B. Concepto
El derecho al desarrollo se define como aquel derecho por virtud
del cual toda persona y todos los pueblos tienen el poder de participar
en el proceso de desarrollo y obtener una parte equitativa en los beneficios
proporcionados por el mismo.(5)
Como señala J.W. Spellman el término desarrollar acotó
originariamente las ideas de "revelar" y "desdoblar". Sin embargo, posteriormente,
en el siglo XIX la palabra desarrollo tomó una significación
fuertemente ideologizada, tomando connotaciones raciales e imperiales que
subsisten hasta el momento actual en las culturas occidentales.(6)
Conviene aclarar, por otra parte, a qué nos referimos cuando
hablamos de desarrollo, ya que como afirma Mario Bunge(7) es un concepto
que no siempre está claro. Bunge señala que hay cinco concepciones
principales del desarrollo de una sociedad humana: la biológica,
la económica, la política, la cultural y la integral y las
mismas se fundan en la concepción particular que se tenga de la
sociedad. Si esta concepción es equivocada también lo será
la correspondiente concepción del desarrollo; y afirma que quién
quiera superar el subdesarrollo deberá adoptar una concepción
correcta de la sociedad.
Este pensador afirma que una concepción correcta estaría
dada por una síntesis de los puntos parciales del biologismo, del
economicismo, del politicismo y el culturalismo, es decir una concepción
integral de la sociedad y del desarrollo:
-
La concepción biológica del desarrollo sostiene que este
consiste en un aumento del bienestar y una mejora de la salud como resultado
de una mejor nutrición, de un mejor alojamiento, vestimenta, hábitos
de convivencia, etc. Pero esta es una mirada parcial del problema ya que,
¿cómo podemos ignora que la desnutrición crónica
que afecta a tantos países del tercer mundo, como a grupos marginales
del llamado primer mundo, es el resultado de una inequitativa distribución
de los recursos? También que es el Estado el que consagra ese status
quo económico, el que se ve favorecido por la falta de educación
alimentaria, el agotamiento de recursos, la falta de una planificación
adecuada, etc.
-
La concepción económica identifica al desarrollo con el crecimiento
económico, el que se suele igualar con frecuencia a la industrialización.
De hecho el desarrollo económico es necesario pero tampoco es suficiente,
además hay que tener en cuenta que puede resultar una concepción
peligrosa ya que puede destruir a las demás. En aras del desarrollismo
económico se imponen sacrificios al nivel de vida, a la cultura
y a la vida política constituyendo, al decir de Bunge, una verdadera
"aberración" ya que la economía debiera ser un medio y no
un fin.
-
La concepción política del desarrollo consiste en la expansión
de la libertad, en el efectivo aumento y progresivo afianzamiento de los
derechos humanos y políticos. El progreso político, si bien
importante y necesario no basta; de nada sirven los derechos políticos
si faltan los medios económicos y culturales para ejercerlos.
-
La concepción cultural iguala al desarrollo con el enriquecimiento
de la cultura y la difusión de la educación. Esta concepción
si bien es importante también es deficiente, pues un escolar en
ayunas no aprende bien o un adulto desocupado o sobrecargado de trabajo
no asiste a eventos culturales; es decir entonces que el desarrollo cultural
no es pleno si no va acompañado del desarrollo biológico,
económico y político.
Cada una de estas cuatro concepciones tiene algo de verdad, pues no hay
desarrollo sin progreso biológico, económico, político
y cultural. Es decir que el desarrollo auténtico y sostenido debe
ser integral, pues en él conviven, se enriquecen y complementan
las cuatro concepciones antes expuestas.Mas aún, cada una de ellas
es condición de las demás, no se puede alcanzar un satisfactorio
nivel de desarrollo sacrificando uno de estos aspectos. Es así entonces
que un plan razonable de desarrollo debe incluir medidas para promover
el progreso simultáneo de los sistemas biológico, económico,
político y cultural.
En cuanto a su naturaleza es preciso señalar que el derecho al
desarrollo constituye un derecho de tercera generación, hoy protagonista
de la preocupación internacional por la necesidad de garantizar
crecientes niveles de desarrollo entre los países en vías
de desarrollo.
El desarrollo ha sido considerado un componente esencial de los derechos
humanos, como estos a la vez lo constituyen de la paz.