C1.7.1. DESDE LA REALIDAD
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El caso Baby Doe:
En 1982 nacía en Indiana un niño con el síndrome
de Down. Un caso más de mongolismo, pero esta vez agravado por un
problema severo, aunque no irresoluble, en el aparato digestivo. Sin embargo,
ante esta situación los padres deciden que su hijo no sea intervenido
quirúrgicamente. O dicho de otro modo, deciden dejarle morir.
El caso levantó una espectacular polémica. El hospital
donde nació el niño denunció a los padres. Incluso,
la cuestión fue llevada hasta el Tribunal Supremo que reconoció
el derecho de los padres a decidir no intervenir a su hijo. Mientras tanto,
algunos matrimonios piden la custodia del niño. En tal estado de
excitación, y cuando se pretendía un pronunciamiento del
Tribunal Supremo Federal, Baby Doe muere.
Pero no acabó ahí la polémica: en evitación
de nuevos casos, el Departamento de Salud y Servicios Humanos saca a la
luz una regulación referente a estos problemas. Entre otras cosas,
se afirma la inadmisibilidad de negar alimentos o tratamiento médico
a un niño deficiente por razón de su deficiencia.
Y en 1984, se aprueba una Ley que condena como abuso y negligencia
(más que como discriminación) la no aplicación del
tratamiento médico indicado a un niño, salvo en los casos
de coma irreversible, inutilidad del propio tratamiento o cuando su aplicación
sólo prolongue innecesariamente la muerte.
Socialmente, el caso fue tan impactante, que se creó la Baby
Doe Hotline, línea telefónica destinada a recibir denuncias
de casos similares.
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Ineke tenía 32 años cuando dio a luz a su primer y único
hijo, Henk Jan. Ineke Swagernman, maestra de profesión, se había
casado el año anterior con Gerald Stinissen, un joven de 20 años.
Los padres de Ineke siempre se opusieron a esta relación, el
joven Gerald tenía entonces los pelos largos y unas ideas un poco
raras.
Ineke era para su padre la hija predilecta. Los padres de Gerald la
consideraban como una vieja seductora que se había apoderado de
su hijo. La pareja no quería casarse pero Ineke, que quería
mucho a su padre, celebró la boda para complacerle.
El largo calvario de Gerald Stinissen empezó un sábado
del mes de marzo de 1974. El día fatídico, Ineke que esperaba
un hijo tuvo que dar a luz por cesárea ante las complicaciones del
parto del hospital de Staesmaten de la ciudad de Enschete. Un error del
anestesista que introdujo el tubo respiratorio en el esófago en
lugar de introducirlo en la tráquea la dejó en estado de
coma.
El niño se salvó, Henk Jan tiene en la actualidad 15
años. Vivió los primeros años con la hermana de la
madre y ahora reside en un centro de ayuda para jóvenes. Henk Jan
vivió con su padre, Gerald Stinissen, durante cinco años
pero se lleva mal con él.
A los tres meses, Gerald Stinissen decide trasladar a su mujer a otro
hospital, escoge la clínica protestante Hetwiedenbroek en la ciudad
de Haaksberg, siempre en Holanda. Ineke Stinnissen no saldrá más
de allí.
Para Gerald Stinissen se presentaba una doble alternativa: trasladar
a su mujer de hospital en hospital para intentar encontrar el especialista
que pudiese reanimarla o acabar con los sufrimientos de su mujer. Escogió
la segunda alternativa.
En la actualidad vive en Groniger con su novia Claartje. Con su nueva
compañera tiene tres hijos. En la partida de nacimiento los tres
niños tienen anotada la mención "padre desconocido". No pueden
llevar el apellido del padre. Gerald Stinissen no los puede reconocer.
En caso contrario sería bígamo ya que todavía está
casado con Ineke(1).