesis y programas con el
objeto de responder la agresión del modelo económico vigente y el sistema
político que lo sustenta, pero a la vez plantear alternativas y soluciones a
los problemas de orden coyuntural, en esa perspectiva consideramos la
necesidad de implementar nuevas alianzas, defender las conquistas
democráticas y -los derechos y convenios laborales, fortalecer la conciencia
clasista y la capacitación profesional, etcétera, es decir una estrategia de
acumulación de fuerzas. En esta perspectiva y bajo un nuevo concepto de
respeto al pluralismo y la heterogeneidad, pero a la vez abiertos a encontrar
acuerdos, planteamos el diálogo social y la concertación como uno de los
mecanismos de acumulación, proposición y defensa de los intereses de los
trabajadores, que de ninguna manera reemplaza a la movilización, la autonomía
y la lucha popular, como mal intencionadamente han planteado algunos sectores
con el afán de desprestigiar al FUT.
Este proceso ha tenido algunos
tropiezos, básicamente por los siguientes aspectos:
- Ausencia de una cultura del
diálogo, que permita sentar en la misma mesa a elementos contrapuestos,
en donde predomine los argumentos y la razón.
- Desconfianza histórica entre las
partes, por falta de transparencia, ausencia de mecanismos de
seguimiento y medición de los acuerdos.
- No siempre las motivaciones
expresadas corresponden con las reales, por lo que la concertación puede
equivaler a un ardid integrado en una estrategia de post-ergación de
soluciones.
- Los actores sociales deben
tener la suficiente fuerza para que los acuerdos sean equilibrados y
haya respeto entre las partes.
- No siempre el proceso cuenta
con el apoyo técnico y material, ni de evaluación y seguimiento, incluida
la asignación de responsabilidad y la adopción de cronogramas de
ejecución.
- No siempre las partes que
intervienen en la concertación poseen la libertad e independencia
necesarias para asegurar la representación idónea de los intereses de su
sector. Ello permite que en ciertos casos la concertación se confunda
con la cooptación.
- Las decisiones alcanzadas
mediante la concertación requieren muchas veces una materialización
legislativa vinculante por vía parlamentaria y su contenido parece
predeterminado a ser resuelto por los diputados de la mayoría.
El 9 de septiembre de 1996, se
suscribió entre el Gobierno, las Cámaras Empresariales y las Centrales
Sindica-les el denominado Protocolo para el Proceso de Concertación a fin
de lograr un Pacto Social, al mismo tiempo se estableció un Reglamento de
funcionamiento que contiene:
- El plenario de Concertación
Social conformado por los titulares de la: Federación de Cámaras de
Comercio; Asociación de Cámaras de Industriales; Asociación Nacional de
Cámaras de Agricultura; por los trabajadores los presidentes de la
Central Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas, CEDOC, la Confederación
Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores,
CEDOCUT, la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres,
CEOSL, y la Confederación de Trabajadores del Ecuador, CTE, y; por el
Ejecutivo los titulares del Ministerio de Trabajo y de los demás
ministerios y entidades que suscribieron el protocolo.
- Las Mesas de Diálogo
Nacional: de Empleo, de Política Salarial, de Capacitación, de Seguridad
Social y de Modernización de las Relaciones Laborales.
- La Secretaría Técnica,
conformada por un representante de cada sector.
Durante estos último años las
Mesas de Diálogo han venido laborando hast-a producir consensualmente algunos
acuerdos, especialmente la Mesa de Empleo, Capacitación, Seguridad Social y
Unificación Salarial, desgraciadamente en el Plenario no se ha logrado
resolver los acuerdos mínimos, por el contrario, debido básicamente a la
inestabilidad de los representantes del Ejecutivo y de los empleadores, a la
falta de voluntad política para dialogar y respeto a los acuerdos y a la
sistemática agresión económica a través de las medidas de ajuste, el proceso
ha sido intermitente y en los últimos años prácticamente se ha paralizado.
