C5.3.1. DESDE LA REALIDAD
En El Salvador, la más pequeña República de Centro
América, con una población mayoritariamente católica,
el 24 de marzo de l980 fue asesinado el Arzobispo de San Salvador Monseñor
Oscar A. Romero mientras oficiaba la misa en la catedral, en clara represalia
por su permanente defensa de los Derechos Humanos, la que no podía
escindirse de sus convicciones religiosas. Años después,
en noviembre de 1989, seis jesuitas -cinco de ellos españoles- entre
ellos Ignacio Ellacuría, rector de la Universidad de Centro América,
y dos trabajadoras de la misma, fueron torturados y asesinados por militares
fuertemente armados. Estas muertes se suman miles de catequistas y trabajadores
de la pastoral que en El Salvador y en toda América Latina han sido
considerados como enemigos del modelo económico-político
impuesto desde el Norte por la doctrina de la seguridad nacional en sus
diferentes versiones hasta llegar a la doctrina de los conflictos de baja
intensidad(1).