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A. Origen y evolución histórica
La esclavitud como práctica de sometimiento de un ser humano por otro, parece totalmente inhumana y tan antigua como la historia misma. Sin embargo, en sus comienzos, pudo ser entendida como un avance en la humanización, porque antes que se decidiera convertir en esclavo al vencido en una guerra, se lo ejecutaba.
Y no faltaron argumentos para legitimar tales prácticas, como sucede entre otros, con el pensamiento de Aristóteles:
"Desde el nacimiento, algunos están destinados a mandar y otros hechos para ser mandados... Todos los que difieren en tal medida, pues, como el alma del cuerpo y el hombre de la bestia...estos son esclavos por naturaleza (Aristóteles: Política, I, 23, 1254)
Pero tan antigua como la situación misma de esclavitud es la conciencia, nacida particularmente en quienes padecía esta práctica, de que no es propio de la dignidad del ser humano el ser tratado como esclavo. Y de allí se entienden las sucesivas rebeliones de esclavos que llegaron a sacudir al mismo imperio romano: Espartaco. El Derecho Romano admitía que se puedira llegar a la condición de esclavo, ya por ser derrotado en una guerra, ya por deudas.
En la tradición hebreo cristiana, el pueblo de Israel practicó menos la esclavitud que sus vecinos, en cuanto que el año del jubileo implicaba liberar a todos, además en el Antiguo Testamento se establecía: "una misma ley habrá para el nativo y para el forastero que habita en medio de vosotros" Ex.12, 49, lo que es recogido luego por San Pablo: "ya no hay judíos ni griegos, ni esclavo ni hombre libre...sino todos somos uno en Cristo" (Gál.3, ).
Para uno de los máximos filósofos alemanes de la modernidad, Hegel: la relación humana arquetípica era la que se daba entre amo y esclavo. Donde amo es el hombre que arriesga su vida para continuar siendo libre, mientras esclavo es el que abdica de su libertad para seguir viviendo, aunque ya su condición no sea humana. Esta oposición dicotómica, traducida en una lucha a muerte por ser reconocido como amo, o sujeto humano, ha sido entendido como motor de la historia por K. Marx.
La discriminación por motivos raciales o de origen étnico han llevado a la humanidad, a lo largo de la historia, a sangrientas persecuciones y al crecimiento de las sociedades esclavistas. Bajo el prejuicio racial numerosos grupos étnicos fueron esclavizados, eliminados o perseguidos. Grandes Imperios como el Egipcio, el Romano y más contemporáneamente los Imperios Occidentales han crecido amparados en la teoría de la superioridad racial.
En la Edad Media la situación que se daba entre el siervo de la gleba y el señor feudal, no llegó a diferir totalmente de la de esclavo y amo respectivamente.
El proceso de colonización por parte de Europa se llevó a cabo al amparo de ésta teoría. Así, 14 millones de africanos fueron trasladados a América en calidad de esclavos en el trancurso de los siglos XVII y XVIII.
Incluso después de ser abolida la esclavitud, antecedente del racismo actual, el negro siguió siendo tratado discriminadamente en Estados Unidos, llegando esa situación hasta el momento actual; a pesar, incluso, del texto de la Enmienda 13 de la Constitución norteamericana, por virtud de la cual ni en los Estados Unidos ni en cualquier lugar sujeto a su jurisdicción habrá esclavitud ni trabajo forzado, excepto como castigo de un delito del que el responsable haya quedado debidamente convicto.
Por otra parte la llegada de colonos blancos a Africa y Asia produjo el establecimiento de sociedades segregacionistas de dominio europeo.
El caso de la conquista de América es un claro exponente de la discriminación de la población nativa, que pasó a ocupar la escala social más baja, en unas condiciones serviles, consecuencia lógica de la negación de todos sus derechos. El dominico F. Bartolomé de Las Casas, en el siglo XVI alzó su voz contra los abusos españoles, reclamando un trato humanitario para los pobladores indígenas. Las Leyes de Indias de 1542 trataron en vano de regular diversos aspectos de la colonización, lo cual no evitó que en tierras americanas se obviaran las disposiciones legales por parte de los conquistadores.
En el derecho indiano, la Corona española reiteradamente recomendaba que los indios no sean tratados como esclavos, sin embargo admite tal tratamiento respecto a los africanos hasta muy entrado el s.XVII, y tampoco consigue garantizar un trato respetuoso de los indios.
En América Latina la trata de esclavos fue abolida a comienzos del siglo XIX, en el proceso independentista, aunque la fecha dependió de la cantidad de esclavos y de su importancia como fuerza de producción (mano de obra) barata: en Argentina en 1813, en Chile en 1823, en América Central en 1824, en Bolivia nominalmente en 1825; en México en 1829; Nueva Granada en 1850, Venezuela 1854 y en Perú en 1854. (1)
En el s.XVIII, si bien en la revolución francesa se habla de la igualdad, la libertad y la fraternidad, tres principios que son contrarios a la esclavitud. Vimos en la referencia inicial, que en sus colonias la mayor parte de la población eran esclavos.
A lo largo del s. XIX se sucedieron muchos tratados, declaraciones y convenciones contra la esclavitud. Sin embargo, su eficacia debió ser relativa, porque en nuestro siglo podemos señalar por lo menos tres nuevas convenciones sobre el tema: -La convención sobre la Esclavitud, de la Sociedad de Naciones en 1926, aprobada y asumida en 1953 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, los estados signatarios (86 en 1990), se comprometían a prevenir y reprimir la trata de esclavos y a procurar la supresión de la esclavitud en todas sus formas.
En 1949, la misma Asamblea General aprobó el Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena, consolidando otros acuerdos internacionales que databan de 1904. En el que los Estados parte (un total de 60 en el año 1990) se comprometían a: prevenir la prostitución, rehabilitar a las prostitutas, reprimir a la trata de personas de ambos sexos con fines de prostitución y a suprimir las leyes, reglamentos, registros especiales y otras disposiciones impuestos a las personas que practican, o presuntamente practican, la prostitución.
En 1956, en una conferencia de ONU se aprueba la Convención Suplementaria sobre la abolición de la Esclavitud, la Trata de Esclavos y las Instituciones y Prácticas análogas a la Esclavitud, en la que se amplía la definición de esclavitud contenida en la Convención de 1926, para incluir la servidumbre por deudas, formas serviles de matrimonio y la explotación de niños y adolescentes.

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