| Derechos humanos y
  derechos de los trabajadores 
La aparente disyuntiva se muestra,
  desde su enunciado, como una paradoja, ya que al hablar de derechos humanos estamos
  hablando de todos los que pertenecen a la persona humana, de la que ella es
  titular, sean los derechos individuales, de larguísima tradición en las
  constituciones democráticas, sean los derechos sociales, que se incorporaron
  por primera vez en la Constitución de México de 1917, y entre nosotros a
  partir de la de 1929. La persona es ser social, y por tanto titular también
  de estos últimos. 
Sin embargo, lo que se ve como una
  evidencia en los medios de los trabajadores, en los medios sindicales, no lo es
  para muchos activistas en "derechos humanos", que establecen la
  falsa diferencia. 
De ahí que tengamos que saludar
  especialmente la iniciativa del Instituto Latinoamericano de Investigaciones
  Sociales, ILDIS, en sus veinticinco años de presencia en el Ecuador, de
  reunir en un taller, que resultó de verdadero interés, a dirigentes
  sindicales, de las diversas c-entrales que integran el Frente Unitario de
  Trabajadores, FUT, con asesores y profesionales de diversas ramas de orden
  científico social, para tratar de la defensa de los derechos humanos,
  laborales y sindicales, y que se desarrolló el 20 de octubre de 1999. 
La constatación de la crisis que
  vivimos, subyace y en veces se explícita en las intervenciones: "crisis
  de orden político, económico, cultural y ético, que rebasa los límites de la
  nación". Crisis que afecta también al sindicalismo, víctima de una
  campaña de desprestigio por parte de quienes quieren disminuir su presencia y
  su capacidad de diálogo en la nación. 
El derecho al trabajo se ve
  afectado por la crisis económica, por la ausencia de políticas de empleo
  acertadas para nuestra realidad. Los trabajadores se ven cada vez más
  empujados a lo que se denomina "trabajo precario", trabajo sin
  protección legal o contractual; entran a laborar en el sector terciario,
  especialmente en el pequeño comercio, en el sector que se ha dado en llamar
  "informal", y la respuesta es propugnar la miniempresa autónoma -
  preferiríamos hablar de "empresa comunitaria" que puede responder a
  un tamaño adecuado, en la competencia desenfrenada que es la realidad de la
  globalización a la que nos empuja el sistema neoliberal. 
Frente a esto se plantea una
  política de salarios conveniente, capacitación de los trabajadores, "que
  no responda solamente a los reque-rimientos laborales, sino que forme para la
  vida". 
A lo largo del seminario-taller,
  se vieron dos preocupaciones básicas: la participación efectiva del
  sindicalismo en los procesos de diálogo y concertación -claramente
  distinguidos-, participación efectiva que requiere el fortalecimiento del
  movimiento, preocupación implícita en las intervenciones, pero que también se
  mostró aún poco madura. 
El diálogo y la concertación
  fueron claramente distinguidos: el diálogo como un "intercambio de
  comunicación entre actores sociales y actores políticos, que no
  necesariamente requieren llegar a un acuerdo social", y la concertación
  como método para alcanzar acuerdos y compromisos. 
La participación en estos dos
  procesos, nuevas formas de lucha sindical, requiere afianzar la actual visión
  del movimiento de los trabajadores. Partimos en el siglo XIX de un movimiento
  "obrero", una respuesta a la revolución industrial que explotó
  inmisericordemente la mano de obra, para llegar hoy a un movimiento que aúna
  a todos los "trabajadores", sean estos obreros o empleados -ya ha
  desaparecido prácticamente la distinción en el Código del Trabajo- sean
  trabajadores de la ciudad o del campo; pequeños comerciantes o artesanos,
  pobladores de las ciudades; profesionales o servidores públicos -trabajadores
  del Estado-. A ellos ha contribuido el pensamiento de las grandes Centrales
  Internacionales de Trabajadores.- 
El movimiento de los trabajadores,
  ha dejado de ser un movimiento meramente reivindicacionista, para pasar a ser
  un movimiento que, con visión política global, interviene en la orientación
  de los grandes problemas de la economía, del ordenamiento de la sociedad
  hacia el bien común, que asume y debe asumir, en frase de Juan Pablo II, la
  lucha por la justicia. 
Para ello no podemos permitir que
  se mantenga un sindicalismo dividido, en el que las organizaciones
  independientes superan en número de afiliados a los de las centrales
  sindicales en su conjunto, de las que no todas se encuentran vinculadas en el
  FUT. Hay que caminar hacia la unidad. Una unidad que nazca del querer de los
  trabajadores y no sea impuesta, ni sea fruto de confrontaciones de poder. Una
  unidad que respete la adhesión doctrinal de los trabajadores y sus diversas
  agrupaciones. 
Esta debilidad da lugar a que se
  promuevan, por parte del poder político, diálogos parciales, con uno u otro
  grupo, quizá con aquellos que se consideran susceptibles de más fácil
  manipulación. 
Temas ligados con toda esta
  problemática son los de la educación y comunicación. La educación de la clase
  trabajadora que se planteó tomando en cuenta tres ejes fundamentales:
  formación político sindical, educación formal y formación profesional-; ejes
  que deben estar interrelacionados entre sí. 
El papel de la comunicación en
  todos estos aspectos es por cierto fundamental y no requiere comentario
  adicional. 
En épocas de crisis, alta
  desocupación, cierre de empresas, despidos masivos en el sector privado y en
  el público, creciente y acelerada pauperización, se plantea el tema de
  reformas al Código del Trabajo y de creación de un Código de Procedimiento
  Laboral. Es un desafío en momentos en que no sólo se habla de flexibilización
  laboral, se multiplica el trabajo precario, sino que se buscan los medios
  para excluir de la protección del derecho a grandes sectores de trabajadores.
  ¿Tendremos acaso que buscar una nueva formulación de esta rama del Derecho
  Público, nacida del esfuerzo y de la lucha obrera?
 
 Plan Operativo de Acción 1999 - 2003 
   
    | Objetivos | Resultados | Acciones |  
    | 
Promover y garantizar la participación
    equitativa de los trabajadores en la definición y puesta en práctica de
    políticas en materia laboral. | 
Políticas en materia laboral
    definida y aplicadas en los distintos sectores involucrados. | 
1.1 Elaborar e implementar políticas
    de Estado en materia laboral con la participación de los sectores
    involucrados. |  
    | 
Mejorar el bienestar de los
    trabajadores. | 
Una relación laboral más justa,
    equitativa, democrática y participativa basada en el cumplimiento de los
    derechos y deberes de las partes en la relación laboral. | 
2.1 Crear espacios permanentes de
    concertación y diálogo entre trabajadores, empresarios y gobierno. |  
    | 
Garantizar el pleno ejercicio de
    los derechos laborales. | 
Mayor protección del sector
    laboral. | 
3.1 Creación de la Defensoría
    Adjunta de los Derechos Laborales. |  
    | 
Promover los derechos y el
    ejercicio de los trabajadores en todos sus espacios cotidianos. | 
Pleno ejercicio de los derechos
    humanos, laborales y sindicales. | 
4.1 Comunicación y difusión de leyes,
    convenios y derechos sindicales. |  
    | 
Establecer programas de educación
    de los traba-jadores. | 
Mejor preparación y participación
    de los trabajadores en proyectos de educación. | 
5.1 Educación de los
    trabajadores. |  
 Operativización
  de las acciones
 
   
    | 
1.1 Elaborar e implementar
    políticas de Estado en materia laboral con la participación de los sectores
    involucrados |  Introducción 
Los derechos humanos van
  alcanzando una dimensi-ón cada vez más integral que apunta a abrir caminos que
  hagan posible nuestra transición por mejores sendas hacia la vida, la
  igualdad y la dignidad del ser humano, vertientes indispensables para
  fortalecer la democracia y la equidad, objetivos tan urgentes para la
  humanidad de este fin de siglo. 
