El comunicado de AI, emitido desde Londres, afirma que en las dos últimas semanas del mes de enero de 1992 se detuvieron cerca de un millar de personas, y que algunas de ellas fueron torturadas y sometidas a malos tratos. Víctimas de estas detenciones fueron simpatizantes y militantes del Frente Islámico de Salvación sin inculpación ni juicio.
El comunicado de AI coincidía con una nota similar de la Liga Argelina Democrática de Derechos Humanos presidida por Abdenur Alí Yahia, quien reclamaba que la puesta en marcha de los campos de concentración, llamados públicamente campos de seguridad, es contraria a los principios de derecho internacional, que exigen que para detener a una persona haya cargos concretos.
La segunda liga de derechos humanos argelina aseguraba que familiares de los detenidos ignoraban el lugar donde permanecen los arrestados, con lo que se vulneraba, asimismo, los principios básicos del derecho.