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REFLEXION Y ANALISIS

Entre todos los derechos fundamentales el derecho a la educación es, en cierto modo, el más "fundamental", porque se constituye en la base y garantía de muchos otros derechos, como el derecho a la paz, el derecho al medio ambiente sano...
La existencia de una sociedad libre no se concibe más que dentro del marco de la libertad de pensamiento y de expresión. Pero para conseguirla es preciso preparar previamente a la juventud a través de una educación en valores como la tolerancia, el pluralismo, y en general, en la idea de respeto de los Derechos Humanos. La educación debe ser una educación orientada en la idea de progreso y, por consiguiente, en la idea de preparación para los necesarios cambios sociales(8).
El derecho a la educación constituye un medio de garantía de los demás derechos. A través de la triple función que le es atribuíble(9): La manipulación, ideologización y la existencia de restricciones abusivas en el ejercicio de este derecho es, por el contrario, un instrumento sutil, y lamentablemente eficaz para eliminar la libertad de los pueblos.
La educación es un proceso con posibilidad infinita de desarrollo, y cuando se le preguntó a Napoleón ¿a qué edad conviene que comience la educación de un niño? respondió: "veinte años antes que nazca, con la educación de la madre", apostillaríamos hoy, también con la del padre. Esta anécdota puede hacernos ver que la dimensión social de la educación de cada individuo depende de la de su entorno. Luego no sería excesivo hablar de "pueblos" educados o analfabetos.
La cultura es un valor en sí mismo que ha de ser promovido pues permite que la libertad sea real y efectiva. El hombre es un ser intelectual que con su pensamiento transforma no sólo la naturaleza sino su propia vida.
Hablar de una educación para la libertad, para el desarrollo de la dignidad humana es hablar de una educación con unos valores, que no es neutral. Podemos educar para la violencia o para la paz, para la libertad o para la esclavitud, para el egoísmo o para la solidaridad. De las escuelas pueden salir personas que valoren en un alto grado la dignidad humana o personas que la desprecien.

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