Los desafíos del nuevo milenio son
  asumidos por nosotros los trabajadores y trabajadoras con renovada esperanza
  y compromiso porque la historia nos da esta nueva oportunidad para escribir
  las páginas que hacen falta para hacer realidad ese nuevo Ecuador,
  equitativo, justo y soberano que todos y todas anhelamos. 
En esta perspectiva, nos alienta
  los enunciados alcanzados en la Constitución Política, misma que en la parte
  pertinente a los principios de la economía, en su Artículo 242 reza que
  "la organización y el funcionamiento de la economía responderán a los
  principios de eficiencia, solidaridad, sustentabilidad y calidad, a fin de
  asegurar a los habitantes una existencia digna e iguales derechos y
  oportunidades para acceder al trabajo, a los bienes y servicios y a la propiedad
  de los medios de producción". 
Así mismo, el Artículo 35
  prescribe: "El trabajo es un derecho y un deber social. Gozará de la
  protección del Estado, el que asegurará al trabajador el respeto a su
  dignidad, una existencia decorosa y una remuneración justa que cubra sus
  necesidades y las de su familia". 
En nuestra voluntad y compromiso
  colectivo radica la posibilidad de hacer realidad estos fundamentales
  enunciados y como tal asumimos la parte del reto que nos corresponde para
  convertir a la economía en la fundamental estrategia del desarrollo humano
  que recupere nuestra dignidad como pueblo y como nación en el nuevo milenio. 
Sólo en este marco será posible
  una política de Estado en materia laboral en cuya formulación y ejecución
  debemos estar involucrados todos y todas, con verdadera vocación democrática
  a fin de recoger los intereses de los ecuatorianos/as en función de
  incrementar la capacidad productiva del país y elevar la capacidad
  adquisitiva de la población, mejorando su calidad de vida, creando un
  desarrollo económico basado en el reparto justo de la riqueza. 
Cuatro son los ejes que merecen
  ser enfrentados con prioridad y urgencia para construir una nueva y
  alternativa política laboral: empleo, salario, capacitación y relaciones
  laborales. Política de empleo 
La sistemática aplicación de
  modelos económicos regidos por los intereses del gran capital internacional,
  son la causa gravitante para que nuestro país sea deficitario en políticas de
  empleo que optimicen la mano de obra y promuevan sostenidos procesos de
  producción rur-al y urbana. El modelo de sustitución de importaciones, basado
  en el fortalecimiento del desarrollo industrial sobre el supuesto teórico de
  que éste solucionaría el problema del empleo, no logró crear mecanismos
  endógenos de desarrollo, y por el contrario, robusteció nuestros niveles de
  dependencia. 
Igualmente el modelo neoliberal
  sustentado, en gran medida, en el capital especulativo, en su búsqueda
  desmedida de rentabilidad rápida y fácil, en lugar de invertir para modernizar
  y dinamizar el sistema productivo, ha preferido la acumulación de sus cuentas
  en bancos nacionales e internacionales, comportamiento que ha puesto en
  evidencia su incapacidad y poco compromiso por incrementar la producción y
  lograr siquiera cubrir los requerimientos en los niveles que la competencia y
  la globalización económica exigen y ha mostrado, por ende, su negligencia
  para generar empleo y bienestar, actitud que ha agravado los problemas de
  desocupación y subempleo a niveles alarmantes. 
Las reformas del Estado con claro
  sesgo privatizador de las empresas públicas rentables, acompañado de
  políticas dirigidas a reducir el amparo estatal y al insensato afán de pagar
  la deuda externa, todo esto en medio de una cada vez más evidente corrupción
  tanto pública como privada, han generado desocupación, precariedad en el
  empleo, inseguridad laboral, disminución de los beneficios sindicales por una
  sistemática desinversión en lo social y humano que paulatinamente afecta a la
  producción, panorama cuyos resultados alimentan la marginalidad y la
  incredulidad ciudadana, deslegitimando y debilitando cada vez más la
  participación democ-rática, la gobernabilidad y la paz social. 
Estos procesos, acompañados de la
  denominada "flexibilización laboral", han servido de marco para la
  aplicación de peligrosos modelos de contratación de personal, los cuales como
  las "empresas intermediarias" y las "empresas
  subsidiarias", conformadas mediante una manipulada e interesada
  interpretación del Artículo 41 del Código del Trabajo, han provocado, en la
  mayoría de sectores de la producción, conculcar el derecho a la estabilidad,
  impedir la constitución de nuevas organizaciones sindicales, violándose de
  esta forma convenios internacionales que garantizan y amparan fundamentales derechos
  del trabajo como la estabilidad, la libertad sindical y toda protección al
  derecho de sindicalización, como el Convenio 87, ratificado por el Ecuador el
  29 de mayo de 1967 y, el Convenio 98 sobre el Derecho de Sindicalización y de
  Negociación Colectiva, ratificado por nuestro país el 28 de mayo de 1959. 
El despido masivo de trabajadores
  y trabajadoras del sector público, bajo la argumentación de "achicar el
  aparato estatal" ya sea por la vía de la venta de renuncias, supresión
  de partidas o fusión de ministerios, produce fuga de cuadros técnicos que han
  sido formados y en muchos casos especializados con recursos del pueblo,
  quienes al ser liquidados sin mediar una mínima evaluación de su desempeño,
  son desaprovechados en su capacidad profesional y en su experiencia y pasan a
  incrementar los niveles de desocupación y angustia de miles de padres y
  madres de familia que se quedan sin un ingreso mensual para solventar sus
  necesidade-s ya que, si bien reciben una indemnización o liquidación, ésta al
  no habérseles capacitado y/o canalizado adecuadamente para su aprovechamiento
  financiero y por el impacto de la inflación, pasa a convertirse en
  "dinero de bolsillo" que termina sin impactar en su bienestar
  actual peor ser garantía para su futuro. 
No podemos guardar silencio frente
  a la desprotección y atropellos que sufren los trabajadores/as de las
  empresas bajo el régimen de la "maquila" y de una serie de
  empresas como las de Guardianía o de Seguridad, plantaciones avícolas, de
  flores o de frutas en las cuales se descuida la afiliación al Instituto
  Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS, y no se les extiende los más
  requeridos servicios que garanticen un medio ambiente laboral sano que
  preserve su salud con medidas adecuadas de protección encaminadas a salvaguardar
  su bienestar laboral y familiar a través del cabal cumplimiento de las leyes
  y normas laborales. 
La marginalidad que sufre la mujer
  por su edad y maternidad, sobre todo en empresas bancarias o en aquellas
  donde todavía se prioriza que la mujer cumpla un papel decorativo o de
  atracción a los clientes, atenta con su derecho al trabajo en igualdad de
  oportunidades. 
De esta manera, la agudización del
  desempleo y su concomitante impacto en la pobreza, no solo atenta a los
  derechos más fundamentales de quienes viven esta dura realidad, sino que
  promueve desajustes en las relacio-nes laborales provocando que quienes no
  acceden al mercado laboral, en su legítimo afán de supervivencia están
  dispuestos a vender su fuerza de trabajo por una remuneración muy baja, atentando
  contra quienes tienen un trabajo o empleo "estable" creando así una
  competencia que abarata la mano de obra y devalúa aún más el trabajo
  calificado o no calificado, realidad que afecta significativamente sobretodo
  a la mano de obra femenina. 
Para dar pasos que trastoquen esta
  situación, es imprescindible una cultura de consensos que busque repensar y
  poner en marcha una economía sensible a nuestra realidad e identidad
  particular. En esta dirección se debe utilizar el ahorro interno para
  proyectar el crecimiento económico integral en procura de satisfacer, en
  primer lugar, la demanda interna y luego buscar estrategias que nos inserten
  con condiciones de equidad en el mercado internacional con resultados
  favorables para la economía nacional. La integración Regional Andina, a la
  par de logros económicos para el mercado, debe concebir y apuntalar una
  dimensión social que la garantice y fortalezca. 