El 8 de septiembre del presente
año, en un nuevo intento de retomar el diálogo, los tres sectores relanzaron
públicamente un nuevo acuerdo.
La reunión del Plenario realizado
ese mismo día acordó conformar las Mesas de Diálogo, priorizar como temas
urgentes a ser tratados en el Plenario la Unificación Salarial, la
Capacitación y la Seguridad Social; reformar el Reglamento y conformar la
Secretaría Técnica.
Conclusiones
- El proceso de diálogo y
concertación social ha contado con el respaldo técnico y financiero de
la Organización Internacional del Trabajo, OIT y del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, los mismos que han manifestado
su decisión de continuar aportando para este objetivo.
- El FUT debe diseñar una
táctica y estrategia que contribuya a cambiar la correlación de fuerzas
actual, para lo cual es necesario partir de una concertación y unidad,
primero de las mismas centrales sindicales y segundo con otras
organizaciones populares.
- El diálogo y la concertación
no pueden ser entendidos como procesos que reemplacen a la autonomía y a
las acciones del movimiento sindical para lo cual es necesario una
permanente evaluación y vigilancia del mismo.
- El FUT debe realizar diálogos
bilaterales con sectores empresariales, Fuerzas Armadas, iglesias,
Congreso Nacional, entre otros.
- Es necesario obligar a las
partes a concretar resultados medibles y viables, y buscar mecanismos de
institucionalización y legitimación del diálogo.
- El FUT debe involucrar a
otros sectores en el proceso de diálogo, ya que muchas veces estas se
realizan en forma aislada permitiendo un manejo político y la
manipulación del régimen.
- Hay que enfrentar con firmeza
aquellos sectores que utilizando la calumnia, han pretendido
desprestigiar a la dirección sindical con argumentos falsos.
Mesa de Diálogo sobre
Modernización de las Relaciones Laborales
- Habiéndose constituido la
Mesa de Diálogo sobre Modernización de las Relaciones Laborales, el FUT
debe definir una posición que tienda a comprometer a los otros actores
en la necesidad de analizar y establecer reglas claras sobre las
relaciones laborales, del respeto a los derechos, leyes y convenios
internacionales, de la prevención y solución de los conflictos
laborales, de la contratación colectiva, de la participación de los
trabajadores en los procesos de modernización y reconversión industrial,
etcétera.
- Durante los años de vigencia del Código del
Trabajo se han producido varias reformas, la mayoría de las cuales han sido
adoptadas de manera unilateral e inconsulta con los trabajadores, y su
aplicación se ha dirigido a debilitar los derechos laborales como el de
asociación sindical, contratación colectiva, huelga, etcétera. Por otra
parte encontramos en el Código del Trabajo varias disposiciones
totalmente anticuadas que perjudican a los trabajadores, en este sent-ido
se considera importante que el FUT designe una comisión de técnicos para
preparar un proyecto de Reformas Laborales, cuya presentación será
resuelto por la Dirección Nacional en el momento que políticamente
estime conveniente. Este proyecto debe ser consensuado en las centrales
sindicales con sus bases, pero a la vez se tiene que ganar aliados para
su aprobación. Respecto al Código de Procedimiento Laboral, se considera
que debe ser analizado más a mediano plazo, sin embargo de lo cual se
recomienda que la misma comisión de Reformas del Código del Trabajo
prepare una propuesta.
3.1 Creación de la Defensoría
Adjunta de los Derechos Laborales
|
- El FUT en su legítimo derecho
de buscar espacios institucionales para preservar sus conquistas
democráticas y exigir respeto a las leyes y convenios laborales, plantea
la creación de la Defensoría Adjunta de los Trabajadores en la
Defensoría del Pueblo, con el carácter de nacional.
- En un primer momento y hasta
cuando hayan las condiciones de la nominación del Defensor Adjunto, se
suscribirá un Convenio entre el FUT y la Defensoría del Pueblo, para lo
cual se nombrará una comisión de redacción conjunta.
