Constituyen un fenómeno contemporáneo: empiezan a institucionalizarse a partir de la segunda guerra mundial.
Se producen, en parte, como consecuencia de la constatación de la insuficiencia de la protección de los Derechos Humanos por parte del Estado.
Se empieza a tomar conciencia que el Estado puede ser uno de los principales sujetos de violación de los Derechos Humanos; de ahí la necesidad de crear instancias superiores al mismo con función tutelar de los derechos.
Son un instrumento de mediación o puente hacia la efectiva y plena institucionalización universal de los instrumentos de garantía de los derechos.