Una nueva estrategia de desarrollo
  y crecimiento supone superar el divorcio de lo económico con lo social. Es hora
  de que el Estado abandone el modelo que concentra y monopoliza la riqueza en
  pocas manos cuando ella nos pertenece a todos y todas. La modernización del
  Estado debe basarse en la aplicación de procesos de modernización que
  impulsen el crecimiento de la empresa tanto pública como privada, ampliando y
  promoviendo la eficiencia de los servicios y el mercado, potencializando su
  fuerza laboral y sus r-ecursos naturales con verdadero sentido y
  responsabilidad social y estimulando a las empresas que más generan empleo.
  En este propósito la ciencia y tecnología deben ser abordadas y aprovechadas
  para vincularlas a la necesidad de empleo que asegure crecimiento productivo
  y social. 
El desempleo, el subempleo, la
  poca capacidad adquisitiva de los salarios, la gran discriminación social de
  las mayorías y los privilegios de minúsculos grupos de poder económico, son
  realidades que deben ser enfrentadas desde una política y una actitud que
  favorezca a la producción y subordine a la especulación, objetivos para los
  cuales el trabajo y el capital deben verse como socios y juntos arrimar el
  hombro en procura del crecimiento económico no concentrador de riqueza sino
  repartidor equitativo de ella en aras de un Ecuador más justo, democrático y
  solidario. 
Para ello se requiere inversión
  para la producción y el crecimiento humano. Los mecanismos fomentadores de
  empleo deben considerar políticas fiscales, crediticias y presupuestarias de
  apoyo prioritario a los sectores, áreas y actividades económicas de alta
  generación de empleo, dando atención prioritaria a la producción
  agropecuaria, a la agroindustria que nos devuelva la imagen rural de nuestro
  Ecuador profundo y atienda las demandas internas y externas. Promover el
  turismo y la construcción pública, diversificar las formas de producción y
  servicios vinculados a la pequeña y a la microempresa artesanal así como a
  solidarias iniciativas de economía popular que requieren de apoyos e
  incentivos solidarios para asistencia técnica, créditos y capacitación que
  -genere empleo y productividad, son también alternativas dignas de ser
  atendidas. 
La implementación de un nuevo
  modelo económico es una urgente prioridad nacional que requiere consensos y
  voluntades políticas. Pero este nuevo modelo, a la par de apostar por la
  eficiencia productiva, tiene que comprometerse por el desarrollo social y
  humano capaz de generar también nuevas formas de producción que dinamicen y
  modernicen también sus relaciones en un marco de respeto, de solidaridad y de
  equidad. 
El empleo tiene que alcanzar la
  dimensión de política de Estado para hacer efectivo la consideración
  constitucional de que el trabajo es un derecho y un deber social. Crear
  fuentes de trabajo debe ser la expresión más alta de la responsabilidad
  social tanto pública como privada. 
En esta dirección, una iniciativa
  que aportaría significativamente, es la conformación del Consejo Nacional de
  Empleo, que deberá estar constituido por representantes de los
  trabajadores/as, del Gobierno y de los empleadores, organismos tripartito que
  asumiría la responsabilidad de planificar, ejecutar, controlar y evaluar las
  políticas de empleo. Política de salarios 
La aplicación de modelos de
  desarrollo de orientación neolib-eral, encaminados a la concentración y
  centralización del capital ha exigido la implementación sistemática de
  políticas y medidas de ajuste que han ocasionado un permanente deterioro de
  los ingresos a través de múltiples vías: reducción y represamiento de los
  salarios reales, disminución de los gastos sociales, eliminación de los
  subsidios a los productos básicos, eliminación de los controles de precios de
  los bienes básicos de la canasta familiar, etcétera, aspectos que sumados a
  la baja capacidad productiva de la industria ecuatoriana que no ha logrado
  acceso a mercados más grandes, no ha crecido y por tanto, no genera empleo ni
  tampoco ofrece mejores remuneraciones a sus trabajadores/as, son los
  responsables de la caída del salario a niveles nunca antes vistos, llegando a
  ser uno de los más bajos del Continente. 
El esfuerzo efectuado en torno a
  las Comisiones Sectoriales Salariales y las Mesas de Dialogo promovidas por
  el Estado, si bien han permitido la participación de empleadores y
  trabajadores, han estado sesgadas por una concepción equívoca por parte de
  los sectores del poder que entienden al salario como una política que sólo
  benefician a un sector y, en este sentido, han dirigido sus propuestas a
  cubrir demandas coyunturales a través de ajustes anuales con porcentajes que
  ni siquiera cubren el índice inflacionario, por ende incapaces de recuperar,
  por este medio, su poder adquisitivo. Así mismo la política de techos fijados
  unilateralmente desacredita la seriedad de las negociaciones y no ha
  permitido reactivar a la economía por la vía de la redistribución salarial. 
En este campo, las refor-mas a la
  Ley de Finanzas Públicas dio paso al Consejo Nacional de Remuneraciones,
  organismo encargado de fijar los sueldos y salarios de los empleados y
  trabajadores de este sector dificultando con su actuación la intención de
  caminar hacia la unificación salarial. 
Ante estas incoherencias, se
  impone un cambio de actitudes que configuren una voluntad política de
  trabajar en armonía para juntos/as encontrar las estrategias alternativas
  para implementar una política salarial que responda a las necesidades nacionales
  y responda a las expectativas y justas aspiraciones de los trabajadores/as. 
Hacia esta meta creemos, que una
  verdadera y seria Política Salarial exige encarar estrategias de desarrollo
  dirigidas a dinamizar el aparato productivo nacional y redistribuir, por este
  medio, la riqueza nacional para que sea el salario el recurso que permita,
  como reza la Constitución, una remuneración justa que cubra las necesidades
  del trabajador y su familia y le asegure una existencia decorosa. 
Para ello el Estado y la empresa
  privada deben incentivar la inversión, diversificar la producción, buscar
  nuevos mercados utilizando todos los recursos existentes y/o direccionando
  hacia este fin las representaciones consulares de nuestro país en el mundo
  por medio de políticas y estrategias de propagandización y promoción de
  nuestros productos y servicios para ampliar la capacidad de oferta nacional. 
Desde los trabajadores/as
  demandamos la necesidad de impulsar Comisiones Sectoriales Representativas,
  tripartitas e igualitarias que, sobre la base de estudios económicos reales,
  se encarguen de implementar una Estructura Salarial moderna que exprese una
  necesaria reconceptualización de lo que significa una sostenida política
  salarial, la cual no puede estar alejada de los problemas económicos
  nacionales hoy más que nunca agravados por la grave recesión económica que se
  expresa en la ausencia de inversión para el empleo, creciente niveles de
  inflación, incremento sistemáticos del costo de la canasta familiar básica,
  la reducción presupuestaria nacional por el pago de la deuda externa,
  etcétera. Con este enfoque la Política Salarial se convertirá en un verdadero
  elemento dinamizador de la economía global capaz de recuperar la capacidad
  adquisitiva de los salarios como la mejor alternativa para elevar la calidad
  de vida de nuestro sector. 
Apostamos por una Política
  Salarial que respete los acuerdos entre trabajadores y empleadores en materia
  de unificación salarial, que no perjudique ni merme las conquistas logradas
  en las contrataciones colectivas de trabajo, que incorpore los acuerdos
  tomados en las Mesas de Concertación y considere los desacuerdos como parte
  de la práctica democrática. Esto supone que, respetando la autonomía de las
  organizaciones laborales y sindicales, se alimente la cultura del dialogo y
  la concertación que nos haga crecer colectivamente sobre la base de los
  consensos y en el debate de los desacuerdos en condiciones y con reglas de
  juego transparentes que permitan que todos los involucrados tomen
  resoluciones concretas. 