- El FUT nominará una comisión para redactar un
Reglamento que permita la designación democrática de un coordinador
encargado de viabilizar el convenio antes señalado.
4.1 Comunicación y difusión de
leyes, convenios y derechos sindicales
|
"La Comunicación significa organización"
Colín Cherry
Introducción
La comunicación surge de la
necesidad de tomar contacto con la realidad que nos rodea, para lograr
entendimientos. Contacto que si tiene los mejores recursos concebidos, adquiridos
y practicado, alcanzará el éxito deseado.
Hombres y mujeres, son creadores
de muchas lenguas, lo es también de lenguajes, la evolución cultural, los
avances científicos, electrónicos, mecánicos y tecno-científicos, han dado
lugar a inmensas posibilidades comunicativas con instrumentos variados:
figuras, gráficos, medios audiovisuales e informáticos.
A través de la multiplicidad de
lenguajes que aparecen, este desarrollo de la ciencia y la tecnología ha
impulsado este campo a denominar la era de las comunicaciones. Campo que sus
resultados asombrosos ha facilitado la información (difusión) y comunicación
del conocimiento de los derechos universales y obligaciones de cada uno de
los actores.
Partiendo del concepto universal
de comunicación que es "la transmisión de señales que configura un
mensaje, el cual, va desde un emisor hacia un receptor, a través de un código
común a los dos", esta, nos presenta la necesaria relación de dos
actores a fin de que se produzca la comunicación, lo que ha medida que se
perfecciona va adquiriendo más fuerza y cohesión, formándose a la vez más
efectiva.
Las funciones de la comunicación
dependen de los actores sociales que estén involucrados en una situación, de
las necesidades e intereses que se hallen en juego, de la relación social que
se establece entre las personas o entre los grupos, del contexto social y de
las circunstancias en que se produzca la comunicación.
La comunicación puede estar al
servicio de un proceso de educación, difusión, formación, pero también de
deformación, puede servir para fortalecer a las organizaciones sociales o
puede servir para dividir, manipular, confundir o destruir a estas. Puede ser
una herramienta de la organización para defender sus derechos, para liberar a
los pueblos o para engañar, oprimir o dominar.
Antecedentes
Los medios masivos de comunicación
e información en el contexto mundial ejercen una poderosa influencia sobre la
colectividad en el ámbito de sus ideas, sus sentimientos, sus comportamientos
y su manera de vivir.
La comunicación ha establecido una
relación social entre personas, grupos u organizaciones que entran en juego
en este proceso. Este conjunto es un reflejo de las relaciones sociales que
predominan en nuestro país y de los que se dan también a escala internacional.
La comunicación en el Ecuador como
en otros ejes de acción del movimiento sindical y popular, se caracteriza por
el apoderamiento de fuerzas identificadas con la globalización, la aplicación
del modelo de libre mercado diseñado por las multinacionales, modelo, que con
el programa de ajuste estructural y de la creciente competencia e
intervención internacional busca: reducir la estabilidad, los costos
laborales, la seguridad en el empleo, extender el número de infantes en el
trabajo, promover empleos precarios con bajos salarios, disminución de
beneficios y escasa seguridad social, cambios profundos en la organización de
los procesos productivos y en las relaciones laborales, promoción desde los
medios de información y comunicación de actitudes liberales como el egoísmo,
el individualismo, el consumismo, la doble moral, el culto a la personalidad
y estrategias para desprestigiar y debilitar al movimiento sindical y popular
a través de una campaña de difamación contra los/as dirigentes/as y el
movimiento.
