C1.7.5. REFLEXION Y ANALISIS
La eutanasia no voluntaria plantea problemas éticos y legales
de difícil solución. Porque aún admitiendo que el
sufrimiento fuera tan intenso que se viera necesaria la aplicación
de la eutanasia, evitando lo que se ha llamado en algunas ocasiones el
"ensañamiento terapéutico", ¿cómo saber cuales
son los deseos del otro?, ¿cómo estar seguro de que su vida
ha llegado a un punto en que no merece la pena de ser vivida?, ¿cómo
evitar que egoísmos e intereses personales conviertan la ayuda a
un "buen morir" en un impune asesinato?.
Por otra parte, fuera ya de los supuestos de eutanasia económica,
hay que aceptar como insoslayable el hecho de que los recursos (humanos
y materiales) que poseemos son escasos y las necesidades muchas. No es
posible por tanto aplicar todos los medios a todas las personas. En el
caso de la eutanasia es necesario muchas veces reflexionar sobre el coste
del tratamiento que se le puede dar a una persona en relación con
el resultado que previsiblemente va a obtenerse, antes de optar por su
aplicación. Como guía más o menos objetivable suele
distinguirse entre medios (o tratamientos) proporcionados y medios desproporcionados.
Ambas categorías tienen en cuenta no sólo el coste, sino
también la situación del paciente, las implicaciones sociales,
etc.. Se dice así que la utilización de medios proporcionados
es siempre necesaria, mientras que la de medios desproporcionados es prescindible.
Luego volveremos sobre ello. Baste decir ahora que la distinción
dista mucho de ser clara y las más de las veces son los familiares
del enfermo, y sobre todo los médicos, los que toman las decisiones.
Algunos argumentos a favor de la eutanasia voluntaria pueden ser los
siguientes:
-
El principio de respeto a la libertad del individuo nos impone que permitamos
a los sujetos racionales que vivan su propia vida de acuerdo con su decisión,
libre de coerción o interferencia, incluso también en el
caso que decidan morir. El derecho a morir es, desde este punto de vista,
uno de los derechos más elementales de la persona, que debería
ser respetado ética y jurídicamente por los países
que defienden los Derechos Humanos(10).
-
La aplicación de la eutanasia es legítima porque la intencionalidad
para ayudar a morir es poner término al sufrimiento o a la degradación,
y no para provocar un daño irreparable al individuo. Derecho que,
por otra parte, se le concede a los animales que, en las mismas circunstancias,
se les inyecta alguna sustancia que acabe con su vida de una manera indolora
y dulce(11).
-
Es característica esencial de un derecho que uno pueda renunciar
a él si lo desea. Cuando un ser humano, consciente de las consecuencias
y conocedor de los motivos que le impulsan a tomar esa decisión,
solicita que le sea aplicada la eutanasia, está voluntariamente
renunciando a otro derecho, el de la vida, y ésta elección
debe, por lo tanto, respetarse(12).
Algunos argumentos en contra de la aplicación de la eutanasia
pueden ser los siguientes:
-
La eutanasia es moralmente ilícita porque actúa en contra
del instinto de supervivencia, innata en el ser humano. Tal práctica
rompería la conexión que une al hombre con la naturaleza,
separándola de ella artificialmente(13).
-
La eutanasia es ilícita porque provoca la muerte. La muerte es un
estado irreversible. Se sabe, por experiencia, que los errores médicos
en el diagnóstico existen. Si se acepta legalmente la eutanasia
cabe la posibilidad de que algunos de los casos considerados irreversibles
no lo fueran, ocasionando al individuo un mal irreparable(14).
-
Los médicos y las enfermeras tienen como misión salvar vidas.
Si se legalizase la eutanasia, esto podría repercutir en una pérdida
de la calidad del cuidado médico por los efectos que conllevaría
en el personal sanitario y facultativo. El grado de esfuerzo en el cuidado
de los enfermos desahuciados descendería, aumentando el estado de
abandono en éstos pacientes(15).
Como conclusión de la reflexión se pueden plantear las
siguientes cuestiones:
-
¿El derecho a la vida es renunciable por su titular?.
-
Un tercero puede decidir renunciar el derecho de otra persona?.
¿
-
¿Dónde podemos poner los límites de una vida
digna?.
-
¿ El concepto de sufrimiento ¿es algo subjetivo o puede ser
objetivable?.
-
¿Qué es un medio proporcionado y según quién?.
-
¿Qué valor tiene el consentimiento de una persona
como razón para darle muerte?.
-
¿Qué diferencia existe entre matar y dejar morir?.
-
¿En qué momento consideramos que no debemos intervenir
más en el proceso de muerte de una persona?.