En este marco creemos que se debe
  avanzar en un dialogo responsable que haga posible concretar el proyecto de "unificación
  salarial" que rompa con los privilegios e inequidades en el plano de
  los ingresos y así hacer realidad el principio de justicia que determina que "a
  igual trabajo, igual remuneración", principio sobre el cual se
  sustenta también el derecho de igualdad de oportunidades para hombres y
  mujeres. 
En el plano institucional, el
  Consejo Nacional de Salarios, CONADES, debe ser reestructurado a fin de
  configurar una representación tripartita e igualitaria y sea capaz de
  incorporar en su accionar mecanismos de participación democrática que lo
  convierta en un puente de negociación de las partes y en un verdadero espacio
  de intermediación social. Política de
  capacitación 
El Estado, por intermedio del
  Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional, SECAP, ha brindado
  programas de Capacitación. Lamentablemente estos han girado en torno a una
  oferta obediente a los requerimientos y condicionamientos del proceso
  productivo nacional el cual, como hemos señalado, ha sido deficitario debido
  al precario nivel de desarrollo que ha experimentado el Ecuador, por lo tanto
  estos programas y sus contenidos, si bien respondían a un momento concreto
  del desarrollo del país, hoy, por su situación real, no tienen respuesta
  adecuada a- las actuales exigencias de los procesos de producción y
  productividad. 
Al ser una capacitación
  circunscrita solamente a los intereses de los sectores productivos, ha sido por
  tanto elitista. Desde los trabajadores/as, concebimos una capacitación que no
  solamente responda a los requerimientos laborales sino que nos forme para la
  vida. Nos referimos entonces a una capacitación con contenidos hacia la
  educación y promoción humana sustentada en valores y destrezas que abra
  nuevas perspectivas para una educación personal, profesional y sindical,
  triada que complementa la integralidad de la misma. 
Se requiere modernizar el SECAP
  para que pueda responder a los requerimientos actuales de la ciencia, la
  tecnología y a los avances integrales que presentan hoy día los procesos
  productivos. Esta modernización que reclamamos no significa ni implica
  necesariamente su privatización, sino la incorporación de renovadas
  concepciones y metodologías que oferten y aseguren una alternativa en la
  capacitación y profesionalización de la fuerza laboral ecuatoriana. 
Consideramos que la capacitación
  laboral no puede ni debe estar deslindada del proceso educativo formal del
  país, por el contrario, esta requiere ser concebida y desarrollada con una
  visión integral. Para ello, tanto el Estado como la sociedad en su conjunto,
  deben realizar esfuerzos dirigidos a elevar los niveles educativos a fin de
  que estos puedan promover un cambio de mentalidad y nos conv-ierta en seres
  humanos con mayor y mejor capacidad de producción. 
Se precisa apuntar a una reforma
  integral de la educación concebida como inversión para la formación humana y
  laboral que asegure el mejoramiento de las oportunidades individuales para
  lograr empleos de más alta remuneración en condiciones dignas, equitativas y
  sostenibles; sistemas que necesariamente deben conjugar alternativos y
  modernos contenidos de enseñanza con los requerimientos del mundo real de la
  producción. 
Una capacitación alternativa debe
  romper con la división sexual del trabajo que asigna a la mujer roles
  secundarios en la producción y consecuentemente genera su injusta
  discriminación laboral y social. En contraposición la capacitación que
  proponemos debe dirigirse a promover la igualdad de oportunidades afianzando
  el mejoramiento de la productividad, del empleo, del ingreso y de la
  participación ciudadana de todos y todas. 
Para este logro el Estado, los
  trabajadores/as y empleadores/as debemos impulsar nuevas estrategias de capacitación
  encaminadas a lograr la profesionalización de la mano de obra, conformando
  entidades de capacitación en los campos y áreas requeridas por el país. En
  nuestros convenios laborales debemos priorizar la capacitación integral con
  costos proporcionales a las posibilidades de los actores abriendo igualdad de
  oportunidades a su acceso a todos los trabajadores/as. 
El compromiso y solidaridad del
  Estado y de la empresa privada unida al esfuerzo de las centrales sindicales
  proporcionará los recursos económicos que financien esta sostenida política
  de capacitación que hemos apuntado. 
Este compromiso compartido por una
  capacitación, en los términos referidos, dinamizará nuestra vida sindical,
  despertando mayor y mejor credibilidad y legitimidad de nuestro accionar por
  la vida, la justicia y la igualdad. Relaciones laborales 
Siendo la relación capital trabajo
  una de las fundamentales en el actual sistema productivo, esta se desenvuelve
  en términos acordes con la estructura jerárquico-vertical y autoritaria en la
  que se fundamenta los procesos productivos y la mayoría de instituciones
  sociales, incluidas la familia, la escuela, partidos políticos, las iglesias
  y otras. 
Desde el punto de vista de los
  trabajadores/as es necesario impulsar la democratización de las relaciones
  laborales dentro de un marco de diálogo, independencia, respeto, reciprocidad
  y consenso. 
Los temas fundamentales que
  involucran las relaciones laborales y en las que es necesa-rio establecer
  políticas que garanticen la plena participación de trabajadores/as en las
  decisiones son: 
   Organización de la
       producción.Productividad y calidad.Relaciones laborales.Condiciones de trabajo.Contratación individual y
       colectiva.Resolución de conflictos.
 
 
   
    | 
2.1 Crear espacios permanentes de
    concertación y diálogo entre trabajadores, empresarios y gobierno |  
1.- El Ecuador atraviesa una
  profunda crisis, que a diferencia de las anteriores que fueron
  circunstanciales, la actual traspasa las arterias mismas del sistema
  imperante y es global, es decir, política, económica, social y ética, que
  rebasa los límites de la nación y sus efectos recae sobre todo en el pueblo. 
2.- La globalización de la
  economía, que no es sino la aplicación del modelo neoliberal ha sido
  engendrado en las entrañas de las grandes potencias y sus empresas
  transnacionales, su aplicación en el país data desde hace 20 años con
  consecuencias graves para el pueblo que sufre la masificación de la pobreza
  (85% de la población), el desempleo y subempleo generalizado, analfabetismo, desnutrición
  por un lado, pero por otro concentración de la riqueza, corrupción
  institucionalizada, violencia y autoritarismo. 
3.- En lo político, el modelo
  neoliberal tiende a restringir cada vez más los espacios democráticos,
  reduciendo la democracia a una mera participación electoral y en relación con
  el poder al ejercicio de una verdadera dictadura del capital financiero y las
  grandes empresas transnacionales y sus aliados nacionales. 
4.- La clase obrera ha sido y es
  la portadora de las más importantes tradiciones de lucha; gracias a su
  organización, capacidad y sacrificio se han logrado conquistas y defender
  fundamentales derechos y reinvindicaciones no solo del sector sino del pueblo
  en su conjunto, por ello mismo ha sido el blanco de los más duros ataques de
  los sustentadores del modelo neoliberal, no solo a través de la imposición de
  leyes y normas antidemocráticas, sino también de la división, las calumnias y
  la represión. Todo ello ha debilitado cuantitativa y cualitativamente a las
  centrales sindicales que han visto disminuidas su base social y un cierto
  desconcierto y temor en su militancia. 
5.- La magnitud de la crisis es de
  tal forma que afecta a otros sectores de la sociedad como la denominada clase
  media que se ha ido paulatinamente pauperizando, a la mediana y pequeña
  industria, a los artesanos y a la industria nacional, que han entrado en un
  grave proceso de recesión económica y de autoliquidación o reducción de los
  derechos y reinvindicaciones sociales de los trabajadores. 