La imposición de este modelo tiene
un impacto creciente en la vida de los trabajadores/as y el pueblo,
demostrando ser desastroso para el desarrollo social ya que a profundizado
los diferentes problemas que afecta a los sectores populares de nuestro país
como la tendencia al incremento de los índices de corrupción en los
organismos públicos y privados, caída del poder adquisitivo de sueldos y
salarios, incremento del desempleo que cae pesadamente sobre trabajadores/as
principalmente de jóvenes, mujeres y de mayor edad y en aquellos con niveles
bajos de salud, educación, vivienda, servicios básicos, seguridad social,
etcétera. El incremento del subempleo, a aquel sector denominado como sector
informal que se encuentra huérfano de protección de la ley y garan-tías
sociales, la discriminación de género, cultural y social, el deterioro
acelerado del medio ambiente, la sobreexplotación de los recursos naturales,
produciendo el crecimiento de la pobreza y la migración, así desconociendo
los derechos humanos y fundamentales y produciéndose una violación
sistemática a los derechos humanos.
El control sobre la tecnología y
sobre los medios de comunicación por parte de las transnacionales en el
ámbito mundial y por parte de las clases dominantes criollas, a escala
nacional, ha transformado a estos medios en instrumentos de dominación
ideológica, política y económica; dominación que se efectúa en cada instante
de la vida cotidiana de las grandes masas de trabajadores/as y el pueblo.
En el país predomina procesos de
comunicación e información vertical autoritaria al servicio de relaciones de
dominación, se genera conflicto, resistencia y oposición. Los medios masivos
de comunicación ejercen una poderosa influencia sobre la colectividad en el
ámbito de sus ideas, sus sentimientos, sus necesidades, comportamientos, su
manera de vivir.
La constante información que se
difunde expresa el punto de vista de los intereses de la clase dominante, los
medios de comunicación seleccionan los hechos que muestran las virtudes del
sistema o aquellas que permite combatir las ideas del movimiento popular y
sindical o cualquier tendencia que pueda poner en peligro la estabilidad del
orden establecido.-p>
La manipulación de la información
se expresa de manera anárquica con que son presentados los hechos noticiosos,
los cuales aparecen descontextualizados y desconectados entre sí, ocultando
las causas reales de los problemas.
El sensacionalismo de la crónica
roja, el culto a las imágenes de " los grandes personajes" como
artistas, magnates, empresarios, etcétera, que estereotipan valores y modos
de vida de la clase dominante, constituye una forma de distraer la atención
de los problemas cotidianos de trabajadores/as y de ejercer la dominación
ideológica sobre la población.
El desconocimiento de leyes, convenios,
normas internacionales de trabajo y demás derechos fundamentales, ha limitado
la exigibilidad de ellos, pues, en los medios de comunicación no sé difunden
desde una óptica de los trabajadores, además de que el movimiento sindical no
tiene acceso a esos espacios de difusión y cuando los tiene son muy
limitados.
La falta de un tratamiento
político de este tema a impedido que el movimiento pueda realizar un trabajo
que impulse la comunicación y difusión de los derechos laborales.
Objetivos
Frente a esta situación
corresponde a los sectores sindicales y populares desarrollar su propia
comunicación que sea alternativa a la comunicación imperante:
- La comunicación y la
información de leyes, convenios, pactos y derechos deben llegar a todos
los trabajadores/as de los diversos sectores tanto populares como
sindicales, por todos los medios disponibles. Esta comunicación
apuntaría a sensibilizar y fomentar el diálogo, el mismo que motivaría a
la participación y a la exigibilidad de los derechos humanos.
- La comunicación y la
información se impulsarán para conocer y transformar la realidad, para
fomentar la relación y la unidad entre trabajadores, para crear
identidad sindical, para concientizar que el movimiento sindical no se
contrapone a los derechos colectivos, para afirmar los derechos a la
contratación colectiva, de negociación, a la seguridad social, a
trabajar en un lugar sin contaminación, a que se respete las normas de
higiene y la conservación del medio ambiente. En definitiva, exponer que
los derechos sindicales son derechos humanos.
- Transformar a la comunicación
actual en una herramienta de liberación, que responda a los intereses y
necesidades de los sectores- populares y sindicales. Debe estar al
servicio de las organizaciones para promover sus luchas reivindicativas.
- Acogerá las diversas formas
de expresión y comunicación, propias de sectores populares y sindicales.
