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C1.5.5. REFLEXION Y ANALISIS

El genocidio está siempre vinculado, como ya se ha indicado a actitudes de odio, racismo, fanatismo, dogmatismo e integrismo.

 

En el ámbito internacional contrasta la repetida y programática declaración de que la eliminación de los crímenes contra la Humanidad, incluido el genocidio constituye uno de los objetivos básicos y prioritarios del mundo civilizado, con la escasa acción de los Estados para prevenir e impedir actos de genocidio. Lo cual demuestra cómo aún dominan en las relaciones internacionales los criterios de politicidad sobre los criterios de juridicidad. Mientras la situación se mantenga en los actuales términos no será posible nunca poner remedio a las matanzas masivas y al exterminio de pueblos enteros.

 

La Convención Internacional para la Prevención y sanción del delito de genocidio de 9 de Diciembre de 1948 ha demostrado constantemente, en su ya larga vida, su absoluta incapacidad para frenar y sancionar el genocidio.

Urge, en consecuencia, se tomen por parte de los Estados medidas eficaces y se establezcan garantías adecuadas para prevenir y sancionar este tipo de delito.

 

Por otra parte, la quiebra de la soberanía del Estado, como principio básico del derecho internacional, es un requisito imprescindible para poder hacer efectivo la protección de los pueblos frente al genocidio. Hay que tener en cuenta que el problema fundamental de la persecución de los abominables delitos de genocidio es que el sujeto activo del mismo es normalmente la minoría de personas que detentadoras del poder del Estado que, tal y como está la legislación actual, sólo pueden ser juzgadas cuando son derrocadas bien por otro Estado o bien a través de una revolución interna, o por ambas cosas(8).

 

Se hace preciso, en esta misma línea de argumentación, la creación de una Corte o Tribunal Internacional, de carácter permanente y de naturaleza jurisdiccional y supranacional, que conozca, en vía represiva, de todos los casos de genocidio. Dando además, a sus fallos, carácter vinculante.

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