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REFLEXION Y ANALISIS

El interés y preocupación por los derechos culturales tiene varias causas:
  1. En aquellos países que alcanzaron la independencia del dominio colonial, esta independencia significó, además del derecho político a la autodeterminación, un nuevo sentido de dignidad, un enorgullecimiento de su arte, la determinación de reconstruir las culturas tradicionales y la protección de las nuevas culturas indígenas de la furiosa industrialización.
  2. Para aquellos que viven en el mundo industrializado se ha llegado a la conclusión de que, además de las cosas materiales, existe la necesidad de una actividad creadora. Se puede decir que ha surgido un nuevo humanismo.
  3. En cualquier lugar del mundo, a medida que un mayor número de personas va teniendo acceso a los medios de comunicación, se produce un mayor interés por otras culturas y por la riqueza cultural del pasado.

  4. Lo importante de todo esto es el hecho de que la cultura no es considerada ya como prerrogativa de una minoría. Existe una creciente aversión a definir la cultura en términos elitistas, se empieza a reconocer la diversidad de los valores culturales, incluso dentro de un mismo país, conforme se verificó en España.
    Para dar un ejemplo práctico es necesario distinguir qué son estos derechos culturales en dos contextos socio-económicos totalmente diferentes:
    1. En una sociedad industrializada, y
    2. En una sociedad en vías de desarrollo.
a. En la sociedad industrial se ha generado una cultura consumista; la realización práctica de los derechos culturales debe permitir una mayor participación del hombre en la vida de la comunidad para subsanar la mecanización y el anonimato.
El cumplimiento de los derechos culturales debe permitir al hombre liberarse de la manipulación de la publicidad, ofreciéndole los medios para impugnar y distinguir entre las diferentes fuentes de información.
Y una consecuencia de la eficacia de los derechos culturales es hacer conocer a la sociedad consumista la existencia de otras sociedades y otras culturas, llevándola a comprender mejor la realidad de las sociedades en desarrollo. Tal comprensión podría conducir a una superación del etnocentrismo.

b. Por otro lado, en una sociedad en vías de desarrollo, el contenido de los derechos culturales está más estrechamente relacionado con el derecho a la autodeterminación y/o con el concepto de rehabilitación de una cultura tradicional sometida durante mucho tiempo a una situación de colonización.
El concepto de derechos culturales en las áreas subdesarrolladas está íntimamente asociado con la idea de desarrollo, mucho más que con la idea de ocio. Esto significa que el derecho a la cultura todavía se identifica, hasta cierto punto, con el derecho a la educación, a una educación práctica que aspira a ayudar al individuo a vencer la situación de marginación en la que está inmerso.
Por tanto, se cometería un grave error, si en el afán de conservar el "mito de la universalidad" de los Derechos Humanos, se construyera un concepto general de derechos culturales, en contradicción con la actual combinación internacional de circunstancias, i. e. con la realidad mundial.

Estamos a punto de terminar este segundo milenio y todavía millones de hombres y mujeres son privados de los frutos de la cultura y de los beneficios del progreso científico. Vacunaciones necesarias y posibles, por ejemplo contra el cólera en el Perú, no son practicadas de modo adecuado y, consecuentemente, existen poblaciones no preservadas de enfermedades cuyos antídotos hace mucho tiempo han sido descubiertos.
Científicos estudian las transformaciones en el mundo, gracias a subvenciones que proceden del trabajo de las grandes mayorías. Sin embargo, muchas veces ocurre que intereses políticos o económicos acaban por prevalecer sobre el derecho a que todos los hombres gocen de los beneficios resultantes de tales progresos científicos. Es injusto mantener estructuras por las que estos beneficios son la prerrogativa de unos pocos.
La primera tarea del hombre es vivir y una de las principales funciones de la cultura es hacer posible a las personas mantener y perpetuar la vida. La más importante condición de la vida es la paz y una de las principales funciones de la interacción cultural es erradicar las guerras de la vida de las sociedades. Sin embargo, las mayores inversiones para investigación y desarrollo tecnológico se da en el área armamentista, pese a los recientes esfuerzos por restringir tal producción. Por cuanto podríamos concluir que la cultura actual es una cultura belicista.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos ha tenido una gran influencia en nuestro pensamiento sobre los derechos del hombre. Pero el mundo ha presenciado cambios muy radicales en los últimos cuarenta años. Aunque la UNESCO, organismo de Naciones Unidas que tiene por misión promover la solidaridad intelectual y moral de la humanidad, haya sobrevivido a estos cambios, la revolución de la ciencia y la tecnología exige una nueva perspectiva y una aplicación más realista de los propósitos e intenciones a las urgentes necesidades de la humanidad.
El derecho a la cultura de los pobres del mundo debe comenzar por su liberación de la pobreza, la enfermedad y el analfabetismo. Los hombres deben aceptar que la ciencia y la aplicación de sus resultados continuará formando el fondo de toda la cultura humana.
Para terminar, es importante que se comprenda que el derecho a la cultura incluye la posibilidad de cada hombre de obtener los medios para desarrollar su personalidad, a través de su participación directa en el sostén de los valores humanos, y de llegar a ser, de esta forma, responsable de su situación, bien a escala nacional o mundial.

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