- Fomentará el diálogo y la
participación de diferentes sectores para permitir una relación directa
la participación en diferentes medios.
- Impulsará por diversos medios
la movilización articulada a escala nacional e internacional.
- Incursionará el Movimiento
Sindical en los medios de comunicación de tecnología avanzada.
- Coordinaran actividades de
educación y difusión de los derechos sindicales.
Estrategias
La mejor garantía para reclamar
nuestros derechos es el conoci-miento de ellos, con los que se emprendería un
proceso de concientización y de educación, para fortalecer las organizaciones
y promover la movilización popular en defensa de los intereses colectivos.
Todo el proceso comunicativo de
los derechos de los/as trabajadores/as va desde la organización,
planificación, recolección de la información, redacción de artículos,
revisión y corrección, diseño y diagramación, impresión, distribución y
evaluación. Todo este proceso debe empujarse desde las centrales sindicales.
Entendiendo que la lucha es contra
un sistema que nos afecta a la mayoría de actores sociales a escala nacional
e internacional, es necesario promover acuerdos y alianzas con diferentes
sectores u organizaciones, tanto en el interior de nuestro país como en el
exterior. El objetivo empuja a internacionalizar nuestras acciones por medio
de la articulación de campañas que difundan, defiendan y exijan el respeto a
nuestros derechos. Estas campañas apuntarían a la defensa de:
- Derecho de Sindicación.
- Derecho de Negociación
Colectiva.
- Abolición del Trabajo
infantil.
- Remuneración igual para
hombres y mujeres.
- Promoción de la igualdad de
oportunidades y trato en materia de empleo y de ocupación.
- Protección a trabajadores/as
contra remuneraciones indebidamente bajas.
- Información, protección e
igualdad de trato en beneficio de los trabajadores inmigrantes.
- Garantía de los beneficios de
la seguridad social tanto para nacionales como para extranjeros.
- Capacitación sindical,
profesional y formal.
- Democrac-ia plena.
- Necesidad de servicios
esencialmente preventivos con objeto de establecer y mantener un medio
ambiente sano, seguro que favorezca la salud mental y física de los
trabajadores/as.
- Defensa de los derechos
colectivos.
- Ratificación de convenios
internacionales.
- Los derechos sindicales son
derechos humanos.
- De imagen sindical y popular.
- De consignas reivindicativas.
Medios
La difusión permanente de estos derechos
laborales, las normas internacionales de trabajo, algunos p-rotocolos, pactos,
declaraciones o convenios, así como el contenido del Código de Trabajo y
otras leyes deben impartirse por medios masivos y medios selectivos. Los
primeros tendrán cobertura nacional e internacional y los selectivos con
cobertura regional, por diversos medios visuales como periódicos, revistas,
material impreso: afiches, volantes, circulares, correo, dípticos, trípticos;
medios sonoros como la radio; medios audiovisuales como la televisión,
videos; y, medios multimediales de última tecnología por medio de
computadora.
La elección de los medios se
realizará por cobertura geográfica y por número de audiencia, por la
frecuencia y por los costos analizando costo por persona que lee, escucha,
mira, etcétera.
Organismo de
Coordinación y Ejecución
En la necesidad de promover una
comunicación alternativa desde el sector sindical y popular es necesario
estructurar un organismo de coordinación y ejecución del plan de difusión y
comunicación en derechos humanos y sindicales. Este puede ser llamado
comisión u organismo que será integrado por delegados de las centrales
sindicales que realicen trabajos en los departamentos de Derechos Humanos y
Comunicación.
Bibliografía: CEDIME , Manual de la Prensa
Popular ; INEL-CEOSL, Política Educativa; CIOSL, Manual de Com-unicación;
Beatriz Espin , Comunicación Escrita; Mónica Gavilán Ll.; Pedro Rojas R.,
Elementos Básicos de Comunicación para Un mejoramiento de la Imagen Sindical.