6.- El movimiento sindical ha
  entrado en un proceso de reconceptualización de sus tesis y programas con el
  objeto de responder la agresión del modelo económico vigente y el sistema
  político que lo sustenta, pero a la vez plantear alternativas y soluciones a
  los problemas de orden coyuntural, en esa perspectiva consideramos la
  necesidad de implementar nuevas alianzas, defender las conquistas
  democráticas y -los derechos y convenios laborales, fortalecer la conciencia
  clasista y la capacitación profesional, etcétera, es decir una estrategia de
  acumulación de fuerzas. En esta perspectiva y bajo un nuevo concepto de
  respeto al pluralismo y la heterogeneidad, pero a la vez abiertos a encontrar
  acuerdos, planteamos el diálogo social y la concertación como uno de los
  mecanismos de acumulación, proposición y defensa de los intereses de los
  trabajadores, que de ninguna manera reemplaza a la movilización, la autonomía
  y la lucha popular, como mal intencionadamente han planteado algunos sectores
  con el afán de desprestigiar al FUT. 
Este proceso ha tenido algunos
  tropiezos, básicamente por los siguientes aspectos: 
   Ausencia de una cultura del
       diálogo, que permita sentar en la misma mesa a elementos contrapuestos,
       en donde predomine los argumentos y la razón.Desconfianza histórica entre las
       partes, por falta de transparencia, ausencia de mecanismos de
       seguimiento y medición de los acuerdos.No siempre las motivaciones
       expresadas corresponden con las reales, por lo que la concertación puede
       equivaler a un ardid integrado en una estrategia de post-ergación de
       soluciones.Los actores sociales deben
       tener la suficiente fuerza para que los acuerdos sean equilibrados y
       haya respeto entre las partes.No siempre el proceso cuenta
       con el apoyo técnico y material, ni de evaluación y seguimiento, incluida
       la asignación de responsabilidad y la adopción de cronogramas de
       ejecución.No siempre las partes que
       intervienen en la concertación poseen la libertad e independencia
       necesarias para asegurar la representación idónea de los intereses de su
       sector. Ello permite que en ciertos casos la concertación se confunda
       con la cooptación.Las decisiones alcanzadas
       mediante la concertación requieren muchas veces una materialización
       legislativa vinculante por vía parlamentaria y su contenido parece
       predeterminado a ser resuelto por los diputados de la mayoría. 
El 9 de septiembre de 1996, se
  suscribió entre el Gobierno, las Cámaras Empresariales y las Centrales
  Sindica-les el denominado Protocolo para el Proceso de Concertación a fin
  de lograr un Pacto Social, al mismo tiempo se estableció un Reglamento de
  funcionamiento que contiene: 
   El plenario de Concertación
       Social conformado por los titulares de la: Federación de Cámaras de
       Comercio; Asociación de Cámaras de Industriales; Asociación Nacional de
       Cámaras de Agricultura; por los trabajadores los presidentes de la
       Central Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas, CEDOC, la Confederación
       Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores,
       CEDOCUT, la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres,
       CEOSL, y la Confederación de Trabajadores del Ecuador, CTE, y; por el
       Ejecutivo los titulares del Ministerio de Trabajo y de los demás
       ministerios y entidades que suscribieron el protocolo.Las Mesas de Diálogo
       Nacional: de Empleo, de Política Salarial, de Capacitación, de Seguridad
       Social y de Modernización de las Relaciones Laborales.La Secretaría Técnica,
       conformada por un representante de cada sector. 
Durante estos último años las
  Mesas de Diálogo han venido laborando hast-a producir consensualmente algunos
  acuerdos, especialmente la Mesa de Empleo, Capacitación, Seguridad Social y
  Unificación Salarial, desgraciadamente en el Plenario no se ha logrado
  resolver los acuerdos mínimos, por el contrario, debido básicamente a la
  inestabilidad de los representantes del Ejecutivo y de los empleadores, a la
  falta de voluntad política para dialogar y respeto a los acuerdos y a la
  sistemática agresión económica a través de las medidas de ajuste, el proceso
  ha sido intermitente y en los últimos años prácticamente se ha paralizado. 
El 8 de septiembre del presente
  año, en un nuevo intento de retomar el diálogo, los tres sectores relanzaron
  públicamente un nuevo acuerdo. 
La reunión del Plenario realizado
  ese mismo día acordó conformar las Mesas de Diálogo, priorizar como temas
  urgentes a ser tratados en el Plenario la Unificación Salarial, la
  Capacitación y la Seguridad Social; reformar el Reglamento y conformar la
  Secretaría Técnica. Conclusiones 
   El proceso de diálogo y
       concertación social ha contado con el respaldo técnico y financiero de
       la Organización Internacional del Trabajo, OIT y del Programa de las
       Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, los mismos que han manifestado
       su decisión de continuar aportando para este objetivo.El FUT debe diseñar una
       táctica y estrategia que contribuya a cambiar la correlación de fuerzas
       actual, para lo cual es necesario partir de una concertación y unidad,
       primero de las mismas centrales sindicales y segundo con otras
       organizaciones populares.El diálogo y la concertación
       no pueden ser entendidos como procesos que reemplacen a la autonomía y a
       las acciones del movimiento sindical para lo cual es necesario una
       permanente evaluación y vigilancia del mismo.El FUT debe realizar diálogos
       bilaterales con sectores empresariales, Fuerzas Armadas, iglesias,
       Congreso Nacional, entre otros.Es necesario obligar a las
       partes a concretar resultados medibles y viables, y buscar mecanismos de
       institucionalización y legitimación del diálogo.El FUT debe involucrar a
       otros sectores en el proceso de diálogo, ya que muchas veces estas se
       realizan en forma aislada permitiendo un manejo político y la
       manipulación del régimen.
   Hay que enfrentar con firmeza
       aquellos sectores que utilizando la calumnia, han pretendido
       desprestigiar a la dirección sindical con argumentos falsos. Mesa de Diálogo sobre
  Modernización de las Relaciones Laborales 
   Habiéndose constituido la
       Mesa de Diálogo sobre Modernización de las Relaciones Laborales, el FUT
       debe definir una posición que tienda a comprometer a los otros actores
       en la necesidad de analizar y establecer reglas claras sobre las
       relaciones laborales, del respeto a los derechos, leyes y convenios
       internacionales, de la prevención y solución de los conflictos
       laborales, de la contratación colectiva, de la participación de los
       trabajadores en los procesos de modernización y reconversión industrial,
       etcétera.Durante los años de vigencia del Código del
       Trabajo se han producido varias reformas, la mayoría de las cuales han sido
       adoptadas de manera unilateral e inconsulta con los trabajadores, y su
       aplicación se ha dirigido a debilitar los derechos laborales como el de
       asociación sindical, contratación colectiva, huelga, etcétera. Por otra
       parte encontramos en el Código del Trabajo varias disposiciones
       totalmente anticuadas que perjudican a los trabajadores, en este sent-ido
       se considera importante que el FUT designe una comisión de técnicos para
       preparar un proyecto de Reformas Laborales, cuya presentación será
       resuelto por la Dirección Nacional en el momento que políticamente
       estime conveniente. Este proyecto debe ser consensuado en las centrales
       sindicales con sus bases, pero a la vez se tiene que ganar aliados para
       su aprobación. Respecto al Código de Procedimiento Laboral, se considera
       que debe ser analizado más a mediano plazo, sin embargo de lo cual se
       recomienda que la misma comisión de Reformas del Código del Trabajo
       prepare una propuesta.
 
 
   
    | 
3.1 Creación de la Defensoría
    Adjunta de los Derechos Laborales |  
   El FUT en su legítimo derecho
       de buscar espacios institucionales para preservar sus conquistas
       democráticas y exigir respeto a las leyes y convenios laborales, plantea
       la creación de la Defensoría Adjunta de los Trabajadores en la
       Defensoría del Pueblo, con el carácter de nacional.En un primer momento y hasta
       cuando hayan las condiciones de la nominación del Defensor Adjunto, se
       suscribirá un Convenio entre el FUT y la Defensoría del Pueblo, para lo
       cual se nombrará una comisión de redacción conjunta.El FUT nominará una comisión para redactar un
       Reglamento que permita la designación democrática de un coordinador
       encargado de viabilizar el convenio antes señalado.
