Pero debe advertirse que cuando se hable de la vivienda como un derecho suele ser calificada como "adecuada, adaptada, digna," etc.
La adaptación de los materiales a las exigencias del entorno medioambiental, puede representar un criterio para considerar si la vivienda es digna de tal nombre; por ejemplo, en el altiplano andino, las casas de adobe permiten una aislación térmica respecto al calor del día y el frío de la noche, que no consiguen las construcciones de cemento.
Otro criterio podría inferirse del hecho de que las viviendas no sólo tienen la función de proteger a sus moradores respecto a las inclemencias climáticas, sino también la de ofrecer a los mismos una oportunidad para una convivencia armónica entre ellos y con respecto a sus vecinos.
Finalmente un tercer criterio respecto a lo adecuado de una vivienda, lo constituirá el mayor grado de adaptación al medioambiente; de tal modo una vivienda con calefacción solar es más adecuada que aquella que apele al carbón o a combustibles contaminantes.