5.1 Educación de los
trabajadores/as
|
1. Contexto
El contexto en el que nos movemos
la clase trabajadora es de un mundo caracterizado por los impactos de: la
caída de muro de Berlín, la globalización y el desarrollo científico-tecnológico.
Hechos que han provocado transformaciones en la organización del trabajo, en
la división internacional del trabajo y en las relaciones laborales,
adecuando las estructuras y prácticas económicas, jurídicas, ideológicas y
políticas de nuestros países a las necesidades de acumulación de capital.
Como parte fundamental de este
sistema, la educación formal y profesional se organiza para responder a las
necesidades de reproducción de las relaciones de dominación y de acumulación,
formando para el trabajo, intensi-ficando los procesos de explotación e
intensificando el carácter mercantil del trabajo y del/a trabajador/a.
La educación de la clase
trabajadora tiene que enfrentar esta realidad y organizar el proceso desde
otro principio: educación para la vida. Proceso que articule orgánicamente la
formación sindical, la educación formal y la formación profesional.
2. Principios
- La educación de los/as
trabajadores/as es un proceso político sistémico, organizado desde el
punto de vista de clase, que contribuye a la transformación tanto de las
estructuras y prácticas sindicales como a la transformación del ser
humano y de la sociedad en la que vivimos y actuamos.
- La educación de la clase
trabajadora es un proceso dinámico en el cual trabajadores/as
transforman sus conocimientos, sentimientos, actitudes y valores
enajenados por el mundo de las mercancías, contribuyendo a la percepción
crítica de la realidad, al fortalecimiento de la conciencia de clase y
al desarrollo de capacidades para la acción política clasista que
permita una constante acumulación de fuerzas en el terreno organizativo,
de movilización y de lucha de los sectores populares. De esta manera, la
educación se constituye en un espacio de liberación y constr-ucción
colectiva en la que trabajadores/as son gestores/as y protagonistas de
un proyecto político de liberación y de la construcción de la identidad
de clase.
- La educación de la clase
trabajadora se relaciona orgánicamente con la organización sindical,
contribuyendo en su proceso de construcción, transformación,
dinamización y fortalecimiento de su estructura orgánica para la defensa
de los derechos, la consecución de sus intereses y aspiraciones de clase
y aumentar la capacidad de lucha, movilización y negociación de los
sindicatos.
- La educación de la clase
trabajadora se relaciona orgánicamente con la acción político-sindical
de trabajadores/as orientando a que, las acciones individuales y
colectivas para la construcción de la sociedad, la organización y el ser
humano que aspiramos los/as trabajadores/as, se desarrollen con
identidad y pertenencia de clase.
- La educación de la clase
trabajadora desarrolla los valores de: unidad de clase, autonomía e
independencia de clase, igualdad, equidad, fraternidad, solidaridad,
democracia.
- La educación de la clase
trabajadora desarrolla una metodología adecuada y coherente con los
principios, objetivos y valores que impulsa la clase trabajadora. Se
parte de la propia experiencia de los/as trabajadores/as, reflexionar
sobre ella, desarrollar los conocimientos y volver nuevamente a la
práctica para transformar conscientemente la realidad individual y
colectiva (práctica-teoría-práctica). Por lo tanto la metodología es
liberadora permitiendo la construcción colectiva de conocimientos y
propuestas para la acción: el proceso metodológico articula tres
momentos fundamentales, acción-reflexión-acción.
- La educación y la metodología
de la clase trabajadora es una tarea política y clasista, sus objetivos
y métodos están ligados a los intereses, estrategias y proyectos; y por
tanto, están inscritas dentro de las luchas y estrategia política global
orientada a la transformación liberadora de la sociedad. Es decir están
centradas en la realidad histórica concreta.
- La educación sindical es una
prioridad fundamental para el desarrollo y consolidación de la clase
trabajadora.
3. Objetivos
La- educación de la clase
trabajadora apunta a:
- Consolidar el poder, la
unidad y la organización de los/as trabajadores/as para que se
constituyan en gestores de su propia liberación.