 
 
   
    | 
4.1 Comunicación y difusión de
    leyes, convenios y derechos sindicales |  "La Comunicación significa organización" Colín Cherry Introducción 
La comunicación surge de la
  necesidad de tomar contacto con la realidad que nos rodea, para lograr
  entendimientos. Contacto que si tiene los mejores recursos concebidos, adquiridos
  y practicado, alcanzará el éxito deseado. 
Hombres y mujeres, son creadores
  de muchas lenguas, lo es también de lenguajes, la evolución cultural, los
  avances científicos, electrónicos, mecánicos y tecno-científicos, han dado
  lugar a inmensas posibilidades comunicativas con instrumentos variados:
  figuras, gráficos, medios audiovisuales e informáticos. 
A través de la multiplicidad de
  lenguajes que aparecen, este desarrollo de la ciencia y la tecnología ha
  impulsado este campo a denominar la era de las comunicaciones. Campo que sus
  resultados asombrosos ha facilitado la información (difusión) y comunicación
  del conocimiento de los derechos universales y obligaciones de cada uno de
  los actores. 
Partiendo del concepto universal
  de comunicación que es "la transmisión de señales que configura un
  mensaje, el cual, va desde un emisor hacia un receptor, a través de un código
  común a los dos", esta, nos presenta la necesaria relación de dos
  actores a fin de que se produzca la comunicación, lo que ha medida que se
  perfecciona va adquiriendo más fuerza y cohesión, formándose a la vez más
  efectiva. 
Las funciones de la comunicación
  dependen de los actores sociales que estén involucrados en una situación, de
  las necesidades e intereses que se hallen en juego, de la relación social que
  se establece entre las personas o entre los grupos, del contexto social y de
  las circunstancias en que se produzca la comunicación. 
La comunicación puede estar al
  servicio de un proceso de educación, difusión, formación, pero también de
  deformación, puede servir para fortalecer a las organizaciones sociales o
  puede servir para dividir, manipular, confundir o destruir a estas. Puede ser
  una herramienta de la organización para defender sus derechos, para liberar a
  los pueblos o para engañar, oprimir o dominar. Antecedentes 
Los medios masivos de comunicación
  e información en el contexto mundial ejercen una poderosa influencia sobre la
  colectividad en el ámbito de sus ideas, sus sentimientos, sus comportamientos
  y su manera de vivir. 
La comunicación ha establecido una
  relación social entre personas, grupos u organizaciones que entran en juego
  en este proceso. Este conjunto es un reflejo de las relaciones sociales que
  predominan en nuestro país y de los que se dan también a escala internacional. 
La comunicación en el Ecuador como
  en otros ejes de acción del movimiento sindical y popular, se caracteriza por
  el apoderamiento de fuerzas identificadas con la globalización, la aplicación
  del modelo de libre mercado diseñado por las multinacionales, modelo, que con
  el programa de ajuste estructural y de la creciente competencia e
  intervención internacional busca: reducir la estabilidad, los costos
  laborales, la seguridad en el empleo, extender el número de infantes en el
  trabajo, promover empleos precarios con bajos salarios, disminución de
  beneficios y escasa seguridad social, cambios profundos en la organización de
  los procesos productivos y en las relaciones laborales, promoción desde los
  medios de información y comunicación de actitudes liberales como el egoísmo,
  el individualismo, el consumismo, la doble moral, el culto a la personalidad
  y estrategias para desprestigiar y debilitar al movimiento sindical y popular
  a través de una campaña de difamación contra los/as dirigentes/as y el
  movimiento. 
La imposición de este modelo tiene
  un impacto creciente en la vida de los trabajadores/as y el pueblo,
  demostrando ser desastroso para el desarrollo social ya que a profundizado
  los diferentes problemas que afecta a los sectores populares de nuestro país
  como la tendencia al incremento de los índices de corrupción en los
  organismos públicos y privados, caída del poder adquisitivo de sueldos y
  salarios, incremento del desempleo que cae pesadamente sobre trabajadores/as
  principalmente de jóvenes, mujeres y de mayor edad y en aquellos con niveles
  bajos de salud, educación, vivienda, servicios básicos, seguridad social,
  etcétera. El incremento del subempleo, a aquel sector denominado como sector
  informal que se encuentra huérfano de protección de la ley y garan-tías
  sociales, la discriminación de género, cultural y social, el deterioro
  acelerado del medio ambiente, la sobreexplotación de los recursos naturales,
  produciendo el crecimiento de la pobreza y la migración, así desconociendo
  los derechos humanos y fundamentales y produciéndose una violación
  sistemática a los derechos humanos.  
El control sobre la tecnología y
  sobre los medios de comunicación por parte de las transnacionales en el
  ámbito mundial y por parte de las clases dominantes criollas, a escala
  nacional, ha transformado a estos medios en instrumentos de dominación
  ideológica, política y económica; dominación que se efectúa en cada instante
  de la vida cotidiana de las grandes masas de trabajadores/as y el pueblo. 
En el país predomina procesos de
  comunicación e información vertical autoritaria al servicio de relaciones de
  dominación, se genera conflicto, resistencia y oposición. Los medios masivos
  de comunicación ejercen una poderosa influencia sobre la colectividad en el
  ámbito de sus ideas, sus sentimientos, sus necesidades, comportamientos, su
  manera de vivir. 
La constante información que se
  difunde expresa el punto de vista de los intereses de la clase dominante, los
  medios de comunicación seleccionan los hechos que muestran las virtudes del
  sistema o aquellas que permite combatir las ideas del movimiento popular y
  sindical o cualquier tendencia que pueda poner en peligro la estabilidad del
  orden establecido.-p>
   
La manipulación de la información
  se expresa de manera anárquica con que son presentados los hechos noticiosos,
  los cuales aparecen descontextualizados y desconectados entre sí, ocultando
  las causas reales de los problemas. 
El sensacionalismo de la crónica
  roja, el culto a las imágenes de " los grandes personajes" como
  artistas, magnates, empresarios, etcétera, que estereotipan valores y modos
  de vida de la clase dominante, constituye una forma de distraer la atención
  de los problemas cotidianos de trabajadores/as y de ejercer la dominación
  ideológica sobre la población. 
El desconocimiento de leyes, convenios,
  normas internacionales de trabajo y demás derechos fundamentales, ha limitado
  la exigibilidad de ellos, pues, en los medios de comunicación no sé difunden
  desde una óptica de los trabajadores, además de que el movimiento sindical no
  tiene acceso a esos espacios de difusión y cuando los tiene son muy
  limitados. 
La falta de un tratamiento
  político de este tema a impedido que el movimiento pueda realizar un trabajo
  que impulse la comunicación y difusión de los derechos laborales. Objetivos 
Frente a esta situación
  corresponde a los sectores sindicales y populares desarrollar su propia
  comunicación que sea alternativa a la comunicación imperante: 
   La comunicación y la
       información de leyes, convenios, pactos y derechos deben llegar a todos
       los trabajadores/as de los diversos sectores tanto populares como
       sindicales, por todos los medios disponibles. Esta comunicación
       apuntaría a sensibilizar y fomentar el diálogo, el mismo que motivaría a
       la participación y a la exigibilidad de los derechos humanos.La comunicación y la
       información se impulsarán para conocer y transformar la realidad, para
       fomentar la relación y la unidad entre trabajadores, para crear
       identidad sindical, para concientizar que el movimiento sindical no se
       contrapone a los derechos colectivos, para afirmar los derechos a la
       contratación colectiva, de negociación, a la seguridad social, a
       trabajar en un lugar sin contaminación, a que se respete las normas de
       higiene y la conservación del medio ambiente. En definitiva, exponer que
       los derechos sindicales son derechos humanos.Transformar a la comunicación
       actual en una herramienta de liberación, que responda a los intereses y
       necesidades de los sectores- populares y sindicales. Debe estar al
       servicio de las organizaciones para promover sus luchas reivindicativas.Acogerá las diversas formas
       de expresión y comunicación, propias de sectores populares y sindicales.Fomentará el diálogo y la
       participación de diferentes sectores para permitir una relación directa
       la participación en diferentes medios.Impulsará por diversos medios
       la movilización articulada a escala nacional e internacional.Incursionará el Movimiento
       Sindical en los medios de comunicación de tecnología avanzada.Coordinaran actividades de
       educación y difusión de los derechos sindicales. Estrategias 
La mejor garantía para reclamar
  nuestros derechos es el conoci-miento de ellos, con los que se emprendería un
  proceso de concientización y de educación, para fortalecer las organizaciones
  y promover la movilización popular en defensa de los intereses colectivos. 
