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B. Concepto
En el antiguo pensamiento igualistaris podemos encontrar ya vestigios del comienzo doctrinal de este derecho. Rastros de él se pueden encontrar en la legislación de Moisés, en profetas como Isaías y Amós, en el pensamiento estoico, en los Evangelios, en San Agustín, San Gregorio de Nissa, Clemente de Alejandría, San Ambrosio, San Juan Crisóstomo, San Agustín, Francisco de Vitoria, Las Casas, Lilburne y los "levellers", Winstanley y los "diggers".
En el pensamiento moderno es John Locke funda el derecho de propiedad en el trabajo. Morelly y el abate Mably van a criticar la propiedad y a reivindicar la comunidad de bienes. Babeuf (1760-1797) tiene un pensamiento claramente igualitario. Es él quien desarrolla el concepto de la necesidad de la lucha de clases, idea que luego será retomada por K. Marx y F. Engels en el Manifiesto Comunista. En el "Manifiesto Comunista", aparecido en 1848, Marx y Engels se apartan del socialismo utópico, reforzando la conciencia de clase del movimiento obrero. Aquí éste encuentra un fundamento para continuar sus luchas y sus reivindicaciones. Los conceptos principales que aporta el marxismo como teoría son, entre otros, los siguientes: la noción de la lucha de clases como motor de la historia, la base económica como determinante de la estructura de la sociedad, el criterio de división de las clases sociales se da a través de la propiedad de los medios de producción. Marx consideraba que los trabajadores no podían escapar a su condición de explotados mediante la conquista de privilegios legales y políticos; los sindicatos y partidos obreros eran útiles como escuela de adiestramiento para la revolución pero no garantizaban el socialismo.
Saint Simon (1760-1825), considerado el padre del socialismo utópico francés, sostiene que la sociedad tiene que ser organizada para el bienestar de los pobres, pero desconfía del "gobierno del populacho" porque supone la primacía del gobierno de la ignorancia sobre el saber.

Robert Owen (1771-1834) fue parte del movimiento socialista utópico inglés. Su aportación más importante consistió en impulsar el cooperativismo, aplicando sus ideas en el terreno práctico. En este sentido creó una serie de sociedades cooperativas de tipo socialista y democrático en sus propios establecimientos industriales. Este proyecto no funcionó.
También es preciso considerar la aportación del pensamiento anarquista. El anarquismo tenía como principales exponentes a Proudhon y Bakunin. Postularon la confianza en la razón humana, en los valores de la justicia y la libertad del hombre. En este sentido se oponían a todo tipo de institución que limitara las libertades. De allí que no aceptaran al Estado como a ninguna autoridad que impusiera ciertos principios por la fuerza.

Es Fourier, sin embargo, quien por vez primera utiliza la expresión "derecho al trabajo" en su "Théorie de l'unité Universelle", de 1819. En ella argumenta sobre el derecho en cuestión, haciéndolo derivar, incluso, del mismo Dios.
También suele ser considerado como impulsor del concepto del derecho al trabajo Sismondi, quien en 1819 publica sus "Nouveaux principes".

Sin embargo quienes van a potenciar y desarrollar el concepto del derecho al trabajo como derecho jurídamente garantizado son Victor Considerant y Louis Blanc. Para este último el derecho al trabajo tiene una doble perspectiva: negativa (se ataca la libre concurrencia y el laisser-faire liberal) y positiva: opone a los derechos individuales tradicionales el derecho socialista al trabajo, sobre el cual debe descansar el nuevo edificio económico y social. El Estado toma aquí un papel fundamental en la labor de dirección del proceso productivo(2).
Por otra parte, la Iglesia Católica no permaneció ajena a la problemática social de los trabajadores en aquella época. La principal manifestación de este hecho se encuentra en la Encíclica Rerum Novarum promulgada por León XIII en 1891. Sectores ligados a la Iglesia llamaron a esta encíclica, la Carta Magna de los trabajadores. Contenía básicamente un llamamiento en auxilio de la clase proletaria abogando por una limitación de la jornada de trabajo, por la fijación de una edad mínima para trabajar, por el pago de un salario justo, etc. También señaló la necesidad de que los trabajadores fueran humildes y advirtió en contra de los postulados del socialismo, de la lucha de clases como destructora del orden social.

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