- Fortalecer el sindicalismo
para aumentar la capacidad de respuesta y de propuesta de la clase
trabajadora frente a los retos actuales.
- Desarrollar la conciencia y
el compromiso de trabajadores/as, consolidando la identidad de clase,
impulsando la lucha por los intereses de clase y asumiendo posiciones
críticas y activas frente a las concepciones de la clase dominante.
- Potenciar la acción sindical
socio-política para conseguir una nueva sociedad, una organización
renovada, democrática y participativa y un ser humano íntegro.
- Incidir con políticas y
propuestas en los planes y programas de la educación formal y la
formación profesional para mejorar la educación de los/as
trabajadores/as.
- - Fortalecer la vida
democrática y equitativa de las organizaciones sindicales.
- Desarrollar los valores
éticos y morales de la clase trabajadora.
- Promover la formación de
nuevos/as cuadros.
- Potencializar en la vida de
las organizaciones el conocimiento y la práctica de los derechos humanos
y sindicales.
- Impulsar la creación de una
Universidad del Trabajo para mejorar la educación de los
trabajadores/as.
4. Ejes
La educación de la clase
trabajadora se organizaría tomando en cuenta tres ejes fundamentales:
- Formación sindical.
- Educación formal.
- Formación profesional.
4.1 La formación
sindical
La formación sindical de los/as
trabajadores/as tiene algunos problemas fundamentales:
- La educación de los/as
trabajadores/as en las diferentes centrales sindicales es heterogénea y
desigual.
- Falta desarrollar un sistema
nacional de formación sindical coherente que permita homogeneizar
contenido y forma desde una posición clasista y unitaria.
- La cobertura es limitada para
atender las demandas de educación de las diferentes organizaciones según
sus necesidades.
- Falta una mayor coordinación
entre las organizaciones al interior del movimiento sindical y de éstas
con instituciones fraternas que apoyan el trabajo sindical.
- Faltan efectivos sistemas de
evaluación y seguimiento de las personas que salen de los diferentes
eventos educativos.
- Inadecuados mecanismos de
selección de los/as participantes a las diferentes actividades
educativas desperdiciando recursos y tiempo.
- Poco apoyo y poco tiempo
dedicado a la investigación sistemática para la educación y
actualización de temas.
- Las concepciones y procesos
metodológicos en las diferentes organizaciones es heterogéneo.
- Falta una mayor generación de
espacios de participación y seguimiento para las personas que salen de
las diferentes actividades educativas.
- Falta identificar con
precisión las necesidades de formación de las organizaciones.
- Falta más recursos económicos
y materiales para la educación.
Ante estos problemas, la formación
sindical apuntaría a:
- Constituir un sistema de
formación y capacitación sindical para educar sindical y políticamente a
trabajadores/as.
- Organizar equipos de
educación formando formadores/as.
- Profundizar, dentro del
movimiento sindical el proceso educativo y la metodología participativa.
- Afianzar los contenidos del
sindicalismo básico y socio-político.
- Impulsar la investigación
como espacio de renovación, actualización y construcción de temas de
formación, estrategias y métodos que estén acordes con las demandas del
movimiento sindical.
- Diseñar mecanismos que
permitan una mejor selección de los/as participantes.
- Generar y fortalecer en las
organizaciones, espacios de participación y acción para los/as
trabajadores/as que están en procesos de formación.
- Diseñar planes y proyectos
que permitan sostener el sistema de educación sindical.
- Impulsar la difusión de la
educación sindical a través de medios de información colectiva.
Los programas de la educación de
la clase trabajadora serían:
- Programa de formación y
capacitación sindical básica.
- Programa de formación y
capacitación en teoría económica.
- Programa de formación y
capacitación en teoría política.
- Programa de formación y
capacitación jurídica.
- Programa de formación y
capacitación de formadores/as.
- Programa de formación de
organizadores/as.
- Programa de promotores de
derechos humanos y sindicales.