Todo el proceso comunicativo de
  los derechos de los/as trabajadores/as va desde la organización,
  planificación, recolección de la información, redacción de artículos,
  revisión y corrección, diseño y diagramación, impresión, distribución y
  evaluación. Todo este proceso debe empujarse desde las centrales sindicales. 
Entendiendo que la lucha es contra
  un sistema que nos afecta a la mayoría de actores sociales a escala nacional
  e internacional, es necesario promover acuerdos y alianzas con diferentes
  sectores u organizaciones, tanto en el interior de nuestro país como en el
  exterior. El objetivo empuja a internacionalizar nuestras acciones por medio
  de la articulación de campañas que difundan, defiendan y exijan el respeto a
  nuestros derechos. Estas campañas apuntarían a la defensa de:  
   Derecho de Sindicación.Derecho de Negociación
       Colectiva.Abolición del Trabajo
       infantil.Remuneración igual para
       hombres y mujeres.Promoción de la igualdad de
       oportunidades y trato en materia de empleo y de ocupación.Protección a trabajadores/as
       contra remuneraciones indebidamente bajas. Información, protección e
       igualdad de trato en beneficio de los trabajadores inmigrantes. Garantía de los beneficios de
       la seguridad social tanto para nacionales como para extranjeros.Capacitación sindical,
       profesional y formal.Democrac-ia plena.Necesidad de servicios
       esencialmente preventivos con objeto de establecer y mantener un medio
       ambiente sano, seguro que favorezca la salud mental y física de los
       trabajadores/as.Defensa de los derechos
       colectivos.Ratificación de convenios
       internacionales.Los derechos sindicales son
       derechos humanos.De imagen sindical y popular.De consignas reivindicativas. Medios 
La difusión permanente de estos derechos
  laborales, las normas internacionales de trabajo, algunos p-rotocolos, pactos,
  declaraciones o convenios, así como el contenido del Código de Trabajo y
  otras leyes deben impartirse por medios masivos y medios selectivos. Los
  primeros tendrán cobertura nacional e internacional y los selectivos con
  cobertura regional, por diversos medios visuales como periódicos, revistas,
  material impreso: afiches, volantes, circulares, correo, dípticos, trípticos;
  medios sonoros como la radio; medios audiovisuales como la televisión,
  videos; y, medios multimediales de última tecnología por medio de
  computadora. 
La elección de los medios se
  realizará por cobertura geográfica y por número de audiencia, por la
  frecuencia y por los costos analizando costo por persona que lee, escucha,
  mira, etcétera. Organismo de
  Coordinación y Ejecución 
En la necesidad de promover una
  comunicación alternativa desde el sector sindical y popular es necesario
  estructurar un organismo de coordinación y ejecución del plan de difusión y
  comunicación en derechos humanos y sindicales. Este puede ser llamado
  comisión u organismo que será integrado por delegados de las centrales
  sindicales que realicen trabajos en los departamentos de Derechos Humanos y
  Comunicación. 
Bibliografía: CEDIME , Manual de la Prensa
  Popular ; INEL-CEOSL, Política Educativa; CIOSL, Manual de Com-unicación;
  Beatriz Espin , Comunicación Escrita; Mónica Gavilán Ll.; Pedro Rojas R.,
  Elementos Básicos de Comunicación para Un mejoramiento de la Imagen Sindical.
 
 
   
    | 
5.1 Educación de los
    trabajadores/as |  1. Contexto 
El contexto en el que nos movemos
  la clase trabajadora es de un mundo caracterizado por los impactos de: la
  caída de muro de Berlín, la globalización y el desarrollo científico-tecnológico.
  Hechos que han provocado transformaciones en la organización del trabajo, en
  la división internacional del trabajo y en las relaciones laborales,
  adecuando las estructuras y prácticas económicas, jurídicas, ideológicas y
  políticas de nuestros países a las necesidades de acumulación de capital. 
Como parte fundamental de este
  sistema, la educación formal y profesional se organiza para responder a las
  necesidades de reproducción de las relaciones de dominación y de acumulación,
  formando para el trabajo, intensi-ficando los procesos de explotación e
  intensificando el carácter mercantil del trabajo y del/a trabajador/a. 
La educación de la clase
  trabajadora tiene que enfrentar esta realidad y organizar el proceso desde
  otro principio: educación para la vida. Proceso que articule orgánicamente la
  formación sindical, la educación formal y la formación profesional.  2. Principios 
   La educación de los/as
       trabajadores/as es un proceso político sistémico, organizado desde el
       punto de vista de clase, que contribuye a la transformación tanto de las
       estructuras y prácticas sindicales como a la transformación del ser
       humano y de la sociedad en la que vivimos y actuamos. 
   La educación de la clase
       trabajadora es un proceso dinámico en el cual trabajadores/as
       transforman sus conocimientos, sentimientos, actitudes y valores
       enajenados por el mundo de las mercancías, contribuyendo a la percepción
       crítica de la realidad, al fortalecimiento de la conciencia de clase y
       al desarrollo de capacidades para la acción política clasista que
       permita una constante acumulación de fuerzas en el terreno organizativo,
       de movilización y de lucha de los sectores populares. De esta manera, la
       educación se constituye en un espacio de liberación y constr-ucción
       colectiva en la que trabajadores/as son gestores/as y protagonistas de
       un proyecto político de liberación y de la construcción de la identidad
       de clase. 
   La educación de la clase
       trabajadora se relaciona orgánicamente con la organización sindical,
       contribuyendo en su proceso de construcción, transformación,
       dinamización y fortalecimiento de su estructura orgánica para la defensa
       de los derechos, la consecución de sus intereses y aspiraciones de clase
       y aumentar la capacidad de lucha, movilización y negociación de los
       sindicatos. 
   La educación de la clase
       trabajadora se relaciona orgánicamente con la acción político-sindical
       de trabajadores/as orientando a que, las acciones individuales y
       colectivas para la construcción de la sociedad, la organización y el ser
       humano que aspiramos los/as trabajadores/as, se desarrollen con
       identidad y pertenencia de clase. 
   La educación de la clase
       trabajadora desarrolla los valores de: unidad de clase, autonomía e
       independencia de clase, igualdad, equidad, fraternidad, solidaridad,
       democracia. 
   La educación de la clase
       trabajadora desarrolla una metodología adecuada y coherente con los
       principios, objetivos y valores que impulsa la clase trabajadora. Se
       parte de la propia experiencia de los/as trabajadores/as, reflexionar
       sobre ella, desarrollar los conocimientos y volver nuevamente a la
       práctica para transformar conscientemente la realidad individual y
       colectiva (práctica-teoría-práctica). Por lo tanto la metodología es
       liberadora permitiendo la construcción colectiva de conocimientos y
       propuestas para la acción: el proceso metodológico articula tres
       momentos fundamentales, acción-reflexión-acción.  
   La educación y la metodología
       de la clase trabajadora es una tarea política y clasista, sus objetivos
       y métodos están ligados a los intereses, estrategias y proyectos; y por
       tanto, están inscritas dentro de las luchas y estrategia política global
       orientada a la transformación liberadora de la sociedad. Es decir están
       centradas en la realidad histórica concreta. 
