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Reflexión y análisis referidos a los derechos de la segunda generación
La violación de los derechos económicos, sociales y culturales en el caso de las mujeres nos lleva a considerar la variable económica como uno de los factores más importantes en la posición subordinada de la mujer. Existe una tendencia entre laboristas y socialistas de pensar que los derechos de la mujer se desarrollarán automáticamente, a partir de la garantía de regímenes políticos y económicos socialistas. Lamentablemente, los cambios económicos no han ido acompañados de un desarrollo de los derechos de la mujer. No es posible sumar variables. Es necesario, alcanzar un modelo transformador de las relaciones entre hombres y mujeres; en relación a los procesos económicos, políticos y culturales de cada sociedad.

El acceso a un trabajo para la mujer que le garantice su propia sobrevivencia, es condición indispensable de su autonomía y su posibilidad de no dependencia. Lo cual le permitirá abrir el ámbito de lo doméstico hacia la esfera de lo público. Todavía queda mucho por realizar.

Algunos expertos hablan del fenómeno de la "feminización de la pobreza". Esto significa que la pobreza, la falta de condiciones de salubridad, vivienda, alimentos y vestido afecta en mayor escala a mujeres que a hombres. Hoy, las mujeres constituyen el mayor porcentaje de población entre los pobres.

En los países comunitarios, actualmente, existen dos factores esenciales que impiden el acceso de las mujeres al mundo del trabajo son la discriminación en materia de educación y las dificultades de acceso a la formación profesional. Alcanzar una igualdad de oportunidades real entre personas de ambos sexos en la escuela constituye la base de la igualdad en la vida profesional. Las actitudes que se adoptan y las cualificaciones que se adquieren durante este período ejercen una influencia fundamental en las posibilidades futuras de formación y de desarrollo.

Por otra parte, las dificultades para acceder a los estudios superiores mantienen a muchas mujeres en niveles de calificación poco elevados y, a fin de cuentas, las limitan a unos empleos mal pagados y escasamente protegidos. El nivel relativamente bajo de cualificación de las mujeres es, hoy por hoy, una de las razones que explican la infrautilización del potencial femenino y el hecho de que los empleos destinados a las mujeres se vean particularmente amenazados.

La mujer Latinoamericana sigue sufriendo la discriminación por razón de su sexo, por ser campesina y por su origen indígena. Muy pocas son las que han adquirido conciencia de sus problemas. Desde siempre a la mujer latinoamericana le ha sido negada su capacidad creadora, no podía expresar sus inquietudes, ni sus malestares. Los deseos y proyectos sólo están reservados a los hombres.

En la India es común que la mujer pobre trabaje 16 horas diarias, y en Africa hasta un 80 por ciento de los víveres de consumo doméstico en el continente, han sido cultivados por la mujer. En todas las sociedades del mundo es común que la mujer trabaje una "doble jornada", realizando fuera del hogar trabajos pobremente remunerados y luego en el hogar, el trabajo doméstico, sin remuneración.

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