D6.5. REFLEXION Y ANALISIS
En la mayoría de los Estados se ha tomado como base, en la actualidad,
la jornada laboral de 8 horas, el descanso semanal -que en muchos casos
incluye sábado y domingo- y las vacaciones anuales remuneradas.
Lo que varía es el período referente a las vacaciones anuales.
Estas comprenden desde una semana a un mes ó más, en base
a criterios que tienen que ver con la antigüedad en el trabajo, las
funciones desempeñadas, las convenciones colectivas, etc. Paradójicamente,
han sido los países bajo regímenes socialistas, abocados
por la urgencia de equipararse económicamente a los países
occidentales, quiénes han puesto un énfasis especial en el
trabajo. Así establecieron jornadas laborales más extensas,
períodos de descanso y vacaciones menores. En estos países
se premiaba la productividad y eficiencia del trabajador en base a incentivos
económicos y relacionados con el descanso mismo.
En la actualidad se tiende a equiparar las condiciones laborales en
todos los países respecto a la jornada máxima y a los períodos
de descanso.
Es evidente que ha existido un avance en la limitación de la
jornada laboral en relación al inicio del maquinismo. Se ha establecido
como regla fija períodos de descanso diarios, semanales, anuales.
Sin embargo, el desarrollo tecnológico no ha aparejado una humanización
del trabajo. La creciente especialización en la división
de las labores, le ha quitado al hombre la posibilidad de desarrollar sus
facultades creativas o incluso pensar. El desempeño de funciones
se ha vuelto automático. Se han atomizado los ámbitos de
aplicación del trabajo. En sociedades desarrolladas o no esto ha
creado la alienación de los trabajadores. Esta alienación
proviene por un lado de la pérdida del objeto creado, ya que el
goce de ese objeto no le pertenece al obrero. Por otra parte, la alienación
se acrecienta por la especificidad de las tareas realizadas. Hoy es frecuente,
por ello, el stress de los trabajadores y las enfermedades psicosomáticas.
La labor productiva ha ido perdiendo la valoración positiva que
tenía en otras épocas.
El descanso, en la actualidad, no debería consistir únicamente
en una suspensión de las labores del obrero para recuperar energías.
Sería necesario la rotación de las tareas que éste
realiza para evitar la automatización en el trabajo con todos los
problemas que ella acarrea.