Robert Owen (1771-1834) fue parte del movimiento socialista utópico
inglés. Su aportación más importante consistió
en impulsar el cooperativismo, aplicando sus ideas en el terreno práctico.
En este sentido creó una serie de sociedades cooperativas de tipo
socialista y democrático en sus propios establecimientos industriales.
Este proyecto no funcionó.
También es preciso considerar la aportación del pensamiento
anarquista. El anarquismo tenía como principales exponentes a Proudhon
y Bakunin. Postularon la confianza en la razón humana, en los valores
de la justicia y la libertad del hombre. En este sentido se oponían
a todo tipo de institución que limitara las libertades. De allí
que no aceptaran al Estado como a ninguna autoridad que impusiera ciertos
principios por la fuerza.
Es Fourier, sin embargo, quien por vez primera utiliza la expresión
"derecho al trabajo" en su "Théorie de l'unité Universelle",
de 1819. En ella argumenta sobre el derecho en cuestión, haciéndolo
derivar, incluso, del mismo Dios.
También suele ser considerado como impulsor del concepto del
derecho al trabajo Sismondi, quien en 1819 publica sus "Nouveaux principes".
Sin embargo quienes van a potenciar y desarrollar el concepto del derecho
al trabajo como derecho jurídamente garantizado son Victor Considerant
y Louis Blanc. Para este último el derecho al trabajo tiene una
doble perspectiva: negativa (se ataca la libre concurrencia y el laisser-faire
liberal) y positiva: opone a los derechos individuales tradicionales el
derecho socialista al trabajo, sobre el cual debe descansar el nuevo edificio
económico y social. El Estado toma aquí un papel fundamental
en la labor de dirección del proceso productivo(2).
Por otra parte, la Iglesia Católica no permaneció ajena
a la problemática social de los trabajadores en aquella época.
La principal manifestación de este hecho se encuentra en la Encíclica
Rerum Novarum promulgada por León XIII en 1891. Sectores ligados
a la Iglesia llamaron a esta encíclica, la Carta Magna de los trabajadores.
Contenía básicamente un llamamiento en auxilio de la clase
proletaria abogando por una limitación de la jornada de trabajo,
por la fijación de una edad mínima para trabajar, por el
pago de un salario justo, etc. También señaló la necesidad
de que los trabajadores fueran humildes y advirtió en contra de
los postulados del socialismo, de la lucha de clases como destructora del
orden social.