Se exige un trato humano con respecto a su vida, a su integridad persona, física y moral. Para ello se requiere mantener unas condiciones alimenticias, de salubridad, médicas, propias de cualquier ser humano, el desarrollo de la personalidad en el campo religioso e intelectual y con las seguridades que ofrecen las garantías judiciales en caso de ser juzgados durante el cautiverio.