- Programa de formación y
capacitación de especialistas en contratació-n colectiva.
- Programa de formación y
capacitación en género.
4.2 La educación
formal
El sistema de educación formal en
el país, desde los/as trabajadores/as, tiene algunos problemas:
- Las reformas curriculares que
se han implementado en el país no son participativas.
- La metodología de la
educación sigue siendo autoritaria.
- Los contenidos de la
educación no responden a las necesidades y aspiraciones de los/as
trabajadores/as.
- No existen espacios o
programas suficientes para el acceso de trabajadores/as a los diferentes
niveles de la educación formal: primaria, secundaria y superior.
Ante estos problemas, la
participación de la clase trabajadora en la educación formal apunta a:
- Contribuir con propuestas de
formación integral para incidir en la implementación de reformas
curriculares.
- Contribuir con propuestas
para la implementación de una metodología participativa.
- Acceder a programas de
educación para terminar la formación primaria y secundaria y acceder a programas
de formación superior.
Los programas que permitiría
participar en la educación formal serían:
- Programa de participación y
negociación política para la educación formal.
- Programa de socialización de
la metodología.
- Programa de diseño de propuestas
para el acceso a los diferentes niveles de formación.
4.3 La formación
profesional
La formación profesional en el
país, desde la visión de los/as trabajadores/as, tiene algunos problemas:
- Falta un sistema integral e
integrado de formación profesional.
- Faltan políticas claras que
orienten la formación profesional.
- Falta de apoyo, por parte del
Gobierno, a los esfuerzos de calificación de mano de obra.
- Poca participación de los
trabajadores/as en la determinación de políticas y ejecución de programas.
- Falta propuesta curricular
general.
- Desarticulación entre la
capacidad instalada de oferta de formación profesional y las necesidades
del aparato productivo.
- Falta un mayor
financiamiento.
Ante estos problemas, la
participación de la clase trabajadora en la formación profesional apunta a:
- Contribuir con propuestas de
formación de un sistema integral de formación profesional en el país.
- Contribuir con propuestas
para la implementación de una metodología participativa en la formación
profesional.
- Acceder a programas de
formación profesional que permita a trabajadores/as actualizar sus
conocimientos y mejorar sus condiciones de trabajo y de vida.
- - Contribuir con políticas y
propuestas para ampliar la cobertura de la formación profesional a otros
sectores sociales populares: jóvenes, mujeres, discapacitados/as,
tercera edad y otros.
- Relacionar la educación
formal con la formación profesional para optimizar los recursos.
Los programas que permitiría
participar en la formación profesional serían:
- Programa de participación y
negociación política para la formación profesional.
- Programa de socialización de
la metodología.
- Programa de acceso a los
diferentes programas de formación profesional.
- Programa de diseño de
políticas y propuestas para ampliar la cobertura de la formación
profesional.
- Programa de concertación para la relación
entre la educación formal y la formación profesional.
Evaluación, seguimiento y ajuste
del plan operativo de Derecho al Trabajo
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Para la evaluación, seguimiento y ajuste
de este Plan Operativo, se deberá organizar una Comisión permanente del
Derecho al Trabajo, la cual estará integrada paritaria y
descentralizadamente, por representantes del Estado y la sociedad civil
involucrada en este plan.
La Comisión del Derecho al Trabajo
deberá coordinar sus acciones con los restantes integrantes del Plan
Operativo de Derechos Humanos; elaborar los cronogramas de actividades
respectivos, así como -los indicadores de financiamiento y gastos, y los
indicadores de resultados, entre otros.
Además, para el primer trimestre
del año 2002, esta Comisión deberá preparar un documento que resuma las
acciones en marcha y/o concluidas del Plan Operativo del Derechos al Trabajo.
Este documento deberá formar parte
del Plan Nacional de Derechos Humanos. Resultados 2003, que los
actores involucrados, tanto del Estado y la sociedad civil, deberán dar a
conocer al país.
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