D1.2.5. REFLEXION Y ANALISIS
En la actualidad, la crisis de los países del socialismo real
parecen dar la razón al occidente liberal- capitalista. Pero nada
más lejos de la realidad. Allí está el Sur para demostrarlo.
El nuevo orden internacional del que se habla, sólo pretende hegemonizar
el poder económico-político-militar en los Estados Unidos
y occidente, aun cuando sus riquezas crecientes sólo se expliquen
en el creciente empobrecimiento del resto de la humanidad. Así como
hubo una perestroica del 2º mundo, abriéndose a los derechos
de primera generación, sería deseable una perestroica del
1º mundo que reconozca los derechos de segunda generación para
todos los habitantes del planeta. Los grandes riesgos de la vida social
(la enfermedad, la invalidez, la vejez, los accidentes de trabajo) acentuados
además, con los avances tecnológicos- deben ser prevenidos
y , y en todo caso cubiertos por un sistema generalizado de seguridad que
cubra a toda la población, incluidas las personas extranjeras.
Mientras los socialistas optaban por la igualdad y se preguntaban "libertad,
para qué?", los liberal-capitalista optaron por la libertad postergando
la igualdad. Igualdad y libertad no sólo no son incompatibles, sino
que son complementarios si asumimos también el tercero de los principios
declarados: la fraternidad, la solidaridad. Porque sólo los tres
unidos son sinónimo de justicia.
Para hablar de los modos de la aplicación de estos derechos
deberíamos continuar con las distinciones entre Norte y Sur.
En el occidente, la ideología liberal-capitalista no estuvo
dispuesta a conceder estos derechos, de allí los casos de Sacco
y Vancetti, o de las obreras asesinadas el 6 de mayo de 1848 Aún
hoy la social-democracia no termina de encontrar los mecanismos que garanticen
eficazmente este derecho para todos los hombres y mujeres al menos de esta
región que es la que está en mejores condiciones de hacerlos
cumplir.
En el este, el socialismo real se preocupó exclusivamente por
estos derechos, pero no llegó a satisfacerlos dado el excesivo gasto
empleado en armamentismo entre otros factores. Hoy, mientras se aspira
a relegados derechos civiles y políticos, teniendo graves dificultades
económicas y sociales, lo cultural se ha convertido en bandera de
luchas absurdas entre pueblos que asumen beligerantes posturas nacionalistas
y xenofóbicas.
En el Sur, los intereses de las ideologías expansionistas del
norte han generado luchas fratricidas, aunque con unos paleativos de "cooperación
internacional" que no llegan a devolver las riquezas que de estos países
extraen. Así por ejemplo, occidente ha generado la ideología
de la seguridad nacional contra la presunta infiltración del este,
aniquilando las economías regionales, y generando deudas externas
que hacen imposible que los gobiernos asuman sus "deudas internas" con
su propia población.
En Europa y países industrializados hay una minoría de
gente que no está cubierta por la seguridad social, ya sea porque
no goza de un trabajo estable o con perspectivas de futuro, lo que puede
obedecer a distintos modos de discriminación por sexo, raza, nivel
de instrucción, nacionalidad, etc. ya sea por un deficiente régimen
de previsión. Ante esta situación, tales personas se ven
expuestas a contraer enfermedades, por una alimentación deficiente,
una vivienda en condiciones indignas de habitabilidad, carencia de vestimenta
apropiada, etc.
Lo que en el Norte, constituye una minoría que en algunos caso
constituye un tercio de la población, en el Sur es la gran mayoría,
llegando en países como la India o Etiopía a constituir la
casi totalidad de sus habitantes una mayoría empobrecida, carente
de toda perspectiva de mejora de su condición social. En estos casos
a los males ya reseñados para las minorías marginales del
norte, habría que añadir que el hambre endémico de
generaciones tras generaciones ha dañado a nivel de conformación
cerebral a hombres y mujeres a los que les quedará vedado alcanzar
cierto nivel de instrucción. Frente a esto sus propias culturas
se ven retraídas en estadios mítico-ingenuos, y no son capaces
de asimilar el nivel crítico necesario para afrontar los retos de
las revoluciones científico- tecnológicas.
Frente a esto, sólo se presentan como alternativa la mendicidad
o la delincuencia, lo que circularmente no sólo agrava su inseguridad
social, sino incluso atenta contra su seguridad a nivel jurídico.
Es más, por el mero hecho de estar en tal condición, ya son
considerados presuntos delincuentes por lo que muchas veces terminan purgando
delitos que no cometieron.