   La educación sindical es una
       prioridad fundamental para el desarrollo y consolidación de la clase
       trabajadora. 3. Objetivos 
La- educación de la clase
  trabajadora apunta a:  
   Consolidar el poder, la
       unidad y la organización de los/as trabajadores/as para que se
       constituyan en gestores de su propia liberación. Fortalecer el sindicalismo
       para aumentar la capacidad de respuesta y de propuesta de la clase
       trabajadora frente a los retos actuales.Desarrollar la conciencia y
       el compromiso de trabajadores/as, consolidando la identidad de clase,
       impulsando la lucha por los intereses de clase y asumiendo posiciones
       críticas y activas frente a las concepciones de la clase dominante.Potenciar la acción sindical
       socio-política para conseguir una nueva sociedad, una organización
       renovada, democrática y participativa y un ser humano íntegro.Incidir con políticas y
       propuestas en los planes y programas de la educación formal y la
       formación profesional para mejorar la educación de los/as
       trabajadores/as.-Fortalecer la vida
       democrática y equitativa de las organizaciones sindicales.Desarrollar los valores
       éticos y morales de la clase trabajadora.Promover la formación de
       nuevos/as cuadros.Potencializar en la vida de
       las organizaciones el conocimiento y la práctica de los derechos humanos
       y sindicales.Impulsar la creación de una
       Universidad del Trabajo para mejorar la educación de los
       trabajadores/as. 4. Ejes 
La educación de la clase
  trabajadora se organizaría tomando en cuenta tres ejes fundamentales: 
   Formación sindical.Educación formal.Formación profesional. 4.1 La formación
  sindical 
La formación sindical de los/as
  trabajadores/as tiene algunos problemas fundamentales: 
   La educación de los/as
       trabajadores/as en las diferentes centrales sindicales es heterogénea y
       desigual.Falta desarrollar un sistema
       nacional de formación sindical coherente que permita homogeneizar
       contenido y forma desde una posición clasista y unitaria. La cobertura es limitada para
       atender las demandas de educación de las diferentes organizaciones según
       sus necesidades.Falta una mayor coordinación
       entre las organizaciones al interior del movimiento sindical y de éstas
       con instituciones fraternas que apoyan el trabajo sindical.Faltan efectivos sistemas de
       evaluación y seguimiento de las personas que salen de los diferentes
       eventos educativos.Inadecuados mecanismos de
       selección de los/as participantes a las diferentes actividades
       educativas desperdiciando recursos y tiempo.Poco apoyo y poco tiempo
       dedicado a la investigación sistemática para la educación y
       actualización de temas.Las concepciones y procesos
       metodológicos en las diferentes organizaciones es heterogéneo.Falta una mayor generación de
       espacios de participación y seguimiento para las personas que salen de
       las diferentes actividades educativas.Falta identificar con
       precisión las necesidades de formación de las organizaciones.Falta más recursos económicos
       y materiales para la educación. 
Ante estos problemas, la formación
  sindical apuntaría a: 
   Constituir un sistema de
       formación y capacitación sindical para educar sindical y políticamente a
       trabajadores/as.Organizar equipos de
       educación formando formadores/as.Profundizar, dentro del
       movimiento sindical el proceso educativo y la metodología participativa.Afianzar los contenidos del
       sindicalismo básico y socio-político.Impulsar la investigación
       como espacio de renovación, actualización y construcción de temas de
       formación, estrategias y métodos que estén acordes con las demandas del
       movimiento sindical.Diseñar mecanismos que
       permitan una mejor selección de los/as participantes.Generar y fortalecer en las
       organizaciones, espacios de participación y acción para los/as
       trabajadores/as que están en procesos de formación.Diseñar planes y proyectos
       que permitan sostener el sistema de educación sindical.Impulsar la difusión de la
       educación sindical a través de medios de información colectiva.  
Los programas de la educación de
  la clase trabajadora serían: 
   Programa de formación y
       capacitación sindical básica.Programa de formación y
       capacitación en teoría económica.Programa de formación y
       capacitación en teoría política.Programa de formación y
       capacitación jurídica.Programa de formación y
       capacitación de formadores/as.Programa de formación de
       organizadores/as.Programa de promotores de
       derechos humanos y sindicales.Programa de formación y
       capacitación de especialistas en contratació-n colectiva.Programa de formación y
       capacitación en género. 4.2 La educación
  formal 
El sistema de educación formal en
  el país, desde los/as trabajadores/as, tiene algunos problemas: 
   Las reformas curriculares que
       se han implementado en el país no son participativas.La metodología de la
       educación sigue siendo autoritaria.Los contenidos de la
       educación no responden a las necesidades y aspiraciones de los/as
       trabajadores/as.No existen espacios o
       programas suficientes para el acceso de trabajadores/as a los diferentes
       niveles de la educación formal: primaria, secundaria y superior. 
Ante estos problemas, la
  participación de la clase trabajadora en la educación formal apunta a: 
   Contribuir con propuestas de
       formación integral para incidir en la implementación de reformas
       curriculares. Contribuir con propuestas
       para la implementación de una metodología participativa.Acceder a programas de
       educación para terminar la formación primaria y secundaria y acceder a programas
       de formación superior. 
Los programas que permitiría
  participar en la educación formal serían: 
   Programa de participación y
       negociación política para la educación formal.Programa de socialización de
       la metodología.Programa de diseño de propuestas
       para el acceso a los diferentes niveles de formación. 4.3 La formación
  profesional 
La formación profesional en el
  país, desde la visión de los/as trabajadores/as, tiene algunos problemas: 
   Falta un sistema integral e
       integrado de formación profesional.Faltan políticas claras que
       orienten la formación profesional.Falta de apoyo, por parte del
       Gobierno, a los esfuerzos de calificación de mano de obra.Poca participación de los
       trabajadores/as en la determinación de políticas y ejecución de programas.Falta propuesta curricular
       general.Desarticulación entre la
       capacidad instalada de oferta de formación profesional y las necesidades
       del aparato productivo.Falta un mayor
       financiamiento. 
Ante estos problemas, la
  participación de la clase trabajadora en la formación profesional apunta a: 
   Contribuir con propuestas de
       formación de un sistema integral de formación profesional en el país.Contribuir con propuestas
       para la implementación de una metodología participativa en la formación
       profesional.Acceder a programas de
       formación profesional que permita a trabajadores/as actualizar sus
       conocimientos y mejorar sus condiciones de trabajo y de vida.-Contribuir con políticas y
       propuestas para ampliar la cobertura de la formación profesional a otros
       sectores sociales populares: jóvenes, mujeres, discapacitados/as,
       tercera edad y otros.Relacionar la educación
       formal con la formación profesional para optimizar los recursos. 
Los programas que permitiría
  participar en la formación profesional serían: 
   Programa de participación y
       negociación política para la formación profesional.Programa de socialización de
       la metodología.Programa de acceso a los
       diferentes programas de formación profesional.Programa de diseño de
       políticas y propuestas para ampliar la cobertura de la formación
       profesional.Programa de concertación para la relación
       entre la educación formal y la formación profesional.
 
 
   
    | 
Evaluación, seguimiento y ajuste
    del plan operativo de Derecho al Trabajo |  
Para la evaluación, seguimiento y ajuste
  de este Plan Operativo, se deberá organizar una Comisión permanente del
  Derecho al Trabajo, la cual estará integrada paritaria y
  descentralizadamente, por representantes del Estado y la sociedad civil
  involucrada en este plan. 
La Comisión del Derecho al Trabajo
  deberá coordinar sus acciones con los restantes integrantes del Plan
  Operativo de Derechos Humanos; elaborar los cronogramas de actividades
  respectivos, así como -los indicadores de financiamiento y gastos, y los
  indicadores de resultados, entre otros. 
Además, para el primer trimestre
  del año 2002, esta Comisión deberá preparar un documento que resuma las
  acciones en marcha y/o concluidas del Plan Operativo del Derechos al Trabajo. 
Este documento deberá formar parte
  del Plan Nacional de Derechos Humanos. Resultados 2003, que los
  actores involucrados, tanto del Estado y la sociedad civil, deberán dar a
  conocer al país. |